Al intervenir en octubre pasado en el "Foro DDC: Para la Cuba de mañana", el economista cubano Mauricio de Miranda insistió en que la oportunidad de una reforma en la Isla ya se perdió. Desde su perspectiva, apenas queda como remedio una suerte de cirugía mayor del sistema político y del modelo de toma de decisiones económicas que haga viable el desarrollo del país.
Pero, ¿cómo emprender semejante labor? ¿De dónde vendrán los recursos para hacerla? El también profesor de la Universidad Javeriana de Cali, en Colombia, tiene una propuesta que comenta a DIARIO DE CUBA.
"En un evento de democratización del sistema político, el país va a necesitar un apoyo externo, porque las principales fuentes de exportación de bienes y servicios que permiten la inserción económica internacional son insuficientes. Cuba va a necesitar una suerte de Plan Marshall", aseveró, en referencia al programa de reconstrucción de Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial.
La propuesta de De Miranda parte de una evaluación del estado de la economía cubana hoy: "La inversión bruta fija en Cuba, que equivale aproximadamente al nivel de inversiones, representa entre un 12 y un 15% del Producto Interior Bruto (PIB). Esa es una magnitud insuficiente para garantizar un crecimiento económico sostenido, y mucho menos un desarrollo económico en una economía como la cubana".
"Quiere esto decir que la economía cubana no genera las posibilidades de acumulación de capital con fuentes internas. Es una economía que necesita importar ahorro del resto del mundo para invertir. Pero además, es una economía endeudada. La deuda externa de Cuba crece, sobre todo por impagos, y ha llegado a representar un 225% de las exportaciones de bienes y servicios. Eso significa que los ingresos en divisas del país no son suficientes para pagar la deuda externa. Entonces necesitas atraer más capital o ser capaz de promover exportaciones, no solo para invertir, sino para pagar tus compromisos financieros", señala.
De cara a ese hipotético plan, indica el economista, "uno esperaría que la población emigrada juegue un rol importante en la reconstrucción del país. En segundo lugar, Cuba necesitará reinsertarse en los organismos financieros internacionales. El Gobierno tomó al decisión de sacarla del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Eso fue un error gravísimo, porque a fin de cuentas los organismos multilaterales garantizan un acceso a recursos financieros más ventajoso que el mercado de capitales".
El economista recuerda que el Plan Marshall "no supuso solamente préstamos, sino donativos e inversión. No es incrementar todavía más la deuda, sino crear las condiciones para recibir una corriente de recursos que permita iniciar la reconstrucción del país".
Al hacer su evaluación de la situación económica de Cuba, De Miranda enfatiza la curva de decrecimiento marcado que los datos oficiales muestran: la Isla ha crecido como promedio en las pasadas décadas un 1,2%, "insuficiente para sacar al país de la crisis y lejos de generar un proceso de desarrollo. Pero en el último periodo, de 2019 a 2023, esa variación ha sido negativa: menos 2,3%. Es como si cada año la economía se hubiera contraído un 2,3%".
"Cuba está en una crisis multidimensional. No es solamente una crisis económica que, por cierto, no es coyuntural, sino estructural, porque es de la estructura misma del sistema y del modelo de administración centralizada de la economía, que nunca ha funcionado bien, pero que en estos momentos está colapsando. Pero además es una crisis social, porque la sociedad está siendo golpeada por una situación de pobreza generalizada, que tiene que ver con la incapacidad de asegurar los medios de vida suficientes a partir de los ingresos por el trabajo", subraya.
"Esto es algo que destruye cualquier sistema económico y social, porque el trabajo tiene que ser la fuente principal de la riqueza. Si el trabajo no produce condiciones para reproducir la vida, para asegurar el sostenimiento de la familia, eso es desmovilizante, desmoralizante, y lleva a que la gente tenga que depender de una transferencia de recursos externos. Quienes tienen familiares en el exterior pueden recibir ese apoyo, y quienes no lo tienen, ¿qué pasa con ellos?", se pregunta.
"Y si además son personas ancianas, si están jubiladas y perciben una jubilación que es exigua, que no le permite ni siquiera sobrevivir —la mayor parte de los jubilados cubanos tiene un ingreso en torno a los 1.528-1.578 pesos, y un paquete de 30 huevos vale más de 3.000—, esto es un indicador clarísimo de insatisfacción de necesidades básicas".
Otro fenómeno asociado a lo anterior es la emigración, "que también es una expresión de la crisis social, porque sencillamente, para una parte importante de la población joven se ha perdido la esperanza. Y no hay esperanza porque la dirigencia cubana no ha sido capaz de formular un programa creíble de reformas económicas y sociales que apunte a la solución de la crisis. Y no ha sido capaz porque no ha querido escuchar. Desde todos lados han llegado opiniones, criterios de cómo solucionar, técnicamente incluso, los problemas de la crisis".
"Esto lleva, inevitablemente, a una crisis política, que se ha expresado en las protestas sociales de 2021, pero sobre todo en la pérdida de credibilidad, de confianza en la capacidad de la dirigencia cubana de sacar al país de la crisis. O sea, hay una crisis de credibilidad del sistema político mismo. Y esta es una de las cuestiones más importantes: si algo queda demostrado en los últimos treinta y tantos años desde el 'Periodo especial' es que no son suficientes reformas económicas. Las reformas económicas no pueden tener éxito si no vienen soportadas por una reforma política que cambie el sistema institucional y de toma de decisiones".
