El economista cubano Oscar Fernández, quien se desempeña como profesor de la Universidad de La Habana, escribió en sus redes sociales que "restringir las compras en CUC al municipio de residencia de las personas, utilizando el carné de identidad como medio de acreditación, es contraproducente".
"La pandemia es una de nuestras principales amenazas y es preciso actuar con el rigor que se está haciendo", afirmó el economista, en referencia a las "drásticas" medidas anunciadas por las autoridades cubanas, pero acotó que "la escasez es otra" de las mayores problemáticas del país.
En ese sentido señaló que prohibir a los ciudadanos comprar productos de primera necesidad fuera del municipio de residencia oficial "no reduce necesariamente la movilidad y sí agrega tensiones a los tantos habaneros que residen de facto en una dirección diferente a la de su carné de identidad".
Además, mencionó que "sin transporte urbano, con restricciones al transporte privado e inhabilitados para comprar en sus cercanías, estas personas se quedan sin opciones", por lo que opinó que "debería reconsiderarse" dicha disposición.
Estas regulaciones pueden afectar notablemente a numerosos habaneros, por lo que el economista expresó que "comprar en 'su lugar de origen' no es una opción para muchas personas", pues "comprar, simplemente, ya es bastante difícil", por lo que "ante las dificultades que ya existen para el acceso a bienes básicos, no debería agregarse esta. Y sobre todo considerando que las colas no han sido hasta ahora las principales vías de trasmisión".
La también economista Lidia Llizo mencionó que "otro problema es el de la cantidad de tiendas en los barrios", pues según "mostraron en el mapa es muy desigual", y añadió que al menos en el suyo "nunca en estos meses de pandemia han apoyado con puntos de ventas móviles".
La especialista afirmó que en Wajay, donde reside, "hay una tienda muy pequeñita para tres barrios enteros", en este caso el propio Wajay, el reparto INAV y un nuevo barrio de edificios para militares, por lo que dijo que "para muchos es más fácil salir a un lugar con más tiendas cercanas para tratar de obtener las cosas que esperar a que surtan acá y asumir la cola, que como es lógico, nunca va a satisfacer la demanda".
El historiador cubano Heriberto Carballo agregó que "se deben buscar medidas que sean realmente efectivas, pero que no multipliquen la angustia humana, ya exacerbada, porque si no nos mata la pandemia, nos matará el estrés".
El economista Leo de la Torriente escribió que "quien pensó la medida ni hace colas, ni tiene experiencia real en carne propia de la situación existente", por lo que esta disposición le recordó "a la medida de los tramos de boteros por cinco pesos"pero afirmó que ahora los dirigentes "están aún más desconectados de la realidad".
En la tarde del jueves las autoridades cubanas anunciaron un grupo de nuevas medidas tras el incremente de los casos de coronavirus en La Habana, entre ellas, la limitación de las compras en mercados ubicados en el municipio de residencia del usuario, por lo que, para comprar, tendrán que mostrar su identificación en la tienda con una dirección del territorio.
Las ventas se limitarán a los alimentos y el aseo, así como a las bebidas alcohólicas para consumir en el hogar.
Las nuevas tiendas de los militares con ofertas en dólares estadounidenses se mantendrán abiertas en los mismos horarios.
También se implantará un control absoluto del movimiento público entre 7:00PM y 6:00AM, por lo que el Gobierno quiere garantizar con una mayor presencia policial en la vía pública y el establecimiento de 94 puntos de regulación del tránsito en las calles principales de la ciudad.
Por otra parte, a partir del 1 de septiembre, cuando entren en vigor las nuevas regulaciones, se restringirá la circulación de autos particulares. A los choferes que incumplan les será retirada la chapa y la circulación del vehículo.
Para los violadores de las medidas se impondrán multas de entre 500 y 5.000 pesos, a ser pagadas en solamente diez días. Esto incluye "delitos" como el no uso o uso indebido del nasobuco y la permanencia en espacios públicos fuera de los horarios autorizados.