La vida de los cubanos se puso más difícil desde el jueves 10 de junio, cuando el Banco Central de Cuba (BCC) anunció que a partir del próximo día 21 no se aceptarán más depósitos de dólares norteamericanos en efectivo en los bancos del país. Comenzaba así un nuevo chantaje y atropello a los cubanos, independientemente de sus lugares de residencia. Una vez más, el régimen ha acudido a lo que bien sabe hacer: la extorsión y la estafa.
¿Por qué ocurre esto? Muy sencillo, el régimen no tiene un centavo en sus arcas, los bancos están secos de divisas. El sistema de economía medieval implantado hace 62 años es incapaz de generar riquezas. Se trata de un sistema parásito, moldeado para sobrevivir gracias a la subvención de una metrópolis (URSS) o del saqueo a un país sometido (Venezuela).
Al no tener ya esas vías —Rusia no presta dinero y Venezuela está en bancarrota—, el país se ha quedado sin un soporte financiero que lo sustente. Lo único que queda a mano es exprimir al exilio a través de las remesas, y seguir explotando a los médicos esclavos que envía al exterior.
Objetivos de la medida
La medida persigue varios objetivos. El más importante y urgente: satisfacer la obligación de pago con el Club de París para no caer en un default, lo cual significaría el entierro de la economía cubana.
El Club de París dio un ultimátum para que Cuba pague, y si no lo cumple, las consecuencias serán terribles: ninguna organización internacional, banco privado o inversionista va a dar una línea de crédito a la Isla. Cuba se convertiría automáticamente en un paria de los mercados financieros internacionales, si no lo es ya. Por tanto, sería casi imposible conseguir créditos, y si se hace, estos vendrían con unas tasas de interés altísimas. Los acreedores podrían embargar los activos que Cuba tenga en el exterior, o perseguir transacciones financieras para congelarlas y saldar las deudas. En el plano judicial, un país en default queda expuesto a eventuales represalias de países en los que residen los acreedores, lo cual pudiera derivar en embargos comerciales, ordenes de confiscación de activos, etc.
Por otra parte, el default sienta un precedente muy negativo como destino de inversión. La imagen de mal pagador cortaría toda oportunidad de atraer capital y haría incrementar aún más la calificación negativa, de país de alto riesgo para invertir.
Al no tener capital, el Gobierno ha acudido a implementar esta medida que estrangula a la población y al exilio: a ambos los toma de rehén para tratar de cubrir su falta con los deudores. El régimen se comporta como un secuestrador que intenta cobrar un rescate. El pueblo hambriento y secuestrado tiene que ir ahora corriendo a los bancos a depositar sus ahorros en dólares para poder comprar en tiendas que a su vez son propiedad de los secuestradores, y pagar sobreprecios de hasta un 240% en relación con el precio internacional de dichos productos. El exilio es, pues, quien una vez más va al rescate que evite la asfixia de sus familiares y seres queridos.
Otro de los objetivos del Gobierno es convertir su mecanismo de esclavitud feudal a esclavitud digital. ¿Cómo? Obligando al exilio a enviar los dólares a través de transferencias bancarias, pues esto será menos costoso que tener que comprar euros para después enviarlos y tener que depositarlos en efectivo en las cuentas en dólares en la Isla, donde se aplicaría un gravamen por el cambio de moneda a como el Gobierno cubano estime que sea la tasa de cambio.
Al final, los que envían y los que reciben estarían pagando un doble costo de canje de moneda, lo cual encarece la transacción, haciéndola mucho menos rentable para quien finalmente recibe un dinero que, a fin de cuentas, no será en dólares, euros o ni ninguna otra divisa, sino en los devaluados pesos cubanos que no sirven en ninguna parte del mundo.
Un tercer objetivo que persigue la medida es burlar las sanciones impuestas por los departamentos de Estado y del Tesoro de EEUU a las empresas que controlan el negocio de las remesas al país, en manos de los militares cubanos.
Con esto, los militares tratan de no perder su brazo financiero y, al mismo tiempo, de mantener viva su capacidad para lavar ese capital y convertirlo en activos, como hacen con la construcción de hoteles en un momento donde la ocupación hotelera no llega al 14%.
Otro de los objetivos es tratar de tener alguna capacidad de liquidez para poder pagar al cash los productos que se venden en las tiendas en MLC, puesto que ya no consiguen créditos ni cartas de crédito, ni siquiera a 720 días.
Ya ningún proveedor otorga créditos al Gobierno cubano, solo le sirven la mercancía si paga al cash. Es por ello que las ventas de los agricultores norteamericanos han crecido en los primeros cinco meses del año, pues EEUU es el mercado al que van a encontrar los productos mas baratos, aunque después se quejen del embargo. Todo lo contrario ha ocurrido con los suministradores chinos, quienes han reducido el envío de productos a Cuba en un 75% en los últimos cuatro años, por falta de pago. Los empresarios chinos no quieren saber nada de comerciar con Cuba, pues para ellos se trata de una actividad de altísimo riesgo financiero.
