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Sociedad

Cuba: Violencia juvenil en tiempos de pandemia

Lo más fácil es concluir que el joven recientemente asesinado en Guanabo y sus homicidas vivían la 'guapería' como única motivación de sus vidas.

La Habana
El joven asesinado, trasladado por varios bañistas en Guanabo (Captura de pantalla).
El joven asesinado, trasladado por varios bañistas en Guanabo (Captura de pantalla). Arístides Fernández / Facebook

Tras el homicidio del joven Ricardo Brayams no han sido pocos los que han asociado el hecho trágico a actitudes delincuenciales. Como si la violencia fuese una condición de obligado nexo con la delincuencia. La violencia de género, por ejemplo, echa por tierra esa forzada asociación: una gran parte de los sujetos maltratadores de mujeres no son siempre delincuentes, sino que suelen ser y mostrarse, ante el colectivo social, como "hombres decentes", buenos padres, trabajadores e "integrados".

La violencia, que sí fue la manifestación que desencadenó la tragedia donde se cobró la vida del joven Ricardo Brayams, siempre será una arista que requiere un abordamiento mucho más complejo. El incremento de la violencia, así como el aumento del consumo de alcohol y drogas entre adolescentes y jóvenes, está definido por las condiciones del entorno, del "ambiente", donde convive el individuo.

Lo más fácil es concluir que el joven Ricardo Brayams murió por ser "ambiental" y que, al igual que sus homicidas, vivía la "guapería" como única motivación de vida, como un acto natural que los legitima como "hombres". Sin embargo, lo difícil es aceptar que esta "guapería" y su violencia asociada, germinan en esas comunidades marginadas —que el régimen cubano insiste en catalogar eufemísticamente como "desfavorecidas"— donde "las conquistas de la Revolución" no han llegado.

Ubicar la muerte del joven Ricardo Brayams como consecuencia de una actitud delincuencial, que no ha sido probada sino especulada, conviene más al régimen permitiéndole evadir su responsabilidad en la marginalización de estos barrios, y en la fallida construcción de una "recreación sana" para estos grupos.

Algunas opiniones

Ser "ambiental" no es siempre una elección individual, coincide el rapero Soandry del Río, cuando estos adolescentes y jóvenes tienen como único escenario y contexto prácticamente una "zona de guerra" a consecuencia del empobrecimiento y la desatención gubernamental durante décadas.

"Aparte de la histórica marginalización socialmente revolucionaria, están los barriofóbicos que sustentan toda su valoración del mundo sobre la pinta de la persona o el color de su piel", acota Del Río, quien en la mayoría de sus canciones incluye valoraciones y experiencias sobre la violencia, la marginación y el racismo.

"Valoraciones que no analizan el trasfondo y personas que suelen emitir juicios dogmatizados que catalogan como delincuente todo aquello que no quepa en su imagen y semejanza", puntualiza Del Río.

La violencia, y todos sus aspectos y manifestaciones asociadas, ha sido reiteradamente negada por el régimen que solo aborda el tema —desde los medios de prensa estatal y en escasas ocasiones—, desde una perspectiva paternalista, distanciada y dispersa. No se puede obviar a Mariela Castro Espín aseverando que "Cuba no es un país violento".

El hecho de alegar que el joven Ricardo Brayams era un obonekue —miembro de la hermandad Abakuá—, y que su muerte se debió a una disputa en relación a este hecho, denota más racismo que raciocinio. La asociación de la violencia y la delincuencia con la comunidad Abakuá nunca ha sido atendida por el régimen, a pesar de que esta hermandad pertenece al catálogo de asociaciones legales en la isla.

"Ese silencio del Gobierno, ese desinterés en limpiar la imagen de la hermandad ñañiga, sabiendo de las aportaciones históricas de los ñáñigos a la historia de nuestro país, es otra manera de marginación", fustiga Erich Martínez, quien ocupa un cargo de alta jerarquía en una de las potencias que componen la comunidad ñañiga.

"De manera automática la gente asocia ser ñáñigo con la delincuencia y con la violencia. Entonces habría que preguntarse si toda esta violencia que hoy vemos crecer entre los más jóvenes, casi niños, tiene una relación directa con el hecho de ser miembro de una potencia ñañiga", cuestiona Martínez.

La psicóloga Yanet Cruz Hoyos apunta que los cubanos se rehúsan a concientizar que el hacinamiento, el déficit de vivienda, y ese ciclo de pobreza propiciado por seis décadas de fallidas políticas económicas, también perpetúan los escenarios y los contextos donde reinan las malas decisiones como únicas salidas como es el pandillerismo.

"La violencia te puede conllevar a la delincuencia del mismo modo que el consumo de alcohol es un portal hacia las drogas. Pero la violencia en sí misma no es sinónimo de delincuencia, como tampoco un alcohólico es un drogadicto. Por otra parte, son diversos los orígenes que conllevan a cualquier comportamiento violento, y cada una de sus causas implica, a su vez, una complejidad de análisis más allá del estudio descriptivo en tanto la violencia es un comportamiento heredado", recalca Cruz Hoyos, quien se dedica a la caracterización sociosicológica de sujetos violentos en Cuba.

Son esas comunidades también llamadas por el régimen "en transformación", explica Cruz Hoyos, donde los núcleos sociales, incluyendo a la familia, "se enfrentan a una vida más encarecida por los efectos combinados de un conjunto de medidas que, en esencia, radica en la insuficiente reactivación de la esfera productiva del país".

Toda la focalización en torno al homicidio del joven Ricardo Brayams funciona como una distracción que, a su vez, genera un análisis superficial y maniqueo de lo que acontece en los barrios marginados, donde los accesos a las oportunidades están muy lejos de la "igualdad social" como herramienta de transformación individual y colectiva.

Habría que preguntarse si Ricardo Brayams, y sus homicidas, hubiesen elegido ser individuos violentos en otro contexto, y no en un escenario enmarcado por la desarticulación entre las aspiraciones y las posibilidades reales de adquisición, condicionado por la desconexión existente entre salarios y propuestas de consumo que impera a lo largo de la Isla.

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2 comentarios

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Profile picture for user Peña Tico

Eso no creo que sea en Guanabo, la foto es de Haití posiblemente

....nada nuevo en esta plaza, el hombre nuevo q creo el hp mayor, el difunto cagaandante....