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Vivienda

Cien familias albergadas llevan meses bebiendo agua contaminada con residuos albañales

'Nos han abandonado', dicen los habitantes del albergue Cataluña, muchos de ellos ancianos y niños.

La Habana

Cerca de cien familias residentes en el "albergue de tránsito" Cataluña, en La Habana, beben agua contaminada con residuos albañales desde hace más de nueve meses.

Aseguran que han realizado gestiones ante las autoridades, pero solo reciben como respuesta silencio o evasivas.

"Hace seis meses vinieron funcionarios del gobierno y Vivienda municipal y trabajadores sociales. Se les dijo todo lo que pasaba, pero jamás han vuelto a aparecer. Nos han abandonado", lamentó Sumali Molina Herrera, madre soltera residente en el albergue.

El Cataluña fue construido en el año 2000. Está ubicado en 3ra entre Playita y Giralt, reparto Vista Alegre, municipio de 10 de Octubre. Tiene 97 cubículos, todos ocupados. Los habitantes perdieron sus viviendas por derrumbes y otros sucesos. Muchos son ancianos y menores de edad.

Aunque en teoría la estancia en este sitio debería ser temporal, algunas familias llevan en el albergue 15 años y no tienen esperanzas de salir. En un año, solo dos han conseguido que les otorguen viviendas definitivas. Muchos niños han nacido en el lugar.

La contaminación de agua potable se produce desde mayo de 2017 debido a roturas en las tuberías, que están calcinadas.

Unos 15 cubículos están además afectados por el desborde de aguas albañales en interiores, patios y frentes.

Los residentes de Cataluña reciben el suministro de agua potable en días alternos, por las noches y durante solo unas horas.

"El agua entra y tenemos que dejar que la pila bote líquido oscuro hasta que va aclarando su color. Llevamos meses tomando agua sucia", afirmó María González.

El albergue no cuenta con una oficina para atender a los residentes. El local correspondiente fue entregado como habitación a una familia hace cuatro años.

"Pocos aquí conocen a la administradora del albergue porque nunca viene", dijo Yarina Barquín Torres, madre de tres niños. "Siempre dice que están viendo qué hacer, pero no acaban de resolver este problema".

Según una funcionaria de Vivienda consultada por DIARIO DE CUBA, la solución en la que se trabaja no es la de mejorar las condiciones de vida de los albergados, sino entregar los cubículos como propiedad a sus habitantes.

"Pero es un proceso lento y complicado", dijo la funcionaria, que pidió mantenerse en el anonimato.

Si reciben los cubículos que habitan en propiedad, los vecinos tendrán que enfrentarse al problema con sus propios recursos, que son escasos.

Muchos de los habitantes de Cataluña son "casos sociales". Los que están en peor situación reciben ropa de uso y una chequera de 110 pesos (poco más de cuatro dólares) mensuales, cifra que aumenta por cada niño menor de edad.

Además del problema del agua, la mayoría de los cubículos, de mampostería y techos de fibrocemento, tienen filtraciones y tupiciones en los tragantes. Las familias viven hacinadas, pues muy pocas cuentan con dos habitaciones.

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