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El Zoom de DDC

'Hay restaurantes cubanos con retratos del Che y ninguno de Celia Cruz: yo a esos lugares no voy'

Miguel Antonio Caballero, creador del restaurante cubano Apululu, cuenta cómo en su negocio coexisten la cocina tradicional y sus ideas políticas.

Madrid
Miguel Antonio Caballero, dueño del restaurante cubano Apululu. DDC TV
Miguel Antonio Caballero, dueño del restaurante cubano Apululu.
Miguel Antonio Caballero, dueño del restaurante cubano Apululu. DIARIO DE CUBA

En el Mercado San Fernando del barrio madrileño de Lavapiés hay un puesto de comida cubana que evoca la cocina de cualquiera de nuestras abuelas. Con una carta enfocada en platos tradicionales, bebidas como el mojito, el daiquirí y batidos de frutas tropicales, Apululu recibe a sus visitantes con un cartel en neones de "Patria y Vida" y otros que piden libertad para Cuba. Su dueño, Miguel Antonio Caballero, quiso crear un espacio de "cubanos para cubanos".

"No es vender el cliché cubano para el público de España. Puede venir un español y consumir, o cualquier persona de cualquier lugar del mundo, pero es un espacio creado para sentirse en familia. He llegado a restaurantes donde hay retratos del Che y ninguno de Celia Cruz. Yo a esos sitios no voy más. ¿Qué es lo que venden ahí?, un cliché. Creo que un espacio para los cubanos específicamente no estaba creado".

Apululu abrió hace tres años. Desde entonces Caballero ha recibido todo tipo de feedback. Aunque su mensaje molesta a los defensores del castrismo, el cubano asegura que quiere crear un espacio de unión

"A los cubanos nos enseñaron a dividirnos desde siempre. Nos dividieron por un televisor, por un teléfono, en el barrio, en la escuela. Aún no sabemos ser una comunidad unida, como hay otras. Han ido simpatizantes del régimen y cuando miran la decoración no van más. Una vez alguien me dijo que ya no hablara más de nada. 'Si tú para lo que estás es para hacer dinero, no te metas'".

En abril de 2023, los trabajadores de Apululu, todos cubanos, denunciaron una agresión perpetrada por un grupo de izquierda

"Fue una banda de unos diez, todos con el mismo mensaje (...). Irrumpieron profiriendo gritos de 'fuera gusanos de nuestro país, fuera fascistas de nuestras calles'. Destrozaron casi todo el mobiliario del bar", declaró entonces uno de los trabajadores, el activista Lázaro Mireles, a DIARIO DE CUBA.

Un video de las cámaras de seguridad del lugar, compartido en redes sociales, mostró a los hombres entrando, dando manotazos y a continuación una escena violenta con taburetes volando por el aire.

"El mercado está situado en uno de los barrios más de izquierda de Madrid. Ahí están las sedes de los sindicatos anarquistas y comunistas. Entonces, un establecimiento de cubanos totalmente opositores a la dictadura, con un cartel bien grande de 'Patria y Vida', no gustó", afirma Caballero. 

Según relata, primero hubo una especie de boicot al negocio. Los alrededores del mercado amanecían con falsa publicidad que invitaban a barra abierta de mojitos a diez euros para molestar a los vecinos. También hubo calcomanías donde les decían fascistas, hasta que llegó la agresión física. "Los establecimientos que propiciaban ese tipo de boicot quebraron; esa gente y la economía no se llevan muy bien".

Miguel Antonio Caballero salió de Cuba hace ocho años. Natural de Santa Clara, había estudiado Historia del Arte, Comunicación Social y Diseño Gráfico en el Instituto Superior de Diseño. Para mantenerse a flote, vendía obras de arte en la Feria San José, del puerto de La Habana y en la cayería norte de su provincia.

"Salí de Cuba por el sistema político. Nunca me entendí con él. Y el sistema económico. Ganaba mi dinero vendiéndole obras al turismo, pero mis aspiraciones nunca fueron ganar el dinero para salir en una bici por toda la ciudad a buscar una botella de aceite o algo de carne".

A pesar de su formación relacionada con el arte, Caballero llegó a Madrid y empezó a trabajar en la hostelería. Junto a Apululu, el cubano acaba de abrir una pizzería. En el número 13 de la Calle Segovia hay una carta que junta las pizzas al estilo cubano con el guarapo frío.  

"En momentos  de necesidad nadie compra un cuadro, ni un retrato, ni aprende a pintar. Lo que todo el mundo necesita siempre es comida, funerarias y hospitales. Yo preferí la comida. Cuando llegué aquí me formé como cocinero. Trabajé en varios restaurantes. Tuve la suerte de trabajar con un chef tres años y eso fue una escuela que no hubiera podido pagarme, y aprendí a llevar los negocios de hostelería. Cuando esa persona dejó la empresa y me quedé haciendo su labor, dije que si iba a trabajar como un chino que duerme de pie, lo hacía para mí".

En la pizzería también se respira un ambiente muy criollo. Un televisor incrustado en la pared reproduce animados cubanos. En otra pared hay cuadros de Celia Cruz, Bola de Nieve, paisajes de La Habana y hasta cuelga enmarcado un paquete de café Hola. La nostalgia, sin embargo, no influye en la decisión de Caballero de no regresar a Cuba mientras exista la dictadura.

"Yo ahí no pongo un euro mío. Ahora, mañana se cae la dictadura y yo pongo no un restaurante, sino una franquicia por cada provincia, desde Guantánamo hasta Pinar del Río".

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5 comentarios

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Profile picture for user GigaPanda

No sé para qué se ponen a mezclar la política con los negocios. Dedíquense a hacer dinero y punto.

Profile picture for user El Santo

En mis llegadas a Madrid he visitado varios restaurantes cubanos en los alrededores de la Gran Vía y niguno vale la pena. Da igual que esté Celia o el Che, todos son pésimos.
El último que visité fue "La Negra Tomasa", una estafa y falta de respeto al auténtico sabor de la comida cubana, acompañada de una atención que deja mucho que desear.

La comida cubana, y cualquier otra, solo sabe bien en su propio país.
La comida china, hindú, argentina... fuera de sus países se adaptan al gusto local, así que no espere que la comida cubana sepa a comida cubana si no hay suficiente población "nativa" que la haga rentable.

Profile picture for user pim-pam-pum

Si al bar de Pablito Iglesias van unos individuos gritando: Rojos y cosas por el estilo, seguro que no le iba a gustar y encendería las redes con sus lamentos, pero esas cosas sí se le pueden hacer a los que no piensan como él.
Hace miles de años que no paso por Madrid, en los 70 había un bar de comida cubana en la calle del Correo, que hasta vendían batido de mamey. Por cierto en esa calle ETA hizo su primer atentado a civiles, la pmqlp.

España necesita otro Franco,pues los zurdos cuando toman el poder no quieren soltarlo.Para ellos solo su ideología es la verdad....