El presidente Donald Trump impondrá aranceles de 25% a las importaciones de Canadá y México, y de 10% a los productos procedentes de China a partir de este sábado 1 de febrero, anunció el viernes la Casa Blanca, sin dar información sobre si habrá alguna exención a las medidas, que podrían causar aumentos inmediatos de precios para los consumidores estadounidenses.
Trump había amenazado con los aranceles para garantizar una mayor cooperación de los países para detener la inmigración no autorizada y el tráfico de productos químicos utilizados para elaborar fentanilo, pero también se comprometió a utilizarlos para impulsar la fabricación nacional y aumentar los ingresos para el Gobierno federal.
"A partir de mañana, esos aranceles entrarán en vigor", dijo a los periodistas la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. "Son promesas hechas y promesas cumplidas por el presidente", citó la agencia AP.
Los aranceles conllevan riesgos políticos y económicos para Trump, que apenas tiene dos semanas en su segundo mandato. Muchos votantes apoyaron al republicano por la promesa de que podría controlar la inflación, pero la posibilidad de aranceles podría desencadenar precios más altos y perturbar a los sectores de energía, automotriz, madera y agrícola.
Trump dijo que consideraba la posibilidad de emitir una exención para las importaciones de petróleo canadiense y mexicano, pero Leavitt dijo que no tenía información que dar sobre la decisión del presidente sobre posibles exenciones.
Estados Unidos importó casi 4,6 millones de barriles diarios de petróleo de Canadá en octubre y 563.000 barriles de México, según la Administración de Información Energética. La producción diaria de Estados Unidos en ese mes promedió casi 13,5 millones de barriles por día.
Anteriormente, Trump declaró que un arancel de 10% sobre las importaciones chinas se sumará a otros impuestos de importación sobre los productos del gigante asiático.
Poco después de que Leavitt hablara, el índice bursátil S&P 500 cerró, eliminando casi todas las ganancias obtenidas durante el día.
Canadá y México afirman que han preparado la opción de utilizar aranceles de represalia si es necesario, lo que a su vez podría desencadenar un conflicto comercial más amplio que, según análisis económicos, podría perjudicar el crecimiento y acelerar aún más la inflación.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo el viernes que Canadá está listo para responder si Trump sigue adelante con los aranceles, pero no dio detalles.
"Estamos listos con una respuesta, decidida, enérgica pero razonable, e inmediata", dijo. "No es lo que queremos, pero si él avanza, nosotros también actuaremos".
Trudeau dijo que los aranceles tendrían "consecuencias desastrosas" para Estados Unidos, pues pondrían en riesgo empleos estadounidenses y provocarían aumentos de precios. Trudeau reiteró que menos de 1% del fentanilo y de los cruces ilegales a Estados Unidos provienen de Canadá.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo el viernes que México ha mantenido un diálogo con el equipo de Trump desde antes de que regresara a la Casa Blanca, pero enfatizó que México tiene un "plan A, plan B, plan C para lo que decida el Gobierno de Estados Unidos".
"Es muy importante que sepa el pueblo de México que siempre vamos a defender la dignidad de nuestro pueblo, que siempre vamos a defender el respeto a nuestra soberanía y un diálogo como iguales, como siempre lo hemos mencionado, sin subordinación", dijo Sheinbaum.
En un estudio realizado este mes por Warwick McKibbin y Marcus Noland, del Instituto Peterson de Economía Internacional, se concluyó que los aranceles de 25% a Canadá y México y de 10% a China "dañarían todas las economías involucradas, incluida la estadounidense".
"Para México", se indica en el estudio, "un arancel de 25% sería catastrófico. Además, el declive económico causado por el arancel podría aumentar los incentivos para que los inmigrantes mexicanos crucen la frontera ilegalmente hacia Estados Unidos, contradiciendo directamente otra prioridad del Gobierno de Trump".