Leon Trotski, el más culto y no el menos canalla de los bolcheviques, veía una relación entre profecía y liderazgo. Según Trotski, los cambios en la "conciencia de las masas" responden a "necesidades objetivas" (¿recuerdan esas frases?) susceptibles de explicarse en teoría. Oportunidad, entonces, para el líder-profeta.
Dicho sin metatranca: a veces se ve venir la ola. En Cuba, eso no es nada nuevo. Siempre hay una ola en el horizonte. Ayer, Fidel conseguía desviarla hacia Estados Unidos. Hoy, Raúl tiene que arreglárselas para que el cubano de a pie se la trague. De la tesis de la válvula de escape a la tesis de la olla sin fondo, Cuba comienza el 2020, como tantos otros años, con las estadísticas de un Estado fallido y la máscara del estado de sitio.
Hace un tiempo, cuando el establishment del diálogo en ambas orillas preparaba el cambio-fraude que financiaría Washington, Raúl dijo que Cuba implementaría una fórmula de transición ecléctica. Si la nación es el ajiaco de etnias, culturas y creencias, la dictadura es la caldosa de modelos de opresión y corrupción. Con un Castro a perpetuidad en el trono.
En efecto, como en China y Vietnam, el castrismo ha creado una fidelísima (nunca tan a tono el término) clase media de funcionarios, profesionales, cuentapropistas y artistas e intelectuales; como en Rusia, una oligarquía industrial y financiera vinculada al narcotráfico, el lavado de dinero y contrabandos de todo género; como en Angola, un imperio familiar, con una hermética mafia vasalla compuesta principalmente por miembros de la vieja guardia.
En los dos últimos años, esta configuración mostró sus nuevas caras. Las designaciones de Miguel Díaz-Canel como presidente, y de Manuel Marrero como primer ministro, obedecen a la necesidad interna de conceder una representación a esa nueva clase. Puesto que el verdadero poder reside en el Partido y los militares controlados por Raúl, a este "relevo generacional" se le otorga la gestión de una parte de la economía, el ejercicio de una parte de las funciones y el disfrute de una parte de lo que se roba al pueblo. Además, tienen la ventaja de los fusibles caseros: son fácilmente reemplazables.
La caldosa raulista está limitada por la falta de recursos energéticos, así como la imposibilidad (¡estuvieron a un pelo!) de insertarse en la economía global como un Estado-factoría con una notable industria turística. (China es el cuarto productor mundial de petróleo; Vietnam tiene las terceras reservas de crudo en Asia; de Rusia y Angola ya sabemos.) Ante la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la recobrada influencia de la gusanera de Miami en la política hacia la Isla, cabe imaginar a Raúl como un agraviado Michael Corleone en la tercera parte de El Padrino: "Just when I tought I was out, they pull me back in!" ("¡Justo cuando yo pensé que estaba afuera, me metieron de nuevo!")
Aun en un ámbito celosamente vigilado, la piñata castrista no consigue pasar inadvertida, tal como pasaron los lujos de los jerarcas de la vieja guardia y, en particular, de Fidel y Raúl, en épocas sin Instagram ni Facebook. Pesaba también el simulacro ideológico. La Cuba comunista de la dictadura sin mercado tenía que propagar la consigna de la resistencia estoica. La Cuba fascistoide de la dictadura con mercadito ha de mostrar que allí, a pesar de los pesares, se goza. Por la rendija de ese contraste se escurren los indiscretos excesos de los hijos y nietos del poder.
Para observar la Letra de este año, nadie en mejor posición que Raúl, con su policía, sus sociólogos y sus chivatos. Obvia tiene que ser su profecía: seguir gobernando con un puño de hierro. La fuerza, Raúl, la fuerza. Volviendo a Trotski, el carnicero que pacificó a Rusia: "No creer en la fuerza es como no creer en la gravedad". A ver si aguanta la olla.
Bueno, Cuba fue desde el comienzo un estado fallido en estado de sitio. En cuanto el bagaje de destrucción del socialismo se hizo sentir y empezó a desmantelar la eficiencia de una economía de mercado, los estragos se empezaron a sentir. Y luego comenzó la disfuncionalidad y el desmantelamiento social y moral de la sociedad cubana. Todo esto en ciernes desde muy temprano. Yo diría que la relación es entre mal-liderazgo, la locura, el egocentrismo desquiciador y el oportunismo, con el consiguiente léxico marxista y socialista de los burgueses aburridos que lo inventaron. Si, válvula de escape, olla sin fondo, destrucción cíclica y sin fin en estado de permanente paranoia, urgencia y sitio. Como dice Andres una caótica caldosa, un ajiaco acido y destructivamente ecléctico desde el principio y probablemente perpetuo sin final. Ya no hay regreso, la destrucción es total y la única respuesta y solución es la autodestrucción completa del terrible mal que es el socialismo, y empezar desde 0
En su libro "Informe Contra mi Mismo" Eliseo Alberto "Lichi" describio de manera magistral como fue el fin del comunismo en la madrecita Rusia. Dijo que ni un solo loco defendio con la hoz ni con el martillo las conquistas de la revolucion de octubre. El comunismo se cayo sin tirar un tiro porque la gente no creia en ese sistema. Por supuesto que ese libro esta prohibido en cuba y casi nadie conoce quien fue Lichi.
Sin billete a la “Fuerza” se le va la luz.... #ParónDeEnero señores.
Asimismo medicus. Si no hay billete no valen chivatones, ni sociólogos ni policías.
Los mismos segurosos que salen a darle palos a las damas de blanco han de tener ciertas prebendas (y en todos los lugares del mundo es así, los cuerpos policiales tienen beneficios sobre otros trabajos gubernamentales).
Si eso falta, el fuego de la represión debe menguar.
"No creer en la fuerza es como no creer en la gravedad". ( Trotsky )
Si hay algo claro hoy en día, es la dramática derrota que han sufrido los marxistas y los neo-marxista no solo en el campo de la economía si no también en el campo Ideológico. La derrota ideológica es TOTAL. Todo el camino ideológico en que se basaron se les ha derrumbado. Desde los atomistas griegos pasando por el Darwinismo hasta llegar al socialismo. ("científico" o no ). Hace ya décadas que hacen agua por todas partes. Ni en la biología, ni en la astrofísica ni en la fisica moderna ni en nada ponen una. Por no tener ya no tienen ni "la fuerza de la gravedad", concepción superada por Einstein y otros años después basándose en el o revisándolo. Todo lo que tienen es simplemente "La Fuerza" y el ultimo intento desesperado por conquistar La Cultura para lograr "La Hegemonía". (Gramsci )
Si no fuera por el increíble daño que hacen, darían pena.
Aqui hay un poco mas del tema, por Montaner https://www.14ymedio.com/na…
Pues entonces, hemos de ser más capaces que Raúl con su policía, sus sociólogos y sus chivatos.
Refiriéndose a una situación muy parecida cuando se preparaba la guerra grande, el siempre genial Jose Martí, muchísimo antes que Trostki y para los mismos cubanos decía "hemos de ser sagaces como las serpientes y mansos como las palomas..."
El que quiera siga leyendo aquel artículo magistral....