"Productores tabacaleros adquirirán unos 270 tractores en 2023", tituló a inicios de mayo la web oficialista Cubadebate que, para variar, esta vez no mintió, pues literalmente serán los productores tabacaleros quienes comprarán los tractores de su propio bolsillo, con sus propios ahorros. No hay descuentos ni financiación, solo la "bondad" del permiso para importar y, como explica orondo el tristemente célebre presidente de Tabacuba, Marino Murillo, "lo mismo que costó es lo que se cobra"; es decir, el Gobierno no les va a cargar la intermediación. ¡Aleluya!
Pero si Cubadebate hubiese querido ser verdaderamente honesto, habría titulado: "El Gobierno permitirá —sin que sirva de precedente— que algunos productores tabacaleros adquieran algunos tractores", ya que, obviamente, en el campo cubano no solo estos campesinos necesitan tractores ni son los únicos que podrían pagarlos, y si no vemos a otros haciéndolo es porque el Estado les impide importar maquinaria de cualquier lugar, incluido Estados Unidos, para multiplicar y humanizar su producción.
Según datos de la FAO, en Cuba hay aproximadamente la mitad de los tractores que esta agencia de la ONU recomienda —uno por cada 50 hectáreas cultivables—, sin contar la subutilización por falta de piezas, de combustible o desgaste. Por otro lado, en Cuba hay casi 78.000 habitaciones de hotel, de las cuales la mayoría quedó vacía en 2022, para una esmirriada tasa de ocupación total del 15,6%. Es decir, en la Isla hay un claro exceso de habitaciones hoteleras y un profundo déficit de tractores.
El Gobierno planea construir 22.000 habitaciones más para 2030, pero ¿alguien conoce cuáles son los planes para disminuir el déficit de tractores?
Contrastando datos de la Cartera de Negocios del Ministerio de Inversión Extranjera con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, se descubre que inaugurar una habitación de hotel equivale a diez tractores. En Cuba existen unos 70.000 tractores (ahora sin combustible) entre los cuales nueve de cada diez son antiguallas con más de 30 años de explotación. Para aumentar y modernizar esa cifra con digamos, 25.000 tractores nuevos, solo habría que dejar de construir el 11% de las habitaciones planificadas para 2030, pero eso no entra en los planes de este Gobierno revolucionario y socialista, cuyos miembros, definitivamente, no compran en los desérticos y extremadamente caros agromercados del país.
Incluso, lejos de apuntar en esa dirección, el órgano oficial del Partido Comunista, el higiénico e "informativo" Granma, en 2020 afirmaba con sorna que "todavía hay muchos guajiros por ahí que sueñan con los tractores y el petróleo, se olvidan de lo bueno que es tener una yunta en la finca", una muy perniciosa intoxicación informativa teniendo en cuenta que, según la Universidad Agraria de La Habana, una yunta de buey puede trabajar hasta cinco horas diarias, cuando un tractor llega a las 16 a ritmo más intensivo, por lo que es 35 veces más productivo. ¿Cuánto bajarían los precios en el agro si el campo cubano fuera no 35, sino al menos cinco veces más productivo?
Y no es solo que el Gobierno de un país hambreado gaste 12 veces más en hoteles que en agricultura, o que no facilite créditos agrarios ni permita que otros lo hagan; tampoco es solo que coarte los derechos de propiedad e impida la libertad asociativa que permitiría a los productores asociarse de modos más convenientes para aunar recursos, orientándolos hacia donde más rentables sean y atrayendo así inversores al agro. Además de todo eso, el autoritarismo casi feudal de decidir desde arriba quiénes pueden o no tener tractores impide el nacimiento y desarrollo de un mercado agrícola moderno en Cuba como única solución viable para la crónica escasez de alimentos.
