Salud Pública cubana: de las promesas de Fidel Castro en 'La Historia me absolverá' a la crisis humanitaria

Yusmeri Pérez es la madre desesperada de Lenny Antony Rodríguez Pérez, un niño de 12 años con un tumor de nasofaringe etapa cuatro, con extensión en rostro y cráneo cervical y 80% de vascularización, que necesita Avastin (conocido como Bevacizumab), pero no está disponible. La falta del tratamiento condena al pequeño al dolor y al malestar general. Pérez no ha dudado en recurrir a las redes sociales para intentar conseguir el medicamento.

Javier Candelario pide para el paciente Reynol Navarro, con una amputación del pie izquierdo debido a la diabetes avanzada que padece, una simple silla de ruedas cuyo precio está entre los 300 y 360 dólares o moneda libremente convertible (MLC) y no puede pagar. Ha lanzado una recaudación de fondos para ello, a través de un grupo en Facebook.

La doctora Yany Lorenzo y el músico Orley Núñez tienen a su hijo Dannel sufriendo dolores en el Hospital Juan Manuel Márquez, de La Habana, después de que una malformación vascular en la médula espinal dejara al niño parapléjico.

Una campaña, también en las redes sociales, busca fondos para que "el futuro pianista que soñaba tocar con su papá" pueda llegar a Estados Unidos y ser operado ante la imposibilidad de realizar el procedimiento en la Isla, pese a que el sistema de salud ha sido bandera propagandística del régimen cubano durante más de seis décadas.

En su Artículo 72, la Constitución de Cuba establece que "la salud pública es un derecho de todas las personas y es responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación".

También dice que "el Estado, para hacer efectivo este derecho, instituye un sistema de salud a todos los niveles accesible a la población y desarrolla programas de prevención y educación, en los que contribuyen la sociedad y las familias. La ley define el modo en que los servicios de salud se prestan".

Cuando se cumplen 70 años de que Fidel Castro estableciera como una prioridad "el problema de la salud" en su alegato de autodefensa conocido como La Historia me absolverá, la salud en Cuba muestra un panorama caótico con todos los signos de una crisis humanitaria.

Los casos antes descritos, recientes, son solo una muy pequeña muestra de una situación crítica que va desde el desabastecimiento de medicamentos, tratamientos, problemas para acceder a la atención médica, casos de maltrato e infraestructura médica en condiciones paupérrimas, a la huida de profesionales.

Esta misma semana, colaboradores del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) llevaron comida a pacientes con trastornos mentales ingresados en el Hospital Amalia Simoni de Camagüey y captaron imágenes de las deplorables condiciones y del maltrato de pacientes por parte del personal empleado.

Una mujer que entregaba la comida a los enfermos los mantenía intimidados con un palo. Personal no idóneo, también en condiciones de inseguridad, lidia con personas con demencia.

La Ley de Salud Pública vigente en Cuba, cuya modificación está prevista en el cronograma legislativo del Gobierno para este año, establece que "la organización de la salud pública y la prestación de los servicios que le corresponde las realiza el Estado a través del Ministerio de Salud Pública y otras instituciones…"

Son el Gobierno y las entidades estatales, entonces, los que deben velar por la calidad de la atención y por que situaciones como la antes descrita no sucedan.

Salud más allá de la ausencia de enfermedades

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

La OMS señala como "determinantes sociales que influyen en la salud, más allá de la genética o los malos estilos de vida, los ambientales (vivienda, ubicación rural o urbana, contaminación del aire, saneamiento básico general, disponibilidad de agua potable, o el control sanitario de los roedores, moscas, mosquitos, alimentación, transporte a centros de salud, ambiente laboral adecuado). 

Si de una evaluación de estos parámetros se trata, los cubanos siguen padeciendo graves problemas de salud 62 años después del triunfo de la Revolución.

La denuncia del caso de Andrea, una anciana de 93 años residente en el reparto Iglesias, de Matanzas, ha conmovido a los miembros de un grupo de Facebook.

"Vive en condiciones deplorables e inhumanas. Este caso ya ha sido denunciado otras veces por los vecinos a la 'trabajadora social' y 'delegada de la circunscripción', se le han mandado cartas al Gobierno y nada", escribió Elías Agüero, quien compartió imágenes de la anciana, con demencia, muy sucia, sin comida y con las uñas de los pies en tales condiciones que le impiden calzarse y la mantienen con constante dolor.

"Andrea pasó el dengue y aquí ningún médico del consultorio pasó. Andrea está viva de milagro porque es dura de pelar. Espero que esta publicación llegue a oídos de alguien que pueda resolver la situación", reclamó el usuario.

En enero de 2023 el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que "23.792 colaboradores cubanos se desempeñan en 56 países". Entre los profesionales exportados por el régimen y las bajas que se producen en el sistema por las duras condiciones laborales y los bajos salarios, los cubanos denuncian con frecuencia falta de especialistas y atención deficiente.

Una reciente encuesta del proyecto Cubadata demostró que existe una clara tendencia hacia una mayor dificultad en el acceso a medicinas en Cuba. Más de la mitad de los cubanos encuestados (55,8%) calificó como "imposible" el acceso a medicamentos. Si se suman a ellos los que afirmaron tener "mucha dificultad", el 80,3% de la población consultada enfrenta serios problemas para obtener los fármacos que necesita. 

En cuanto a la posibilidad de conseguir atención médica, aunque el porcentaje de personas que encuentran "imposible" obtenerla es menor (23,2%), sigue siendo preocupante. Si se suman los encuestados que dijeron tener "mucha dificultad", se concluye que el 57,6% enfrenta serios obstáculos para obtener atención médica.