Rafael Morante Boyerizo, diseñador, publicista, ilustrador, historietista y escritor, falleció este domingo en La Habana, a los 90 años de edad, informa EFE.
Morante, Premio Nacional de Diseño 2015, nació en Madrid en 1931, llegó a Cuba en 1940, como parte de los exiliados que abandonaron España durante la Guerra Civil. A partir de entonces desarrolló una carrera que, antes de 1959, estuvo marcada por su trabajo en agencias de publicidad.
Durante más de 60 años colaboró en diversas publicaciones, diseñando colecciones, logotipos, numerosas cubiertas y una gran cantidad de ilustraciones.
Fue uno de los fundadores del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI) y del Instituto Cubano del Libro (ICL).
Junto a diseñadores como Eduardo Muñoz Bachs y Eladio Rivadulla participó en el diseño y reproducción de los primeros carteles de cine en serigrafía del ICAIC.
Uno de ellos fue el de la conmemoración del primer aniversario de la Cinemateca de Cuba, en el que con una formulación sintetizadas a dos colores introdujo por primera vez la representación de Chaplin, que se convirtió en figura símbolo más recurrente del cartel del cine cubano. Además, diseñó la revista Cine Cubano.
Morante fue profesor en el Instituto de Diseño Industrial, el Ministerio de Comercio Interior, el Instituto de Diseño Comercial (Bolivia), el Colegio Universitario de Segovia y en el Instituto Europeo de Diseño, en Madrid, y además, consultante y tutor de tesis en distintas universidades, así como conferencista y ponente en eventos nacionales e internacionales.
En 2001 recibió la Distinción por la Cultura Nacional, el Premio Espacio a la Obra de la Vida, de la Asociación Cubana de Publicitarios y Propagandistas y el Premio Nacional de Diseño del Libro.
A ello se suman otras distinciones como el Premio Eduardo Muñoz Bachs de Diseño Gráfico (2010), el Sello de Laureado del Sindicato Nacional de Trabajadores de Cuba (2014), el Premio Maestro de Juventudes.
Además de su labor como dibujante e ilustrador, publicó las novelas Amor más acá de las estrellas, premio David de Ciencia Ficción (1984) y Desterrado en el tiempo, publicada por la Editorial Letras Cubanas, en 1990.
Sus cuentos fantásticos y de ciencia ficción aparecen recogidos en diversas antologías en Cuba y en el extranjero. También realizó historietas, entre ellas, Alona y los otros.
Lo recuerdo como maestro de diseñadores gráficos, en tiempos en que la edición de libros y de carteles eran todo un arte.
Doña Ana___ Morante era un excelente dibujante sobre todo para tiras de comics donde exhibía un talento extraordinario en un país sin esa tradición gráfica. Tuvo su época de oro, pero fue superado por otros como Ñiko, Rene Azcuy, Rostgaard ,Villaverde y otros más jóvenes que invadieron el ICAIC. Morante era un personaje en sí mismo: arrogante, pedante y resentido.
Mi experiencia sobre el trabajo de Morante como diseñador proviene del Instituto del Libro, y allí era considerado como maestro de diseñadores, aun cuando existían otros referentes de estilos de diseño gráfico contrapuestos al de él. Pienso que sin duda en eso dejó una impronta, en un tiempo en el que proliferaron (un tiempo pasado ya) diseños de diversas tendencias.
No conocí su obra en tiras cómicas, ni seguí su trabajo después que yo dejé el ICL.
Y sí; daba la impresión de ser arrogante. Quién sabe a qué se debía. Va y estaba como el gallo de "Meet me in the morning", who knows!.
Doña Ana— Las tiras cómicas nunca las publicó formaba parte de un proyecto que al final fue bloqueado por la Inquisición, porque tenía una fuerte influencia de un film francés que en esa época se exhibía en los cines de La Habana (el titulo era algo con Neuchatel ) que utilizaba en sus escenas comics al estilo pop; un pecado entonces de diversionismo ideológico.
Ély Francisco Masvidal eran los diseñadores mâs notables en la mansión de 19 y 10 en esos tiempos, no sôlo por su creatividad y artesanía, sino por su nivel de información de las tendencias internacionales que le dieron a sus obras, principalmente en la de Masvidal, un look contemporáneo en medio de tanto realismo socialistoide. .
(PD: Morante era un pesao)
Gracias por recordar a Masvidal, ¡buen diseñador! y buen amigo. En él y en Ernesto Joan pensaba cuando escribí el comentario anterior. Lleva usted razón. Recuerdo las discusiones entre Masvidal y Casanueva, el jefe de diseño de la editorial de Ciencias Sociales. Este último siempre más "realista", conservador, y Masvidal, como usted dice, todo lo contrario. Más tarde se incorporó al "team" de Masvidal, Navarrete, a quien lo montaron en una lancha cuando El Mariel después de enseñarle supuestos antecedentes penales.
Doña Ana__Ah, Roberto Casanueva…! Era el jefe del grupo diseño de Ciencias Sociales. Buen tipo, pero ya se había quedado atrás; otra generación. Por cierto, no sé si sabía que fue Casanueva quien trajo a Masvidal al ICL porque había trabajado con el padre de este en McCann Erickson en los 50‘s.
Hay que decir que había un potencial enorme en esos años en el ICL. Ernesto Joan, el benjamín entoces, magnifico ilustrador, hoy en Chile. Había otro muy bueno y talentoso de esa claque: Oscarito Herrera Pisarro apodado „Osacarito el vivo“, porque había otro llamado igual al que apodaban „Oscarito el bobo“, mâs suave y amable que el primero.
Creo que compartimos un lejano pasado 😉
Casanueva era buena persona, pero sacaba chaquetas con Masvidal, quien siempre estaba dos metros por delante de él. Entonces Masvidal bajaba al primer piso donde estábamos los editores, y ahí formábamos buenas chácharas. Me parece estarlo viendo.
Sí señor, "las vueltas que da una tuerca..."
Se recordará de Calviac 😂😂😂 personaje aquel.
Calviac era el subdirector de Ciencias Sociales. Sabe lo que le hicimos una vez? (Creo que fue idea de Masvidal, no recuerdo bien) Calviac tenía la costumbre de meterse en un bañito que daba al pasillo, debajo de la escalera. Allí se sentaba a… lo que fuera, y a leer planas. Pues un día le pasamos el pestillo de afuera de la puerta. Al cabo como de media hora empezó a dar trastazos, y después a gritar porque no podía salir. Del tiro rompió la puerta. Nos llevaron a un Consejo de Dirección a todos los que estábamos allí. Éramos como 7 u 8. Calviac estaba frenético y Alcibiades Hidalgo, que era el director tenía que aguantar la risa. Eso fue inolvidable. Creo que ni sanción nos pusieron, porque lo único que se dañó fue la puerta.
Ahora que cita a Hidalgo. ¿Qué habrá sido de Ana Suárez que era entonces su mujer? Había sido repatriada y trabajaba como emplanadora en Pueblo y Educación. Entonces joven, era bastante militante. Sin embargo había en ella algo que la hacía diferente. Tal vez después de haber vivido y crecido en USA, tenía otra interpretación de la realidad.
No tengo idea.