"Cuando usted lea este artículo yo estaré muerto", así se despidió, en un texto póstumo, el periodista y escritor cubano Carlos Alberto Montaner, fallecido por voluntad propia, a través de la ley española de eutanasia, el 30 de junio de 2023, a los 80 años. Su labor en aras de la democracia en Cuba lo convirtieron en uno de los más preclaros pensadores de nuestro tiempo, no solo del exilio, sino de la nación cubana en toda su amplitud.
La etapa final de su vida, marcada por una enfermedad neurodegenerativa y por su decisión de morir antes de que la pérdida de capacidades lastrara su labor intelectual, es el epicentro del libro Deséenme un buen viaje, escrito por su hija, la periodista Gina Montaner, y publicado por Editorial Planeta.
Con ella, quien a solicitud del padre puso negro sobre blanco cada momento del proceso que culminó con la muerte del autor de Viaje al corazón de Cuba y otros libros, conversa DIARIO DE CUBA, toda vez que Deséenme un buen viaje abrirá la Feria del Libro de Miami este 17 de noviembre.
En el último texto de su padre, publicado de forma póstuma, hace referencia a la película Mar adentro. ¿Cuán identificado se sintió Carlos Alberto Montaner con Ramón Sampedro?
Mi padre siguió con mucho interés la lucha de Ramón Sampedro para que se le practicara legalmente el suicidio asistido debido a la tetraplejia que sufría. Le parecía que su causa formaba parte de los derechos de los que deben gozar las personas que padecen enfermedades incurables o situaciones de salud muy adversas.
Cuando le tocó a mi padre comenzar la solicitud de prestación de ayuda para morir, se sentía profundamente agradecido por lo que había hecho Sampedro, porque gracias a él la batalla por la legalización de la eutanasia en España cobró fuerza. Sampedro muere en 1998 con la ayuda de amigos y la ley finalmente se aprueba en España en 2021. Fue un largo camino.
El libro que ahora presenta es un alegato en favor de la eutanasia, que tanto defendió en vida su padre, ¿siente que con esta publicación está honrando su memoria y reabriendo el debate entre quienes están en contra de la muerte asistida?
Con Deséenme un buen viaje no pretendo hacer proselitismo de la eutanasia, ya que se trata de una opción muy personal. Pero al relatar el proceso que vivió mi padre, con una solicitud que en una primera instancia fue denegada y hubo que apelar con la ayuda invaluable de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, dejo constancia de la lucha por acogerse a un derecho que, aunque en España es legal, hay que pelearlo, por los obstáculos burocráticos y por la propia resistencia de médicos que, desde la subjetividad, ponen en entredicho lo que la ley establece como "contexto eutanásico".
En su artículo póstumo mi padre invitaba al lector a reflexionar sobre el derecho a la muerte asistida. Fue algo de lo que hablamos mucho en los últimos meses de su vida y hacia el final me dijo que podía tener interés que yo escribiera sobre lo que había vivido con él. Tenía razón. Es un aporte más en un momento en el que esta cuestión se debate en muchos países e incluso en el cine hay al menos tres estrenos importantes que abordan el derecho a la eutanasia: los filmes de Pedro Almodóvar, Costa-Gavras y Carlos Marqués-Marcet.
En un texto publicado en El País, Vargas Llosa escribió sobre su padre: "Ni un solo minuto de su vida dejó de pensar en su patria, isla por la que suspiraba y se enardecía". ¿Cómo se manifestó este sentimiento y el constante pensar en Cuba en los meses finales de la vida de Montaner?
Así es. Mi padre nunca dejó de pensar en Cuba y la triste suerte de los cubanos bajo una dictadura cuyo final él no pudo ver. Sus memorias, Sin ir más lejos, que publicó en 2019 —cuando ya estaba aquejado por la enfermedad, pero con una calidad de vida aceptable— las concluye expresando un lamento: "Me habría gustado cerrar los ojos por última vez en la isla en que nací".
En el tramo final de su vida, esos ocho meses en los que empleábamos casi todo el tiempo en avanzar en su solicitud de prestación de ayuda para morir, tuvo muy presente a su país. Era para él una herida abierta.
De hecho, la última columna que publica antes del escrito de su despedida del columnismo y su artículo póstumo, es una carta abierta a Miguel Díaz-Canel en la que, una vez más, aborda el callejón sin salida que desde el principio fue la revolución cubana.
Mi libro también es la historia de una familia marcada por el exilio: ese "daño antropológico" que el castrismo ha infligido a todos los cubanos. Los que permanecen en la Isla y los que formamos parte de la diáspora.
¿Qué importancia tiene la presentación del libro en la Feria del Libro de Miami? ¿Cuándo se presentará en España? ¿Llegará a Cuba de alguna manera?
Estoy muy honrada de abrir la Feria del Libro del Libro de Miami el próximo 17 de noviembre con la presentación de Deséenme un buen viaje, que publica Planeta América. Durante años mi padre presentó sus libros con gran éxito en la Feria y para mí también ha sido un espacio acogedor. Lo es para todos los autores hispanos.
Planeta tiene previsto publicar y presentar mi libro en España a principios de 2025 y creo que tendrá repercusión, porque todo el proceso lo vivimos en España y tiene un valor testimonial con una ley muy reciente y en pleno rodaje.
En cuanto a su divulgación en Cuba, pues sé de algunos amigos que se lo han hecho llegar a sus familiares en la Isla. Mi padre es un autor prohibido. El régimen siempre hizo todo lo posible por denostarlo, pero no pudo con él: vivió libremente y murió libremente. Justo lo que cualquier dictadura pretende arrebatar a las personas.
¿Cómo invitaría a los lectores de DIARIO DE CUBA a leer Deséenme un buen viaje?
