Con unas elecciones presidenciales que tendrán lugar dentro de 15 meses, agobiado por la caída en su popularidad y sin chance de presentarse a la reelección, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, luce más debilitado aún por una crisis sin precedentes dentro del Alto Gobierno, con acusaciones entre sus colaboradores, que podría expandirse si es extraditado un contrabandista.
Petro ha estado en medio de un torbellino en las últimas semanas. Desde su contrapunto con el presidente de EEUU, Donald Trump, una discusión por redes sociales que finalmente no tuvo consecuencias palpables, pero que dejó en evidencia la debilidad que tiene ahora la Cancillería colombiana, tras la intempestiva renuncia de Luis Gilberto Murillo en los días previos al breve pero intenso impasse entre Washington y Bogotá.
Desde diciembre se difundieron versiones sobre una inminente salida de Murillo, una respetada figura en el mundo de la izquierda y del activismo ambiental. Con opciones de presentarse la a Presidencia, Murillo terminó cortando de tajo su presencia en el Gobierno de Petro entre otras razones, según analistas, por el manejo ambiguo del Gobierno frente a la crisis política e institucional en Venezuela y también por los polémicos nombramientos diplomáticos hechos a dedo por el presidente colombiano.
La posterior designación de una inexperta Laura Sarabia, de 30 años, al frente de la Cancillería, reveló el peso que le otorga Petro a la confianza personal por encima de las credenciales y la trayectoria para los altos cargos. Esto, junto con la designación del polémico Armando Benedetti como asesor principal de la Presidencia y jefe de Gabinete, terminó por resquebrajar al equipo del Alto Gobierno.
El pasado 4 de febrero, en una transmisión en vivo, el Gabinete de Petro le dio rienda suelta a acusaciones, señalamientos y contradicciones, en lo que algunos vieron más parecido a un reality show que a una reunión de Alto Gobierno.
Llovieron en esa transmisión diversas críticas sobre Laura Sarabia, por su falta de experiencia e incluso de formación en política exterior. Pero la gota que pareció derramar el vaso fue la designación de Benedetti, ampliamente cuestionado por su consumo de drogas que admitió en público, conocido por sus posiciones ambivalentes hacia el financiamiento ilícito de la política, pero sobre todo campeón en tejerle alianzas al Gobierno de izquierdas con figuras de la clase política tradicional colombiana sin que haya claridad sobre las concesiones oficiales hechas.
Las secuelas de este inédito y caricaturesco consejo de ministros se hicieron sentir en los días siguientes llegando a su punto clímax el pasado fin de semana con la noticia de que Portugal aceptó extraditar a Colombia al prófugo de la Justicia Diego Marín, alias "Papá Pitufo" y bautizado por el propio Petro como el "zar del contrabando".
En medio de esa transmisión en vivo, Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP, que se encarga de proteger a personas y comunidades en riesgo), mencionó el nombre del "señor Pitufo" como una razón más de revertir el nombramiento de Armando Benedetti como jefe de Despacho del presidente colombiano.
Desde entonces, la polémica creció. Gustavo Petro pidió la renuncia de todo el Gabinete, Benedetti demandó a Rodríguez por calumnia y la revista colombiana Cambio reportó cómo habría entrado el dinero de Marín, unos 120.000 dólares, en la campaña presidencial de 2022 del actual presidente.
Todo este escándalo tuvo lugar a 15 meses de las elecciones presidenciales para el periodo 2026-2030, en las que por limitaciones constitucionales Petro no podrá optar por la reelección y ahora es evidente de que tampoco podrá designar a un delfín político de su confianza con chance de ganar.
En medio de la oleada de renuncias en el Gabinete de Colombia, que Petro insistió en catalogar de "protocolaria", la semana pasada se supo que el ministro de Defensa, Iván Velásquez, la única figura que había permanecido en su cargo desde agosto de 2022 (cuando Petro asumió la Presidencia), renunció de manera irrevocable, para dejar asentado su disgusto por el consejo de ministros transmitido en vivo por la televisión colombiana, en lo que pretendía ser una muestra de transparencia pero terminó siendo un bumerán político.
Según el diario El Tiempo, esta inédita transmisión expuso las crisis internas y la división en el equipo del Gobierno suscitadas por las quejas del mandatario por la falta de gestión de los ministerios, las insinuaciones de Petro de que algunos ministros tienen intenciones electorales para los comicios del año próximo, los señalamientos de corrupción y los cuestionados nombramientos de Armando Benedetti como jefe del despacho y de Laura Sarabia como canciller.
Tanto Benedetti como Sarabia forman parte del círculo más cercano de confianza de Petro, incluso ayudándole a manejar asuntos familiares y domésticos.
De acuerdo con un sondeo de la firma Invamer, Petro comenzó este año con una aprobación del 34%. En comparación con agosto de 2024 tuvo una ligera recuperación, ya que entonces estaba en 29%. Sin embargo, no hay sondeos confiables sobre el impacto (negativo o positivo) que tuvo en la figura presidencial tanto el impasse con Trump como el consejo de ministros del pasado 4 de febrero.
Si se suman quienes creen que Petro no ha generado ningún cambio de los que prometió en su campaña, junto a quienes creen que aquello que ha cambiado ha sido para peor, se alcanzaría un 73% de los consultados.
Entretanto, el caso del llamado "zar del contrabando" tiene aún secuelas que podrían perjudicar al mandatario, en esta reta final de su Gobierno. Marín está detenido en Portugal, el Gobierno portugués dio luz verde a la extradición, pero el prófugo de la Justicia pidió asilo bajo el argumento de que es perseguido político. Lo cual dilatará su llegada a Bogotá.
Marín es señalado de haber intentado ingresar dinero ilegal en la campaña presidencial de Gustavo Petro en 2022. Aunque el mandatario asegura que el aporte fue devuelto, el caso desencadena inquietudes en un ya debilitado Gabinete.
En par de dias hara una visita sorpresa a Cuba. Alli le diran lo que tiene que hacer.
Nemo: Asi es