En una extensa reflexión sobre el Proyecto de Constitución de Cuba el director de cine Ernesto Daranas cuestiona que "la estructura actual del Estado y los modelos de participación existentes" sean "el camino hacia un socialismo próspero y sostenible" que defiende el Gobierno como sistema en la Isla.
Daranas se pregunta "¿en qué lugar de esa Ley de Leyes quedará decididamente afrontada la lucha contra la creciente pobreza? ¿Cómo se abordará constitucionalmente el acelerado envejecimiento de la población y las precarias condiciones de muchos de nuestros jubilados? ¿Por qué hay un grupo de derechos recogidos por la Constitución vigente que se omiten en el Proyecto?".
También critica, a modo de interrogantes, que "los cubanos no gozan de los mismos derechos que los inversores extranjeros", así como "la desigualdad de derechos y deberes entre la iniciativa estatal y la privada".
El cineasta vincula el texto de la futura Constitución con la Gaceta Oficial número 35 (10 de julio de 2018, que incluye el polémico Decreto 349) que "regulariza y limita el ya estrecho marco de acción de los emprendedores cubanos".
En tal sentido cuestiona si "¿lo que procede es la centralización y un mayor poder para el Estado o un diseño nacional más abierto, democrático y participativo? ¿No es el pueblo quien debe proponer y decidir acerca de todo esto?".
Para Daranas, con el proceso de "consulta popular", "se reitera un procedimiento que, aunque masivo y sujeto a un voto final, no resulta vinculante ni garantiza plenamente que un grupo de demandas esenciales vayan a ser atendidas".
"No solo se trata de cuántos cubanos leen o discuten el Proyecto, o de cuántos van a aprobar o no al final lo que se les presente. Se trata, también, de tener acceso a sus inquietudes y comprobar de qué manera, y en qué medida, las mismas terminan conformando realmente una nueva Constitución capaz de devolvernos una visión de futuro", manifiesta.
Daranas: 'Es difícil entender una verdadera independencia sin independencia económica'
En opinión del director de filmes como Los dioses rotos, Conducta y Sergio y Serguei, "nuestro desarrollo no puede quedar eternamente supeditado a la posibilidad de que se levante el 'bloqueo', a los vaivenes de la inversión extranjera, al aliado de turno, al número de turistas, al ciclón de cada año, ni a la volátil situación internacional".
Presenta como "una de las más caras consecuencias" del estancamiento económico en Cuba "la fuga del capital humano compuesto por jóvenes y profesionales formados en el país".
"¿Hasta dónde las restricciones que determinan esta grave anomalía han afectado nuestra calidad de vida, restando valor al esfuerzo propio como fuente del bien común, generando corrupción, desmotivación e ineficiencia a todos los niveles?", añade.
Daranas no entiende que "exista una Ley de Inversión extranjera y que la propia Constitución de la República limite la posibilidad de los cubanos de llegar hasta donde su capacidad y esfuerzo les permita".
"¿Acaso no aportarían infraestructura y riqueza al Estado, integrándose como actores económicos a ese socialismo próspero y sostenible al que se aspira? ¿Cuál es la lógica tras esta diferenciación entre cubanos y extranjeros? ¿No se oponen a ella nuestros derechos como cubanos, la autoestima nacional y la propia diversidad de opciones económicas y de modos de propiedad que ofrece el socialismo?", continúa preguntándose.
Critica que las "principales opciones de desarrollo" de Cuba "se centren en un modelo de propiedad estatal que, a lo largo de ya más de medio siglo, no ha resultado eficiente".
Daranas considera que "el pueblo es el gran inversor de los recursos que administra el Estado y la razón de ser del mismo. En consecuencia, le corresponde a él proponer y decidir el modelo económico a seguir, la pertinencia o no de un partido único, la pretendida irrevocabilidad del socialismo y cualquier otra definición de principios referida al Estado que lo representa".
Elecciones directas y diáspora
El director de cine propone "el diseño de un modelo electoral basado en el voto directo a todos los niveles (…) hasta la elección misma del Presidente", en el cual "los candidatos serían aquellos ciudadanos más capaces y dispuestos para resolver los problemas de su comunidad y de la nación".
Para Daranas, "un proceso de esta naturaleza permitiría un Estado menos burocrático, libre de estructuras con atribuciones paralelas, con una clara vocación de servicio a los electores y donde la vanguardia del pueblo estaría legítimamente conformada por esos ciudadanos más capaces para aportar riqueza, cultura, valores, soluciones sociales y conocimiento a la nación".
Sobre el hecho de que la "consulta constitucional" se haya abierto "a la diáspora", lamenta que "no ha venido acompañado de su derecho al voto y a invertir en su país de origen".
Llama la atención de Daranas "la mencionada omisión de algunos derechos presentes en la Constitución vigente y de otros que, como el derecho a huelga, forman parte de las armas históricas del pueblo para hacer valer sus reclamos".
"Por el momento, [en el texto constitucional] no solo está limitada la iniciativa privada, sino la propia diversidad de modelos que ofrece el socialismo. Una nueva Constitución es una gran oportunidad de cambiar eso, aportando nuevas reglas de juego que permitan un verdadero espacio de realización a nuestras aspiraciones y sueños", concluye.