'Solo aceptamos viviendas dignas': ocho familias cubanas llevan más de diez días en la calle

Los vecinos de Zulueta 505 llevan diez días viviendo en la calle, después de muchas reclamaciones y de sentir el estruendo de los dos últimos derrumbes parciales en el edificio gigantesco que es un cascarón en ruinas.

Las autoridades sacaron todas las pertenencias de las ocho familias para los amplios portales, y allí han permanecido estos vecinos todos estos días, a la espera de que les den la vivienda digna que exigen desde hace más de 30 años.

Ahora están bajo permanente vigilancia de la Policía, que incluso obliga a los transeúntes a borrar las fotos que hacen de la escena con sus celulares.

"Nos bañamos y hacemos nuestras necesidades en casas de vecinos y amistades. Constantemente hemos estado bajo vigilancia policial, y hasta una pequeña brigada de las autoridades de Vivienda permanece 24 horas junto a nosotros, al parecer para evitar que formemos bulla. Pero de aquí no nos pensamos mover hasta que nos den una casa en buenas condiciones", dijo Liubis Garlobo, una de las afectadas.

"A los tres días de estar aquí vinieron las máximas autoridades del municipio, el secretario del Partido Comunista, el presidente del Gobierno y la directora de la Vivienda y se pararon en una esquina, muy lejos de nosotros, a mirar y supuestamente "tomar decisiones". Nosotros exigimos hablar con ellos y les explicamos nuestra situación. Ellos no dijeron nada en concreto y se marcharon", apuntó Bárbaro Cuesta, padre de una de las afectadas.

La mayoría de las pertenencias de las ocho familias se encuentran en el amplio pasillo perteneciente a la Iglesia Adventista El Calvario, situada enfrente del edificio en ruinas. El pastor de esa institución religiosa ha ayudado a sus vecinos facilitándoles extensiones de corriente para que puedan poner sus equipos de ventilación y mitigar el intenso calor y los mosquitos por las noches.

"Estamos cansados de la mentiras, la corrupción y las promesas incumplidas todos estos años. Un edificio nuevo construido en la calle Muralla era para nosotros, pero al final no se nos otorgó por la corrupción tan grande que existe en Vivienda y el Ministerio de la Construcción. Nos han llevado a ver supuestas casas, pero todas son antiguas escuelas o locales abandonados en lugares apartadísimos y en pésimas condiciones. Solo aceptamos viviendas dignas, que estén listas para vivir", afirmó Armando Camillieri Figueredo, otro de los afectados.

La situación de estas familias no es aislada; la mayoría del fondo habitacional de La Habana Vieja y de otros municipios de la capital, como Centro Habana y Cerro, se encuentra en regular o mal estado.

Con frecuencia ocurren derrumbes, colapsos de techos y desplomes de paredes que provocan fallecidos y heridos, y que agravan del drama.

El caso más dramático de este año ocurrió en enero, cuando tres niñas murieron al derrumbarse un balcón.