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Política

Remesas es democracia

La aplicación total de la Ley Helms-Burton, con su agregado en la limitación de las remesas, no tiene como objeto evidente la democracia en Cuba.

La Habana

Antes de llegar a la democracia, el purgatorio. Para todos. Opresores y oprimidos. Distinguir, que es la marca de la buena estrategia política, no es la señal, como sucedió con el béisbol, que nos envía la Administración Trump. La aplicación total de la Ley Helms-Burton, con su agregado en la limitación de las remesas, no tiene como objeto evidente la democracia en Cuba, si no confundimos narrativa y política. La democracia en Cuba, como las remesas, es también un agregado de otra tema: la democracia en Venezuela. Sin Guaidó, las remesas no tendrían techo.  

¿Quién conecta a Guaidó con las remesas? La mala política. Una mejor aproximación para romper el vínculo siamés entre las autocracias de Cuba y Venezuela pasa por un quiebre de cintura estratégico: cierre al régimen de Venezuela y profundización de la apertura al pueblo cubano: un modo eficaz para seguir desatando el intrincado nudo umbilical entre el Gobierno y la sociedad. Si la venezolana apoya a Guaidó es porque, a diferencia de la cubana, no pudo ser totalmente capturada, casi reinventada, por el chavismo.    

Las remesas liberan a los ciudadanos del iglú. Son la otra ruta a la democracia. Hay dos vías de contestar a los estados: una heroica, que es la de los pocos, y otra ciudadana, que es la de los pueblos. Para esta última, la seguridad económica es fundamental para romper el síndrome de Estocolmo que condena a las sociedades a un ciclo vicioso de malestar-queja-agradecimiento, en una escala cada vez más frágil de penurias.  No hay que olvidar que la pobreza sostenible es el modelo elegido por los "socialismos" establecidos en las periferias.

Se podría establecer una correlación entre remesas y empoderamiento cívico de los ciudadanos. El constante comportamiento electoral de una minoría desde los años 90 del siglo pasado, que tuvo su más contundente afirmación en el referendo del 24F, es explicable en principio por la independencia económica que supuso el envío sostenido de remesas familiares. En términos cívicos la ganancia ha sido doble: la expresión autónoma del criterio y la percepción de que hay salida. Si las protestas esporádicas de los pobres no conducen a salidas democráticas es porque no pueden convertir su molestia en opción: esto solo se logra con autonomía.

Pero las remesas en Cuba han constituido la única vía para la democratización de la economía. Cuba es solo una economía de mercado en dos sentidos que la democratizan: el consumo y la inversión involuntariamente minimalista en el sector de la pequeña empresa privada.

Los datos son incontestables. Según los estudios del Havana Consulting Group las remesas en dinero enviadas a Cuba fueron en 2016 de 3.444,68 millones de dólares, mientras que las remesas en productos totalizaron un estimado de 3.000 millones. Combinados, llegaron a 6.444,68 millones de dólares.

Comparadas, siempre en el mismo año, esta es una cifra más alta que la suma total de las mercancías y servicios fundamentales en la cesta de exportación de la economía de Cuba: níquel: 464 millones; azúcar y sus derivados: 360 millones; tabaco: 211 millones; mariscos y pescado: 74 millones; servicios médicos: 900 millones; productos agrícolas: 24 millones y, turismo: 2.907 millones. En total: 4.959,1 millones de dólares.

Si el contraste se coloca en términos temporales más amplios, lo que es importante para la economía política porque permite determinar las tendencias, las remesas constituyen el principal soporte de la economía cubana. En los últimos nueve años, el crecimiento conjunto del turismo, más las exportaciones de níquel, azúcar y sus derivados, productos del mar, medicinas, productos agrícolas y tabaco sumaron 258 millones de dólares, con un bajo promedio de crecimiento anual de 28,66 millones de dólares. Durante el mismo periodo, las remesas en dinero crecieron a una tasa de 221,95 millones de dólares por año, o en una cantidad de 1.997,62 millones de dólares.  

Deberían ser obvias las conclusiones. El flujo democrático del dinero tienen un tetraimpacto: sobre la dinámica y orientación de la economía: como en el pasado, la fluidez de la economía depende de su relación con EEUU; sobre su estructura: el sector privado (la economía familiar es economía privada) constituye el motor de la economía; sobre la economía inclusiva (es mayor el número de ciudadanos que se benefician de las remesas que de los que se benefician del Estado) y sobre la autonomía cívica, sin la cual no se pueden construir ni la ciudadanía ni la democracia.   

Frente a una presidencia no electa por el pueblo, a una Constitución excluyente, a un Gobierno incapaz de reconstruir consensos y a una elite sin visión de Estado, ¿qué es lo que nos regala Trump?: un regreso impenitente de la ciudadanía el útero vacío del régimen. Avestruz exclusive.

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