'Situación criminal': la Unión Eléctrica de Cuba pone en peligro la salud de sus obreros y lo exhibe

Cuatro fotos publicadas por la estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba en su perfil institucional, en las que se ve a varios trabajadores paleando cenizas en el interior de la caldera de una termoeléctrica de la Isla sin usar medios de protección, encendieron las alarmas.

La publicación, hecha el sábado 10 de agosto, y en la que se pretende dar cuenta de las acciones de la entidad para tratar de resolver la oleada de apagones que se incrementó en la Isla debido a averías en ocho plantas generadoras, puso en evidencia las condiciones de riesgo extremo en que las autoridades hacen trabajar a sus obreros.

"Personal técnico y obreros de la Central Termoeléctrica Ernesto Guevara de la Serna, en Santa Cruz del Norte, realizan limpieza en la caldera de la unidad número 2, escoreo (SIC) del horno y limpiza (SIC) de filtros de lubricacion (SIC), lo que facilitará próximamente el arranque de la maquina (SIC)", dice la publicación.

Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, tras apreciar las instantáneas, ofreció precisiones acerca de la situación que ponen en evidencia.

"Los desechos sólidos de las industrias que utilizan la combustión de combustóleo pesado para la producción de electricidad en centrales térmicas producen una mezcla compleja de contaminantes en la atmósfera, como gases ácidos, compuestos orgánicos y residuos sólidos como cenizas volantes y cenizas de fondo", precisó para DIARIO DE CUBA.

"Las cenizas de fondo son un material de desecho que se produce continuamente en las centrales térmicas. Está hecho de partículas de ceniza aglomeradas, que son demasiado grandes para ser transportadas por los gases de combustión y caen a través de rejillas abiertas a una tolva de cenizas en el fondo del horno".

"Debido al tamaño diminuto de las partículas y a la presencia de elementos tóxicos, como arsénico, cromo, plomo, vanadio y zinc, estas cenizas están consideradas altamente peligrosas para para el ser humano", alertó.

Piñón recordó que científicos y expertos cubanos, como C. M. Alonso Hernández, J. Bernal Castillo, Y. Bolaños Álvarez, M. Gómez Batista y M. Díaz Asencio, todos asociados con el Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos, "han publicado importantes estudios que demuestran el peligro en la manipulación de las cenizas de las calderas".

"Los trabajadores que manipulan cenizas necesitan equipo de protección, como guantes, gafas, máscaras y otros. Este equipo los protege del polvo y otros materiales nocivos. La UNE debería de proporcionar y capacitar a los trabajadores sobre la importancia de este equipo y establecer reglas claras para su uso. Sin él, los trabajadores pueden tener graves problemas respiratorios y cutáneos", señaló.

"Regulaciones sobre la seguridad y protección de los trabajadores en la Unión Europea y los Estados Unidos considerarían esta una situación criminal, que claramente responsabiliza a la empresa por el posible impacto negativo en la salud de sus trabajadores", finalizó.

En el propio foro de la publicación de la UNE, varias personas mostraron su alarma. Por ejemplo, Juan Carlos Sotolongo González comentó: "Desechos sólidos de la combustión del crudo cubano, que tiene gran cantidad de compuestos químicos derivados del azufre, vanadio y otros metales. Me pregunto … ¿por qué no usan los obreros los medios de protección individual? ¿Saben a qué se arriesgan de realizar esas labores sistemáticamente desprotegidos de tales medios?"

En la misma dirección, María Antonia Piñón apuntó: "La salud y seguridad de los trabajadores es importante. Las cenizas de esas calderas tienen un alto nivel de metales contaminantes, como vanadio. ¿Dónde están los equipos de seguridad de esos compañeros?"

Y Mayra Rabí sumó: "Lo más triste del caso es que esos pobres trabajadores se están esmerando, sacrificando, porque por supuesto tienen que trabajar, hasta arriesgando sus vidas, y el resultado no se ve. Están luchando con un cáncer y ya el paciente no tiene vida".

Sin embargo, una breve revisión de antecedentes muestra que esta situación es todo menos excepcional. En abril de 2023, durante la limpieza del interior de la chimenea de la termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, se produjo el derrumbe de una pared que segó la vida de dos obreros e hirió a otros dos. 

En las labores de limpieza y rescate intervinieron decenas de trabajadores a los que la propaganda oficial, que habló de "acciones heroicas", mostró cubiertos de cenizas tóxicas, la mayoría de ellos sin los medios de protección adecuados.