En Haití, una nueva masacre reveló de forma cruda la incapacidad del Gobierno transitorio y de los efectivos de una fuerza multinacional que encabeza Kenia para colocar bajo control a la violencia delincuencial. Decenas de adultos mayores fueron salvajemente asesinados en una vendetta lanzada por un criminal, en respuesta a la muerte de su hijo.
Con sucesos que se prolongaron durante cuatro días, entre el jueves 5 y el domingo 8 de diciembre, la oficina del primer ministro interino de Haití reportó la muerte violenta de 180 personas en Cite Soleil, una de las zonas más empobrecidas y violentas de Puerto Príncipe.
Con un control del territorio por parte de los grupos delictivos, cuyo poderío se incrementó desde 2021 y tiene como base el tráfico de drogas y armas y el control de servicios esenciales y alimentos en Haití, en este caso una banda criminal se dedicó a buscar y asesinar a todos los mayores de 60 años, a quienes se les acusó de practicar brujería en contra del hijo de Monel "Mikano" Felix, cabecilla de una de las principales bandas criminales.
El hijo de Felix falleció por una enfermedad indeterminada, y este descargó su venganza en contra de los adultos mayores, por supuestamente practicar rituales contra su hijo. Agencias de Naciones Unidas confirmaron esta matanza.
"La línea roja ha sido cruzada", expresó la oficina del primer ministro, Alix Didier Fils-Aimé, en un comunicado, prometiendo movilizar todos los recursos para localizar y castigar a los responsables, incluido Félix. Sin embargo, entre los haitianos cunde el escepticismo de que un frágil Gobierno interino como el del actual primer ministro transitorio, con escasas cuatro semanas en el cargo, pueda efectivamente poner freno a una violencia que parece haber cruzado ya la línea roja hace algún tiempo.
La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos, RNDDH, una ONG haitiana dedicada a la protección de derechos humanos, aseguró que entre las víctimas estaban 110 adultos mayores, pero el número total resultó mayor. Testigos relataron que cuerpos mutilados fueron quemados en las calles, entre ellos jóvenes que intentaban rescatar a los mayores.
Según RNDDH, Félix habría consultado a un sacerdote vudú tras la enfermedad de su hijo, quien responsabilizó a los ancianos de la comunidad por el mal que aquejaba al niño. Allí comenzó una tragedia que se extendió por cuatro días sin que ninguna autoridad pudiera detenerla.
Monel "Mikano" Félix, uno de los líderes pandilleros más prominentes de Haití, comparte el liderazgo criminal con el exagente de policía Jimmy "Barbecue" Cherizier. Según estimaciones de la ONU, la organización criminal de Félix cuenta con aproximadamente 300 miembros y ha extendido su dominio a varias zonas de Puerto Príncipe.
Tal como reseñó DIARIO DE CUBA, durante la última semana de noviembre entidades especializadas en trabajar en terreno hostil, como algunas ONG internacionales, agencias especializadas de la ONU y embajadas occidentales, incluyendo la de EEUU, evacuaron de Puerto Príncipe a una parte sustancial de su personal, en medio de una situación de violencia crónica que había alcanzado también al sector residencial, en Puerto Príncipe, donde están ubicadas las oficinas de Naciones Unidas, legaciones diplomáticas y viviendas de extranjeros con funciones de cooperación en el terreno.
Esta nueva masacre generó cuestionamientos de figuras políticas y ciudadanos en torno a la eficacia de la misión multinacional de seguridad que encabeza Kenia, pero cuyo número es bastante reducido aún, en medio de falta de compromiso de países donantes y la negativa de China y Rusia, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de aprobar una misión permanente de paz de la propia ONU.
La violencia en Haití, durante este año de diversos acontecimientos protagonizados por las bandas criminales, ha dejado un saldo de 5.000 fallecidos y más de 700.000 personas desplazadas internamente en el país. Paulatinamente los habitantes de Puerto Príncipe se han desplazado a otras regiones de este empobrecido país caribeño.
Entretanto, el despliegue de tropas en Haití ha resultado insuficiente hasta ahora. Solo se han enviado 400 efectivos desde Kenia, lejos del mínimo de 2.000 necesario para que la misión pueda responder de manera efectiva a la creciente inseguridad causada por las bandas armadas que operan en el país. La misión tiene por objetivo ayudar a reconstruir a una debilitada Policía Nacional de Haití y al mismo tiempo está autorizada para hacer frente, en el terreno, a la violencia criminal.
Esta misión, que no tiene el estatus de una misión de paz de la ONU, anunció hace poco la expansión de sus operaciones con la apertura de una nueva base, lo que permitirá a los uniformados africanos desplegarse en más áreas. En su comunicado, la misión se comprometió a proteger infraestructuras clave, reabrir las principales carreteras nacionales y crear condiciones de seguridad para las elecciones nacionales, que deberán tener lugar antes de que concluya 2025.
Tras la masacre ordenada por el criminal Félix, la ONG internacional Human Rights Watch (HRW) pidió a la comunidad internacional que preste atención a la deriva que vive Haití y que se autorice y despliegue "rápidamente" una misión formal de la ONU en territorio haitiano para asegurar una respuesta centrada en los derechos humanos, con el fin de restaurar la seguridad en el país ante la creciente violencia de las pandillas.
HRW señaló que, aunque la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, respaldada por la ONU y dirigida por Kenia, "ofreció esperanza a muchos sobre una pronta restauración de la seguridad", los gobiernos "han fallado a la hora de proporcionar suficientes recursos para que sea completamente funcional".
La violencia en Haití comenzó a expandirse tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021. Sin embargo, desde inicios de este 2024 pasó a una nueva fase con una notable expansión de la violencia, generando impacto directo en la población.
Los asaltos de Barbecue contra dos cárceles, liberando a todos los detenidos, abrió una nueva fase de terror en las calles de Puerto Príncipe. Este delincuente, que se dice seguidor de Fidel Castro y el Che Guevara, amenazó de muerte si volvía al país el primer ministro interino Ariel Henry, mientras este estaba de viaje precisamente a Kenia para sellar el inicio de operaciones de la fuerza multinacional.
Henry renunció desde el exterior sin haber regresado a Haití, lo cual transmitió la tesis de la debilidad del aparato oficial ante un poder desmedido de los criminales.
Lo mejor de África en el Caribe.
Labana por el camino de Port-au-Prince