El ex candidato presidencial Enrique Márquez, quien logró agrupar a la izquierda y el chavismo crítico con el régimen de Nicolás Maduro, y el defensor de derechos humanos Carlos Correa, una figura prominente y ampliamente respetada por su independencia, han sido señalados de ser parte de una conspiración tras una semana de estar desaparecidos.
Márquez, de 62 años, y Correa, de 60, sin relación alguna entre ellos como confirmó la esposa de este último a DIARIO DE CUBA, fueron detenidos en dos hechos separados el 7 de enero. Durante una semana se desconoció su paradero. Ambos fueron llevados a la fuerza por hombres con el rostro cubierto y ahora el aparato de propaganda del chavismo apunta a presentarlos como parte de una conspiración contra Nicolás Maduro.
Márquez y Correa tienen además en común que el presidente de izquierdas de Colombia, Gustavo Petro, abogó por su liberación y colocó estos casos como ejemplo de sus razones para desistir de viajar a la toma de posesión de Maduro en Caracas este 10 de enero. Colombia bajo Petro, otrora aliada del chavismo, no envió ninguna delegación a Venezuela para la juramentación de Maduro y el país sencillamente estuvo representado por el embajador, en un desplante diplomático que quiere enviar una señal sin llegar a la ruptura con Maduro.
Mabel Calderín, esposa de Correa y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, confirmó a DIARIO DE CUBA que al cumplirse una semana seguía sin tener confirmación de que el reconocido defensor de derechos humanos fuera detenido por algún organismo de Seguridad del Estado.
En paralelo, el portal Venezuela News, una iniciativa que sirve para amplificar la propaganda chavista y la desinformación, adelantó que tanto Márquez como Correa están detenidos, no precisó dónde se encuentran pero trazó la línea de lo que se espera sea la tesis de la Fiscalía, plegada al Gobierno de Maduro.
Ambos habrían formado parte de una conspiración que con apoyo de gobiernos extranjeros pretendía juramentar a Edmundo González Urrutia, el 10 de enero, en un acto paralelo a la jura de Maduro.
La versión del portal se adelanta a un pronunciamiento oficial, que a medianoche local de este martes no se había producido en Caracas.
Según Venezuela News, "los detalles de esta conspiración se localizaron en los teléfonos celulares de Enrique Márquez y Carlos Correa, ambos detenidos por las autoridades. El plan consistía en juramentar al prófugo de la Justicia, Edmundo González, en una embajada, desconociendo así a los Poderes Públicos del Estado y a la Constitución de Venezuela".
"Carlos no tiene ninguna vinculación con factores político partidistas, su trabajo por más de 25 años ha estado enfocado en documentar amenazas a la libertad de expresión y el derecho ciudadano a informarse. Es una mentira mayúscula esto de que forma parte de una conspiración", ripostó Calderín.
Previamente, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, a quien usualmente se le considera el número dos del régimen chavista, sostuvo que se había preparado una conspiración y que el papel de Correa en esta era hacer de "lavandería" de los fondos.
Cabello aprovechó para mencionar a Correa y arremeter contra las ONG, que a su juicio se dedican a conspirar con dinero recibido de la agencia estadounidense para el desarrollo USAID. Sin embargo, el ministro eludió confirmar si estaba detenido.
De acuerdo con un artículo de análisis del portal independiente El Estímulo, el chavismo usa a Carlos Correa para enviarle un mensaje al resto de activistas y defensores de derechos humanos en Venezuela.
"Es una manera de decir que no hay intocables, por más prominente, respetada e independiente que sea una trayectoria en el campo de la defensa y promoción de los derechos humanos. Es una forma de decirle al resto de activistas de la sociedad civil que ni los reclamos de libertad al más alto nivel, como se han hecho en el caso de Correa, servirán para revertir una decisión", puntualiza este portal.
Carlos Correa es fundador de la ONG Espacio Público, que desde 2002 viene documentado casos de violaciones a la libertad de expresión. Previamente fungió como coordinador general de Provea, la más antigua organización venezolana de derechos humanos, y forma parte del consejo asesor de la entidad global Human Rights Watch.
Enrique Márquez fue vicepresidente de la Asamblea Nacional y rector principal del Consejo Nacional Electoral. En ambas posiciones tuvo canales de diálogo con el chavismo y hasta el día de su desaparición, el pasado 7 de enero, se mantuvo defendiendo el rescate de la esencia de la Constitución vigente, impulsada por Hugo Chávez en 1999, para reconstituir la democracia en Venezuela.
"Al detener a un activista completamente independiente y con un perfil más profesional, y a un candidato de centro que reunió apoyos del chavismo descontento con Maduro, el Gobierno intenta galvanizar la discusión pública y repolarizar el debate, castigando a quienes tienen posiciones menos extremistas. Es sin duda una estrategia", sostiene un observador político de una fundación europea que aún opera en Caracas.
Pese a los señalamientos en su contra, que según el portal progubernamental se sustentan en comunicaciones encontradas en los teléfonos móviles incautados tanto a Márquez como a Correa, después de una semana ninguno de ellos había tenido comunicación con su familia, ni acceso a un abogado y tampoco han sido presentados ante un tribunal de justicia.