"La sociedad cubana no puede apuntar a otro lado que no sea la democratización del sistema político, porque al no ser democrático, la dirigencia cubana toma las decisiones que considera convenientes y necesarias según su criterio, y aquí la razón fundamental es sencillamente tratar de conservar el poder, que es lo que ha importado para la toma de decisiones", advierte.
De Miranda ha sido muy concreto en referencia a las sugerencias para que La Habana adopte una serie de reformas como las aplicadas en China y Vietnam décadas atrás, pues señala que estas, si bien han traído cambios en el nivel de vida de la gente, no favorecieron la democratización de esas sociedades.
"Yo he dicho que la dirigencia cubana perdió la oportunidad de hacerlo (esas reformas) a raíz del 'Periodo especial'. Ese habría sido el momento en que pudo haber consolidado un modelo totalitario haciendo reformas económicas profundas que condujeran a una economía de mercado, a una mayor apertura. Pero nunca los cambios, las medidas que se han adoptado, han sido sistémicas. Siempre han sido apuntando a solucionar este o aquel problema. Al no ser sistémicas, no solucionan los problemas de la economía cubana. No solo no los solucionan, sino que han creado otros. La destrucción de la industria azucarera es una responsabilidad íntegra del Gobierno, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de la dirección del Partido Comunista y, finalmente, de Fidel Castro, que fue quien ordenó el desmonte de los centrales azucareros, de la mitad de los cultivos de caña".
"Volvemos a lo mismo: no hay un sistema de rendición de cuentas, el sistema político no conduce a la posibilidad de que la sociedad le pida cuentas al Gobierno sobre lo que ha hecho, bien o mal. Sencillamente, ya no es posible hacer una reforma económica que saque el país de la crisis sin una reforma política".
Volviendo a China y Vietnam, señala De Miranda que, si se compara con el momento en que las naciones asiáticas iniciaron sus reformas, las condiciones de Cuba son diferentes en términos de tamaño de la economía, del territorio y la población.
Por ello, su veredicto es lapidario: "El Gobierno cubano perdió la oportunidad de consolidar un modelo totalitario que fuera capaz de generar prosperidad. Ya no es posible generar prosperidad sin remover el modelo totalitario".
Hace falta mas que un "Plan Marshall" (y el dinero que trae), y la gente quien la pone?, el biranato ha destruido la Nacion Cubana y si no fijense en lo que esta llegando de alla NINGUNO QUIERE TRABAJAR (y son los mas avispados la raspa del caldero se queda alli.....
Cuba necesita que la compren ....
Treaty of Paris (1783)
Treaty of Greenville (1795)
Louisiana Purchase (1803)
Adams-Onís Treaty (1819)
Annexation of Texas (1845)
Oregon Treaty (1846)
Treaty of Guadalupe Hidalgo (1848)
Gadsden Purchase (1853)
Alaska Purchase (1867)
Annexation of Hawaii (1898)
Spanish-American War (1898)
Acquisition of American Samoa (1900)
Virgin Islands Purchase (1917)
Casi todas esas compras fueron buenas porque se REPOBLARON (trajeron gente con ganas de trabajar. En la Guerra de 1898 algo vieron que no se quedaron con la finca.
Ademas la epoca de comprar tierra llena de mierda para abono paso de moda......
Señor Alcalde soy partidario de entregar Cuba a Jeff Bezos o Elon Musk y que la conviertan en un parque industrial a donde los mulatos al menos puedan sufragar tres comidas al dia, con una infraestructura acorde, cerveza y regueton los weekends.
El subsidio que en 3 décadas recibió el cartel de Punto Cero de la URSS es equivalente al menos 3 planes Marshall, y aún así los gánsteres socialistas dejarán una nación en escombros.
Sin embargo, una vez que se liberen las fuerzas productivas en una economía de mercado, el poder empresarial del exilio, las inversiones libres y los emprendedores que aunque queden en la isla, podrían reducir el atraso en un tiempo relativamente corto y al menos los bienes básicos estarían al alcance de la inmensa mayoría de la población.
Lo que no arreglan ni 100 toneladas de dólares es el aniquilamiento mental al que ha sido sometido buena parte de ese pueblo, acostumbrado a depender del estado, resentirse por el éxito ajeno, mentir y robar. Para eso, deberán pasar al menos 2 generaciones desintoxicadas de comunismo.
Lo material se podrá arreglar con "Plan Marshall" o sin él, pero el daño moral que se le ha hecho a la población difícilmente se arreglará a corto plazo.
Cuba lo único que necesita es la desaparición del Castrofascismo. Lo que venga después será responsabilidad del pueblo cubano en darse el Gobierno que se ha merecido siempre y nunca ha tenido .
Da lo mismo Trump que Biden más allá de las sanciones nada han hecho, ni van a hacer, sólo el pueblo de Cuba tiene la última palabra.
¿Cuánto cuestan 4 balas? Eso es lo que costaría recuperar la economía de Cuba, poniendo las balas en la cabeza de la Raúl.
a Raul le quedan 4 afeitadas