Decenas de trabajadores del sector privado tienen sus negocios paralizados por la pandemia de Covid-19 que azota a Cuba y el mundo, mientras otros están afectados por la escasez de productos alimenticios, artículos y materias primas necesarios para realizar sus actividades.
La incertidumbre y la sensación de desprotección predominan entre emprendedores entrevistados para este reporte. La consecuencia para muchos ha sido la desaparición de su fuente de ingresos, y consideran insuficientes las medidas de los ministerios de Trabajo y Seguridad Social, y de Finanzas y Precios.
"No tener que pagar los impuestos mientras dure esta situación a nivel nacional es menos que un parche", dijo Amalia Tresol, una de las administradoras de un restaurante de lujo en Centro Habana.
No se trata de culpar "histéricamente" al Gobierno, matizó, pero "hay que tener en cuenta el historial de la relación emprendedores-autoridades", dijo.
"Muchas veces hemos servido como chivo expiatorio cuando el Gobierno necesita buscar culpables y evitar dar explicaciones sobre su ineficacia para oxigenar el sector privado", añadió.
La titular de Financias y Precios, Meisi Bolaños, informó que los trabajadores, especialmente los artesanos y otros negocios de servicios para el turismo, no tendrán que pagar sus impuestos durante el tiempo de emergencia que establezca el Gobierno.
No obstante, los negocios privados deberán seguir haciendo los pagos de la seguridad social de sus trabajadores, aunque podrán aplazarlos.
"Esa medida olvidó a los trabajadores privados que no somos dueños de los negocios", advirtió sin embargo Amarilis Guzmán, dependienta de un bar restaurante en Nuevo Vedado, y describió el azote del Covid-19 como "una pandemia dentro de otra pandemia".
"Debido a las tantas restricciones y obstáculos que durante años se impuso a los privados, llegamos al punto en que estamos totalmente desprotegidos, prácticamente sin contratos, sin derechos laborables y sin la alternativa de un sindicato real y representativo. No somos ni obreros ni trabajadores, somos 'cuentapropistas', una categoría desechable", opinó Guzmán, madre de dos menores de edad.
Para Yolandita Armenteros, cajera de una pizzería de lujo en Playa, "lo peor está por llegar" una vez que la pandemia del Covid-19 permita que tanto el panorama mundial como nacional vuelva a "normalizarse". Buena parte de los negocios privados en la Isla estarán "obligados a un recorte de su personal" hasta que puedan resarcir las pérdidas, consideró.
"Muchos quedaremos desempleados y sin un paracaídas para amortiguar la caída. Si antes del coronavirus un trabajador privado promedio trabajaba más de 12 horas diarias, imaginemos cuando esta pandemia pase".
Para el sector privado, por otra parte, "no existe una vía regular" de adquisición de productos o materias primas imprescindibles "para mantener a flote" los negocios y que estos "tengan equilibrada la relación calidad-precio para los clientes", apuntó Claudio Daniel Mendoza, dueño de restaurante en el Cerro.
"Tenemos que proveernos en las mismas tiendas o establecimientos donde compra la población, y la escasez y el racionamiento en medio del coronavirus afectan a todos por igual. En este momento, ni siquiera puedes comprar por cantidad productos de índole alguna", indicó Mendoza refiriéndose a la nueva app que el Gobierno dispuso para controlar a la multitud en las colas.
Porter@ es el nombre de la aplicación digital creada por Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), dirigida a la Policía Nacional y a "organizadores de colas".
Según la información oficial, tiene como objetivo controlar la cantidad de veces que compra una persona en un tiempo determinado. Para esto, cuenta con la opción de registrar el carnet de identidad a través de un código QR, o por la entrada manual de los datos.
El Gobierno cubano, que ha reconocido necesitar al menos 2.500 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa para el sostenimiento económico nacional, no se decanta por propiciar un mercado interno financiero. Al contrario, concentra esfuerzos para limitar el desarrollo de iniciativas de inversionistas extranjeros con el sector privado.
El 1ro de Mayo desfilan CARNEROS , ESCLAVOS y afines , NO SINDICALISTAS. Además éstos son TRANSPORTISTAS DEL SIGLO XXI(21) en un país del siglo XIX.(19)
Bueno, precisamente ellos son afines,y pagan membresía de la CTC, por conveniencia por miedo o lo que sea, pero son afiliados,por lo que deben hacer valer sus derechos y quejarse ante sus reclutadores que para algo pagan esa membresía y no estar quejándose donde no deben.
¿Y por qué no acuden al sindicato al que pertenecen en busca de ayuda?Si hasta desfilan los Primeros de Mayo.