Si algunos tabacaleros serán privilegiados esta vez es porque, tras los estragos del ciclón Ian en Pinar del Río, el Gobierno necesita potenciar la única rama agrícola importante exportable que le queda después de haber destruido la industria azucarera. Los "fulas" del castrismo son intocables, los frijoles del pueblo, no tanto.
Un estudio agronómico cubano concluyó que usar tractores de pequeña potencia en el cultivo del frijol reduce costes a la mitad y cuadriplica la producción. ¿Habría sido mejor que el titular de Cubadebate se refiriera a productores de frijoles y no a los de tabaco? La respuesta es que jamás lo sabremos, y ese desconocimiento es fatal para la economía. Mientras el Gobierno tenga la capacidad de decidir a quién privilegiar con este o aquel factor productivo, será imposible conocer las preferencias o necesidades de la población, con lo que oferta y demanda nunca podrán tender a un equilibrio.
Es muy empobrecedor que sea el Gobierno y no el mercado quien defina quiénes pueden o no adquirir maquinaria pues, mientras así sea, serán las necesidades del Gobierno las que tendrán prioridad, no las del pueblo, algo que queda demostrado en el ya visto y creciente exceso de habitaciones de hoteles, o en permitir que los tractores lleguen ahora, no antes, y solo a aquella plantación que le interesa al Estado, mientras impide que lleguen al resto.
No puede saber el Gobierno si la agricultura necesita esta o aquella cantidad de tractores en uno u otro cultivo, en manos de tal o más cual productor; en un mercado agrícola controlado como el cubano, el Gobierno solo conoce qué cultivo le da más dólares, pero no cuál satisface mejor las necesidades del pueblo o cuál es más eficiente. Por el contrario, en un mercado agrícola liberado, los que podrían importar tractores serían los mejores productores, los que tuvieran el proyecto más rentable o los que hubiesen conseguido inversores para una explotación con jugosos pronósticos de retorno. Al mismo tiempo, y muy importante, el propio mercado expulsaría a los productores ineficientes, lo que reduciría el desperdicio y ubicaría los recursos en las manos más productivas, que es el único modo de disminuir los hoy exacerbados precios.
En todo caso, no serán ni 270 ni 25.000 tractores los que vuelvan a convertir a Cuba en potencia agrícola; será la libertad de su gente para administrar e intercambiar propiedades legalmente aseguradas, más la eliminación de los miles de normativas estatales que impiden producir y comercializar libremente, lo único que desatará el potencial agrícola de la Isla, al que, eso sí, le vendrían muy bien un poco menos de visitas de obesos del PCC y un poco más de financiación, si dejaran de coleccionar habitaciones de hotel vacías.
El gobierno tarde o temprano se va a robar los tractores. ¿Y para qué producir tanto tabaco si las pocas tabacaleras que quedan pronto van a ser incendiadas por los patriotas contrarrevolucionarios? SI UD. FUMA, DEJE DE FUMAR PARA LA SALUD DE SUS PULMONES. EL TABACO CUBANO NO ES DIFERENTE, TAMBIÉN DA CÁNCER. PATRIA Y VIDA.
Tranquilo Benítez, siéntese y tómese las medicinas.
Es posible hacer gestiones para importar por la fuerza; forzar las importaciones. Realizando varios pedidos a la vez y reclamando su entrega, a la vez.
Parece mejor realizar el pedido de parte de un solo distribuidor, para energizar la campaña con ese nombre.
En dependencia de las circunstancias del momento; parece más fácil pedir un solo producto; leche en polvo, por ejemplo.
parece más fácil separar por sección a la familia, mujeres con niños. Para los hombres, quizás cemento, la cantidad uniforme en ambos casos, algo así.
Los costos relacionados a la logística de la compra desde la República Dominicana parecen atractivos, por la cercanía geográfica.
The consulting process is strategically “forward”, always.
Rafaela y Lauzan: Se tiraron con la guagua andando tremendo analisis,. clarito y facil de entender. FELICITACIONES con mayuscula
Rafaela y Lauzán doble akhbar!!