El Gobierno brasileño convocó a los médicos cubanos que decidieron permanecer en el país tras el fin del cuestionado programa Más Médicos para que ofrezcan atención en municipios aislados y apartados y ayuden en el combate al Covid-19.
Tras varios meses de anuncios y negociaciones, el Ministerio de Salud publicó el jueves en una edición extraordinaria del Diario Oficial de la Unión el decreto por el que permite que los cubanos se inscriban en el programa de atención en áreas remotas y empobrecidas conocido como "Médicos por Brasil", precisó un reporte de EFE.
Los galenos de la Isla podrán ocupar los cupos que no fueron aceptados por los brasileños para combatir una pandemia que ha dejado hasta ahora 77 muertos y 2.915 casos confirmados en Brasil.
Las plazas inicialmente habían sido ofrecidas a médicos formados en Brasil o a brasileños y extranjeros graduados en el exterior, pero con título reconocido en el país, y la oferta ahora fue extendida a extranjeros que no han homologado su formación en el país.
En esta situación se encuentran los cerca de 1.800 médicos cubanos que prefirieron permanecer en Brasil cuando, en noviembre de 2018, el Gobierno cubano ordenó el regreso de los 8.332 profesionales que atendían municipios aislados brasileños en el marco de un acuerdo de la era de Dilma Rousseff.
El Gobierno de Cuba puso fin al programa luego de que el entonces presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmara que los médicos cubanos eran sometidos a un régimen análogo a la esclavitud.
Los médicos que permanecieron en Brasil no podían ejercer hasta ahora en el país debido a que sus títulos no son reconocidos, por lo que se dedicaron a otros oficios.
Según la norma publicada, solo podrán inscribirse en el programa los profesionales cubanos que se encuentran en Brasil en la condición de "naturalizado", "residente permanente" o "refugiado", así no cuenten con su título reconocido en el país ni hayan realizado los exámenes de validación.
Los contratados podrán firmar contratos de dos años renovables con salarios iniciales de 12.000 reales (unos 2.400 dólares).
La convocatoria era muy esperada por los cubanos, pero entre la nutrida comunidad de médicos que decidió quedarse en Brasil hay sentimientos encontrados ante el llamado de Bolsonaro.
Entre resiliencia y escepticismo
"Estamos muy contentos porque llevamos esperando esa noticia hace mucho tiempo", dijo la semana pasada a EFE Martha Emilia Betancourt, una médica cubana de 30 años residente en el estado de Sao Paulo.
"La mayor parte del tiempo he estado desempleada. Solo trabajé unos tres meses, en una pizzería, cuidando a una señora mayor y en telemarketing", dijo por su parte Maritza Acuí, cubana residente en Osasco, municipio en el interior de Sao Paulo, el estado brasileño más golpeado por la COVID-19.
"Si nos necesitan para trabajar, nosotros damos el paso al frente", aseveró a Efe Ubaldo Gonzalez, de 40 años, considerado desertor por el Gobierno de Cuba, donde la ley establece que los trabajadores que abandonan una misión oficial en el extranjero —deportistas, médicos, maestros y otros profesionales— no pueden ingresar al territorio nacional durante ocho años como castigo.
Aun así, este médico de familia se muestra bastante escéptico con la posibilidad de volver a ejercer en Brasil.
Explica que las plazas de anteriores concursos eran ocupadas en su totalidad por profesionales brasileños, pero luego estos no se presentaban a sus nuevos puestos de trabajo, lo que obligaba al Gobierno a lanzar otra convocatoria con las mismas condiciones.
Y de nuevo, en un eterno retorno, los brasileños ganan esas plazas, pero las vuelven a dejar vacantes, muchas veces porque son en lugares remotos, carentes y alejados de las grandes ciudades.
"Hace más de un año que salí y aún no han cubierto mi plaza", comenta Martha, que fue médica en Sorocaba, también en el interior de Sao Paulo.
"Si Brasil nos necesita, me voy donde quiera que sea, como si es en la Amazonía", añade.
Por su parte, Maritza aprecia esta nueva invitación de Brasil, aunque lamenta que el Gobierno de Bolsonaro solo los "haya tenido en cuenta en este momento" de crisis.
"¿Tuvo que haber una pandemia para darse cuenta de que los médicos cubanos somos médicos, como cualquier otro? Eso es lo que más me entristece", apunta.
"No voy a trabajar un mes o durante el periodo de contingencia y que después me den un puntapié en mis nalgas", avisa.
Bolsonaro prometió ayudar a los que se quedarán, y los abandonó a su destino.
Ahora desean que los cubanos recojan migajas y ayuden a resolver el problema.
La esclavitud voluntaria es preferible a la miseria; la libertad del mendigo asusta.
Hay que reconocer que en estos últimos días, la cotización de los médicos cubanos ha subido. Y por supuesto, eso le genera dinero extra al régimen. Qué fue lo que pasó? Hace pocos días un médico uruguayo se refirió al asunto, justificando que buena parte de los países están viendo diezmadas sus plantillas de médicos y enfermeras, porque están evaluando si tienen el virus (algunos lo contrajeron), y necesitan reponer personal. Por qué los cubanos? Porque vienen con contratos masivos, de Estado a Estado, y si bien dudan de los conocimientos que puedan tener en la materia, necesitan "soldados" que vayan al frente de batalla.
Tienen que ascender por esfuerzo propio en la escala de valores de profesionales de la salud. ¡Suerte!
Eran esclavos bajo la administración del régimen cubano, y ahora los hay con el síndrome de la esclavitud, de ser segundones, de optar por lo mínimo, con tal de no regresar a Cuba y permanecer en Brasil. La esclavitud deja esas secuelas.