La última brigada de médicos cubanos que queda en Italia regresará a Cuba este lunes 20 después de tres meses desplegada a raíz de la pandemia de coronavirus. El grupo enviado por el Gobierno en abril pasado trabajó de manera "gratuita", según dijo el embajador cubano en Roma, José Carlos Rodríguez, en una entrevista con EFE en la que defendió esas misiones y negó que tuvieran fines propagandísticos.
El equipo de 38 médicos y enfermeros de la brigada "Henry Reeve", que estuvo en Turín (norte de Italia) desde el 13 de abril, viajará a La Habana desde Milán después de pasar un periodo de cuarentena y someterse a las pruebas del coronavirus.
Un primer grupo de 52 especialistas, con 37 médicos y 15 enfermos, ya concluyó su misión después de colaborar desde un mes antes en la lucha contra la pandemia en la ciudad de Crema (norte), en Lombardía, epicentro de la crisis sanitaria en Italia.
Rodríguez dijo que fueron las autoridades locales de Italia, igual que ocurrió en Perú, quienes pidieron la ayuda al Gobierno de Cuba cuando la crisis vivía sus peores momentos y su "sistema sanitario quedaba muy tensado".
Los profesionales cubanos que recibió el país europeo ya traían consigo una "altísima calificación" por su experiencia en otros países y en el combate de enfermedades como el ébola en África occidental, declaró el embajador.
El diplomático celebró que por eso fueron despedidos en Italia "con gran reconocimiento y un gran aprecio". Recordó que el jefe de la brigada, el doctor Julio Guerra, fue distinguido como ciudadano honorario de Turín.
Los jefes de las brigadas están entre los encargados de ejercer el control, la vigilancia estricta y la coacción al personal médico cubano para que no abandonen las misiones, como han declarado los propios profesionales que han logrado escapar.
Sobre el equipo supervisado por Guerra, el diplomático señaló que "son personas sencillas, médicos y enfermeros de una altísima capacidad profesional, personas que en modo sencillo representan al pueblo, que fueron capaces de ir a otros lugares a prestar ayuda".
Italia fue el primer país europeo en solicitar la ayuda a La Habana, dijo el embajador y lo atribuyó a la situación que vivía en aquel momento el país, con una crisis sanitaria "muy agresiva".
"Yo creo que en esas circunstancias hay que entender la solicitud. Está claro que para nosotros es un hecho ya acostumbrado responder a solicitudes de apoyo sanitario en el mundo", insistió.
En este sentido, el embajador cubano negó que Italia haya pagado por esta ayuda: "Puedo decir de manera clarísima y diáfana que nuestras brigadas médicas no han recibido ni el más mínimo pago por parte de las autoridades nacionales ni locales de Italia".
"Nuestras brigadas vinieron a Italia en ayuda solidaria de emergencia", sostuvo, y añadió que los especialistas "solo percibieron su sueldo de Cuba" y que "lo único que se pidió fue conocer los detalles logísticos sobre el alojamiento o la seguridad en sus puestos".
Las palabras de Rodríguez contrastan con otras informaciones de otros países donde han sido enviados médicos cubanos para atender a pacientes de Covid-19.
Por ejemplo, en Perú, por cada profesional cubano el Estado paga 2.000 dólares mensuales, según el convenio con La Habana. El jefe de la brigada médica cubana allí dijo que de ese monto los profesionales "deben pagar los impuestos y su fondo de pensión, por lo que no reciben los 2.000 líquidos". No especificó cuánto queda exactamente en manos de cada profesional.
En otros países en los que se ha aplicado esa vía de pago, como Arabia Saudita, La Habana ha obligado a los profesionales a entregar más del 75% del salario, como ha podido confirmar DIARIO DE CUBA.
Aunque en los escenarios internacionales, el régimen cubano recoge frutos de su "diplomacia médica", el embajador rechazó "absolutamente" cualquier tipo de intención política o propagandística en esta cooperación.
"Ninguna motivación política entra aquí, como ninguna motivación política ha entrado en toda la historia de la ayuda médica cubana brindada en el mundo", dijo.
El embajador llamó "denostadores" a gobiernos que como EEUU critican las misiones de La Habana. "Ellos no son capaces de hacer cosas similares", señaló.
La exportación masiva de médicos cubanos ha estado en el foco de organizaciones de derechos humanos, por la apropiación de los salarios por parte del Gobierno, por la fuerte vigilancia y restricciones a sus libertades fundamentales a que son sometidos los profesionales.
Relatores de la ONU han advertido que esas condiciones podrían constituir formas de "trabajo forzoso" y "esclavitud moderna".
La venta de servicios médicos generó al Gobierno ingresos de 6.400 millones de dólares en 2018. La Habana se queda con al menos el 75% de lo que pagan en salarios los países de destino por el trabajo de los profesionales, mientras vende las misiones como acciones de solidaridad.