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Sociedad

¿Cuánto tendría que trabajar un médico cubano para comprarle un carro a los militares?

El precio de los productos que venden los militares y el Estado son un escalón más en la explotación de los trabajadores.

La Habana

Si uno de los médicos cubanos que acaba de regresar de Brasil luego de que La Habana decidiera retirarse del Programa Más Médicos, se llegara por estos días a la agencia de venta de autos perteneciente a la Corporación CIMEX, en la calle 20 entre 1ra y 3ra, en el barrio de Miramar, encontraría que, para adquirir un BMW del año 2007, habría necesitado permanecer en el país sudamericano durante al menos una década.

La razón es que, luego de que el Gobierno cubano y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) le robaban el 75% por ciento de su salario, el médico percibía menos de 800 dólares, y el auto se vende por 90.000.

Si bien la distancia familiar a la que se veían obligados estos profesionales, así como las zonas donde debían ejercer su oficio en aquel país, por lo general las más atrasadas y distantes, añadían al servicio prestado una carga considerable de pesar, la remuneración excedía con creces la de sus colegas en la Isla.

Luego del aumento salarial dictado por el Estado cubano en 2014 para los profesionales de la salud, los salarios de los médicos se situaron, según el grado de especialización, entre 1.110 y 1.600 pesos cubanos; es decir, entre 44 y 64 dólares al mes.

Mientras un profesional del Programa Más Médicos habría requerido casi una década de ingresos para comprarse el BMW descrito, un médico que trabaja en Cuba necesita hasta 150 años.

Ya en marzo de 2018 el BMW mencionado estaba en oferta, pero con lo que cuesta no es de extrañar que todavía nueve meses después no haya sido vendido.

Lo sorprendente en la agencia de Miramar es que, a pesar de los precios, los autos se venden.

En junio de 2018 un lote de diez automóviles MG con tres años de uso fue puesto en venta en la agencia al precio de 70.000 CUC (que el Gobierno equipara al dólar) cada vehículo. Contó entonces un empleado del lugar que, cuando los autos llegaron, se produjo una aglomeración de personas que querían conocer el precio. Pero cuando se hizo público, los interesados "desaparecieron".

Cuatro meses después, sin embargo, los autos no estaban en oferta. Si su salida de la relación de vehículos en venta significa que se vendieron, los militares cubanos, dueños de CIMEX, se habían embolsado 700.000 dólares por esa vía.

En octubre se ofertaban un Peugeot 206 de 2001 y otro 301 de 2015, en 55.000 y 50.000CUC, respectivamente. También un Hyundai Accent de 2009 en 70.000 CUC, un Kia Picanto de 2018 en 80.000, tres Geelys Emgrand 718 de 2015 en 70.000 cada uno, y el BMW de 2007 mencionado al inicio de este artículo. Por estos ocho vehículos los militares cubanos obtendrían otros 555.000 CUC.

Antes, en enero de 2018, la agencia exhibía un Audi A6 de 2008 en 85.000, una camioneta Mercedes Benz Vito de 2010 en 110.000 y una camioneta Chevrolet Express de 2009 en 110.000, tres vehículos por cuya venta la corporación militar obtuvo 305.000 CUC.

Sin pretender cubrir con esta selección el total de los autos ofertados durante el año que concluye, por la venta de los conjuntos de vehículos usados mencionados los militares cubanos ingresaron 1.560.000 CUC.

¿Qué hacen los cubanos con los autos que compran?

Según Ernesto Rodríguez, mecánico que vive en Centro Habana, unos artesanos de Cienfuegos que conoce compraron un Mercedes viejo y lo repararon hasta hacerlo lucir como "una joyita" pues tienen mucho dinero.

"Yo tenía un cliente —asegura— que compró un Hyundai al principio de esas ventas. Él se dedica a todo tipo de negocios, hace carreras con el carro y ahora viaja al extranjero para traer mercancías y venderlas aquí".

Jorge Ernesto compró un Geely también varios años atrás "a un tipo que lo había comprado en la agencia".

"Para comprarlos hay que justificar el origen del dinero y yo no tenía cómo hacerlo", explica. "Le pagué unos cuantos pesos por arriba de lo que le costó".

Ahora Jorge Ernesto presta con su auto servicios de taxi de lujo.

Aunque definir el origen de los recursos financieros necesarios para comprar a tan alto precio autos usados, así como el uso que se hace de ellos, resulta difícil, los ejemplos citados demuestran que algunos cuentapropistas exitosos tienen la compra de esos vehículos como única posibilidad de hacerse de un vehículo propio, en tanto otros precisamente extienden el alcance de sus negocios gracias a esa adquisición.

El alto costo que debe pagar un cubano para comprar un carro de uso no es una excepción en la política de precios estatal.

Salarios vs precios

El grupo de Facebook Cubanos en España denunciaba días atrás los precios exagerados que, en vísperas de fin de año, sus compatriotas de la Isla debíamos pagar por productos como turrones, mostaza o salsa brava, todos españoles.

En un país donde un médico gana, luego de un mes de trabajo, entre 44 y 64 dólares, un turrón que en España se vende por 3,45 euros, alcanza casi diez dólares, según el testimonio fotográfico colgado en el sitio.

La sobrevaloración que alcanza un auto, sin embargo, es difícil de igualar en toda la red comercial estatal, la única del país.

El pasado viernes 21 de diciembre, Lina Pedraza Rodríguez, ministra de Finanzas y Precios, resumió "los principales aspectos y cifras que caracterizan el proyecto de Presupuesto del Estado" para 2019.

Se encontraba frente a los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular y realizaba un resumen del plan que los diputados debían aprobar. Una formalidad que, año tras año, se soluciona con la aceptación unánime.

Aseguró Pedraza Rodríguez que en 2019 se planifica recaudar 60.000 millones de pesos, de los cuales el sector estatal generará el 85% y la gestión no estatal un 13%.

Para la ministra, la magnitud de la aportación estatal valida "la prevalencia de la propiedad estatal socialista sobre los medios fundamentales de producción…", sin considerar en su evaluación que el llamado "cuentapropismo" está relegado a actividades marginales y contenido artificialmente en sus posibilidades de crecimiento y desarrollo, y que los salarios del sector privado superan varias veces el salario medio estatal, de unos 30 dólares al mes.

A todo ello hay que añadir lo beneficioso que resulta al Estado tener el monopolio del comercio que le permite vender vehículos viejos a precios tan exagerados.

Frente a esas razones que no barajó la ministra en su discurso, la llamada empresa estatal socialista aparece, más que como un lastre en el desarrollo del país, como un eslabón del sistema cruel de explotación del ciudadano que se reanima, entre otras vías, robando a médicos el 75% de sus ingresos y obligándolos a dilapidar el 25% restante adquiriendo productos tres, diez y hasta 20 veces por encima de su valor.

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