Los lectores encontrarán la historia de una familia marcada por el exilio, el activismo político de mi padre, su prominencia como intelectual y escritor. Es una travesía con dos componentes: la trayectoria vital con mi padre y el viaje último de él, en el que lo acompañaríamos hasta el final que él deseaba, que era marcharse antes de que el deterioro fuera mayor por su enfermedad neurodegenerativa.
Lo escribí como la película de nuestra vida con él. Los invito a acompañarme en este viaje.
Me pregunto cómo un hombre de su talante y de su talento no escribió (que yo sepa) sobre las conexiones de F.Castro con el estado profundo y la agencia malévola que lo instalaron, lo mantuvieron y hoy parecen estar detrás de la continuidad. Lo estuve admirando y fue un referente hasta que supe de toda esta camancola, que para mí es la explicación más coherente de todo el drama cubiche.
Carlos Alberto Montaner fue un hombre honesto y valiente que dedicó su vida a la causa de la libertad de Cuba. Como dice Weston, aprendí de él en una época en que lo necesitaba. Me basta con eso, el no es su hija, ni su declive al final de la vida significa nada para mí. Mi posición sobre la eutanasia, es aceptarla como decisión personal pero no la comparto. Es un desafío brutal a la naturaleza, especialmente, a eso que llamamos naturaleza humana, desde cualquier perspectiva que se le mire. Enfermarse es natural, educarse para enfrentarlo es una responsabilidad. Por otra parte, tomar cuidado de un enfermo es costoso, doloroso y todos los “osos” que quieran añadir, pero uno debe verlo como un acto que nos purifica y nos hace crecer. Yo no he consultado el tema, pero me gustaría saber como las escuelas de medicina manejan el contrasentido que representa atenerse al juramento hipocrático mientras practican la eutanasia.
Le puedo decir por mi experiencia en el Canada, que no se hace al menos allí; sin que un equipo de especialistas se involucre. El proceso es largo, al paciente lo entrevistan varias veces. A los familiares también. Sí el equipo médico huele algo que no es kosher, no proceden en conceder esa última voluntad al enfermo.
Yo fui testigo personal de un proceso de eutanasia en Canada. Afortunadamente, los médicos no se prestaron para el juego sucio de los familiares del muerto que lo único que querían era su herencia.
El Sr murió de muerte natural y me agradeció antes de morir que yo desaprobara su decisión.
Cosas horribles veréis queridos amiguitos.
Todavia recuerdo cuando se quitó la chaqueta de derecha y se puso la zurda para decir que Biden y Kemala no eran comunistas. Estos lideres instantáneos de buró son unos inservibles.
No voy ni a leer el articulo, debe ser otra berborrea como las que nos metió el occiso en sus ultimos años
Yo estaría de acuerdo con la eutanasia o el suicidio asistido si este no requiriera la participación de un colaborador necesario, ejecutor o verdugo de bata blanca. Realmente, es muy comprensible que quien esté postrado en una cama totalmente inmóvil o sufriendo una enfermedad insuperable y penosa, desee terminar sus días de una vez por todas. Comprensible, insisto. Pero también entiendo al médico o profesional de la salud que por sus convicciones éticas o religiosas se niegue a participar en lo que es de hecho un homicidio, por más que la izquierda española lo pinte como el summum de lo progre. Otros apostarán por la muerte, no dudo que con todo su derecho, pero yo sigo apostando por la vida y rechazo las consignas mortuorias, lo mismo castristas que hispanosociatas. A mí que nadie me busque para que lo ayude a suicidarse. Ni de coña.
CAM te recordé cuando Trump gano la presidencia. Que Dios tenga misericordia de ti, Él , con su Piedad infinita. En el nombre de Jesucristo, Dios perdona sus pecados y los de todos nosotros.
Hay que tenerlos bien puestos para decidir toda una vida en unos segundos.
Un intelectual de Cuba y del mundo de las letras Hispanas. Un gran analista político y visionario.
Que en paz descanse.
Todo mi respeto para la familia de Montaner. Si valiente es la decisión del paciente de optar por la eutanasia, valiente es también la familia cuando lo acompaña. Vivió libremente y murió libremente. Justo lo que cualquier dictadura pretende arrebatar a las personas". Muy bien dicho.
Mis respetos para Carlos Alberto Montaner. Como si no fuera suficiente la obra de su vida su despedida fue épica.
Carlos Alberto Montaner fue un buen hombre, un distinguido intelectual y un patriota. Le agradezco que me haya ayudado a pensar distinto cuando, aún yo estando en Cuba, escuchaba sus comentarios en Radio Martí. Su defensa del capitalismo y el libre mercado en contraposicion a las politicas colectivistas de los "tontos latinoamericanos", fue clara y eficaz. En los últimos años de su vida, algo ocurrió en su mente. Escribió al menos una novela de contenido erótico y comenzó a alinearse al lado de los liberales. No puedo decir, que tal vez ello fue consecuencia de la enfermedad neuro-degenerativa que comenzó a afectarle la esfera cognitiva, pero parece que en ningún momento desarrolló una demencia evidente. De cualquier manera, si algo me queda en el recuerdo sobre Carlos Alberto Montaner, son sus virtudes.
De Gina Montaner y su ex-esposo, Jorge Ramos, prefiero no opinar.
Tampoco opinaré sobre el suicidio asistido.
Estimado Weston, tuve la oportunidad de conocer a Carlos Alberto en una feria del libro de Madrid.
Me pareció una estupenda persona con la que puedes pasar conversando horas y horas.
El suicidio asistido es un tema bioético muy polémico, es una decisión bastante difícil, pero hay que entenderla.