El mito de las bóvedas llenas de dólares
Lo peor de esta historia es la manipulación de las autoridades cubanas de decir que tienen las bóvedas llenas de dólares y que no pueden depositarlos físicamente en un banco en el exterior ni hacer transacciones en dicha moneda. Tal afirmación no tiene sustento y es una pena que algunos economistas cubanos la repitan como verídica.
En primer lugar, hace 18 meses que Cuba casi no recibe turistas ni remesas en efectivo. Por tanto, la probabilidad de asimilar cash en dólares por parte de los bancos ha sido prácticamente nula. A esto hay que agregar que los pocos turistas que llegan la Isla lo hacen con todo pagado desde sus respectivos países y además viajan con sus tarjetas de créditos. Prácticamente no usan cash en Cuba.
A esto hay que agregar que en el mercado negro el dólar fue subiendo su valor frente al peso cubano en la medida que se profundizó la crisis y la escasez de productos. Un proceso que se aceleró aún más después de que se implementara la llamada Tarea Ordenamiento, llegando estar el cambio en el mercado informal a 1 USD =70 CUP, mientras que las casas de cambio del Gobierno (CADECAS) y los bancos lo cambiaban a 1 x 25.
Es fácilmente comprensible que con esta diferencia cambiaria existente entre el mercado informal y el oficial, la posibilidad de recaudar dólares por parte del Gobierno era prácticamente nula.
El Gobierno solo es capaz de captar los dólares que la gente tiene debajo del colchón y que necesita depositar en las cuentas MLC para poder comprar con las tarjetas magnéticas los productos de primera necesidad que ya no se encuentran en el resto de cadenas minoristas.
Entonces ¿qué persona en su sano juicio va a creer que las bóvedas de los bancos están llenas de dólares cuando en el mercado no se han dado las condiciones para recogerlos? ¿Cómo es posible pretender aceptar la idea de que los bancos internacionales no aceptan dólares en efectivo de los bancos cubanos debido a las sanciones que mantienen a Cuba en la lista de países que apoyan al terrorismo? Si esto fuera cierto, desde el instante de la sanción el Gobierno cubano no habría aceptado dólares norteamericanos en efectivo ni transacciones electrónicas en esa moneda, las cuales siguen estimulando desde las páginas de Facebook de sus empresas sancionadas FINCIMEX S.A y AIS S.A para captar las remesas desde EEUU.
Esta medida se produjo, sencillamente, por el ultimátum del Club de París y el riesgo de default. Los acreedores se han cansado de tirarle la toalla al régimen cubano, sobre todo cuando este ha estado invirtiendo miles de millones de dólares en hoteles, inyectando capital a una industria que estaba en pleno declive hace cuatro años, y que está prácticamente muerta desde marzo de 2020.
El propio Gobierno cubano miente y se desmiente a sí mismo, pues no existen prohibiciones para la colocación de dólares en el exterior. Las sanciones del Departamento del Tesoro de EEUU con respecto a los bancos han sido dirigidas a la prohibición de financiamiento en dólares, no a la transferencia en especie proveniente de actividades como las remesas. Las otras sanciones han sido dirigidas a no permitir a empresas norteamericanas hacer transacciones con empresas cubanas bajo la estructura empresarial de los militares.
Por supuesto, los bancos internacionales han aumentado la supervisión de los departamentos de cumplimiento respecto a las transacciones que involucran a empresas cubanas, tal y como exigen los protocolos de las sanciones. Sobre todo, a las operaciones relacionadas con el otorgamiento de créditos. Pero no a las transacciones de remesas, ni de cambio de efectivo.
Cuba tiene relaciones de corresponsalía con cientos de bancos en Europa, Asia, Canadá y América del Sur. Por si fuera poco, tienen un banco en Londres, el corazón financiero de Europa. Este banco, propiedad 100% del Gobierno cubano, está conectado con cientos de bancos de todas partes del mundo. ¿Por qué entonces se trata de engañar al pueblo cubano y a la opinión pública internacional? ¿Se pretende presionar a la Administración Biden con semejante estupidez?
Conclusiones
Hay dos razones fundamentales por las cuales el Gobierno cubano implementó la medida de no aceptar depósitos en efectivo de dólares norteamericanos en bancos cubanos: 1. Recaudar dólares para pagar con urgencia la deuda al Club de París y evitar caer en default; y 2. Seguir burlando las sanciones impuestas por el Departamento de Estado y el del Tesoro a las empresas militares que controlan y lucran con el negocio de las remesas a Cuba.
La Administración Biden sabe perfectamente que hace más de seis meses el BCC otorgó las licencias para tramitar remesas a la empresa no bancaria RED S.A, la cual no pertenece a la estructura empresarial de las Fuerzas Armadas cubanas. Por tanto, es una responsabilidad del Gobierno cubano conectar a esta empresa con las empresas norteamericanas que anteriormente enviaban remesas a Cuba.
La Administración Biden no se va a dejar chantajear con este crimen financiero, pues sabe perfectamente que la cúpula militar mafiosa cubana roba y lucra con las remesas que los exiliados envían. La administración Biden conoce perfectamente bien la estructura empresarial de los militares y sabe que el exilio está muy consciente de cómo La Habana saca provecho a todo el negocio que rodea la tragedia migratoria cubana y la separación de las familias. Por tanto, cualquier concesión al régimen costaría muy caro en las próximas elecciones norteamericanas.
Por otra parte, si el régimen cubano quiere crear una situación que provoque un éxodo masivo, debe recordar que Washington tomaría tal desarrollo como un acto de guerra. Ese chantaje sería un suicidio. Por tanto, el Gobierno cubano se encuentra en una encrucijada. Si no cumple los pagos con el Club de París, caerá en default. Y si cae en default, al embargo norteamericano se sumarán otros embargos. Aumentar la presión interna es engañoso. La cosa puede terminar explotando en la propia Cuba.
Estan dando patadas de ahogados tratando de agarrar los dolares en poder del pueblo cubano...
Cuesta a los redactores de DDC diferenciar entre las formas ser o estar consciente. Siempre me parece leer la última cuando debiera usarse la primera. Penúltimo párrafo: el exilio es consciente. Enhorabuena por el artículo, acertado, como siempre.
Muy poco que opinar después de leer este excelente artículo sobre la última sucia movida de la dictadura, excepto subrayar el hecho de que la energía social norteamericana está mucho mejor preparada para actuar eficazmente en el terreno económico que en lo estrictamente político.
Hoy más que nunca es evidente el desconcierto y falta de concilio dentro del gobierno cubano, que ahora bordea peligrosamente un vacío de poder. Ello constituye una esperanza para el cambio. Así que probablemente no tengamos que sentir frustración, como tantas veces antes, por la respuesta de EEUU.
Gracias al señor Emilio Morales por su aporte que nos permite ver con mayor claridad y certeza este último, tan confuso episodio monetario.
Amigo John, yo tampoco tengo mucho que opinar. No soy ducho en economía; pero desde luego que este tema es mucho más importante que la promoción de opositores que buscan protagonismo.
Mi familia no tiene acostumbrado a nadie en Cuba a recibir "remesas". Envíamos dinero para cuestiones específicas de la familia. Por el momento, y hasta que se aclare la situación, nos abstendremos de hacerlo. Salimos pronto para Europa, pero afortunadamente nos quedaron suficientes Euros por la pandemia.
Es obvio que la "comunidad cubana" no toma muy en cuenta los avisos y consejos de los heroicos combatientes del llamado exilio histórico, que ya no tienen a nadie en Cuba, o simplemente los odian y desprecian tanto, que no están afectados por las nuevas medidas del gobierno cubano.
Hay algo de lo que estoy seguro: la gente en Cuba ha tomado esta situación con humor. Mis amigos y familiares en Cuba han atiborrado mi WhatsApp con chistes muy buenos.
Inevitables gazapos sitúan a nuestro amigo papo mas cerca de la novia del mediodía, que de la ciudad de Broward que da su nombre: Resulta que su familia no vacaciona con dinero plástico en tarjetas a uso de todo el primer mundo, emitidas en bancos e instituciones financieras de ese primer mundo que automaticamente cambian fondos a dólares, euros, yenes, libras esterlinas o donde quiera que esté el dispositivo que lee la tarjeta: ellos cargan -y usan durante la pandemia- efectivo en billetes desde el punto de origen a usanza de cuba.
Asi vives, así hablas. No se puede fingir todo el tiempo, señor oficial del minint.
Algo te faltará en tu jabita mensual de esta ocasión.
Bingo. Me descubrieron!!!!!
Ares, eres un bárbaro.
Así que me estás dando una clase de cómo viajar?
Tú no llevas ni un Euro cuando vas a Europa?
Jajajaja.
Pero tienes razón, yo soy el Teniente G2 Weston.
Yo no viajo, excepto a países socialistas.
Yo tengo un Lada y vivo en un apartamento de microbrigrada.
Y cuando vengo a la Yuma (clandestinamente, desde luego), soy auxiliar de enfermería, limpiándole el fondillo a viejos cagalitrosos como tú, que gozan de los privilegios del Medicare y el Medicaid.
Si esto es verdad la prohibición durará poco, pues en euros la cosa es más difícil para los adentro y los de afuera: se les deja muchísimo mas margen de ganancia al régimen y disminuye el poder de adquisición con el euro. Eso a mediano plazo va a disminuir el flujo de entrada y el ordeño del exilio disminuirá su flujo.
Es la patada del ahogado que se agarra a una tabla cercana porque la balsa de verdad le queda más lejos.
En nuestras manos está quitarle esa tablita para que termine la agonía de todos.