Con diferencias pequeñas, que están en el margen de error, y un número considerable de indecisos a solo una semana para el balotaje presidencial en Uruguay, ninguna encuestadora da por sentado el triunfo del izquierdista Yamandú Orsi, del Frente Amplio, ante el candidato oficialista Álvaro Delgado, quien promete darle continuidad a la gestión de Luis Lacalle Pou.
La segunda vuelta tendrá lugar el domingo 24 de noviembre ya que ningún candidato aseguró el 50% de los votos en la primera vuelta, efectuada el 27 de octubre. Orsi, quien ha sido alcalde de Canelones por varios años y es una figura moderada dentro del abanico izquierdista del Frente Amplio, obtuvo 43,94% de los votos. No se ve con claridad el potencial de crecimiento que pueda tener este candidato de 57 años.
Delgado, si bien sacó 26,77% en la primera vuelta, de cara al balotaje este líder del Partido Nacional suma las adhesiones de diferentes fuerzas de centro y conservadoras de Uruguay, especialmente el 16% que sacó el tercer candidato, Andrés Ojeda, del otro partido histórico uruguayo, el Colorado.
Las encuestas anticipan un escenario parejo en las elecciones del domingo próximo. Muchos recuerdan que la elección de Lacalle Pou, hace cinco años, se definió por apenas 37.000 votos en un resultado que no pudo definirse de inmediato por recuentos y revisiones. En esa reñida votación el candidato del Frente Amplio fue Daniel Martínez.
"Uruguay, fiel a su pragmatismo, se volvió a dividir entre dos bloques sólidos electoralmente: por un lado, el Frente Amplio, que aglutina a la izquierda bajo una bandera unificada; por otro, la Coalición Republicana, un conglomerado de partidos de centroderecha que busca continuar el rumbo trazado por el gobierno de Luis Lacalle Pou", pronostica de cara al balotaje el periodista y analista político Daniel Supervielle.
En las encuestas previas a esta segunda vuelta de 2024, Yamandú Orsi le saca una leve ventaja a Álvaro Delgado a una semana del balotaje 2024, según las diferentes encuestas difundidas en los últimos días por las principales consultoras, que anticipan un parejo escenario entre ambos candidatos.
El 3% de votos nulos en la primera vuelta, así como un 7-8% de indecisos según diversas encuestas, le dan un aire de incertidumbre y dificultan que cualquier encuestadora pueda mostrar una tendencia definitiva previa a las votaciones.
La empresa Factum, con un trabajo de campo entre el 4 y 11 de noviembre, otorga esta preferencia entre los electorales que han decidido por quién votar: 47% a favor de Orsi y 45% para Delgado, quien fue estrecho colaborador de Lacalle Pou y promete darle continuidad al presidente conservador, quien por razones constitucionales no podría aspirar a una reelección inmediata.
Con una recopilación de datos entre 4 y 9 de noviembre, la empresa Opción Consultores proyecta 48% de votos para el candidato del Frente Amplio y 45% para el dirigente del Partido Nacional, quien ha logrado nuclear apoyos de diversas fuerzas minoritarias ubicadas al centro y a la derecha del espectro político-ideológico.
En tanto, en el sondeo de Equipos Consultores, Orsi obtendría 45% y Delgado 41%. En todos los casos con márgenes de error de 3%, es prácticamente un empate técnico. A eso se suma la expectativa de qué harán los que votaron nulo en la primera vuelta o cuál será el comportamiento de quienes se manifiestan como indecisos en los sondeos y representan al menos 7% de los votantes.
"Uruguay volvió a mostrar que, aunque afectado por problemas similares a los demás países de la región (inseguridad y crisis de representación política), los aborda de forma diferente. Frente a elecciones polarizadas en Uruguay el escenario electoral se mueve en el centro. El resultado confirma lo que apuntaban las encuestas", analizan los expertos Carlos Malamud y Rogelio Núñez del Real Instituto Elcano, en Madrid.
Para Malamud y Núñez, el clima de civilidad que ha rodeado a estas elecciones, sin grandes estridencias ni polarización política, será clave para quien finalmente sea electo y comience a gobernar el 1 de marzo de 2025. "Queda en el aire la gobernabilidad, tanto si gana Orsi como Delgado, ya que ninguno tiene mayoría en el Legislativo bicameral", apuntan los investigadores.
"Con una participación superior al 90% (en la primera vuelta), los uruguayos reafirmaron su tradición democrática. No hubo denuncias de incidentes ni actos de violencia durante la jornada, lo que consolidó una vez más la imagen de estabilidad política que caracteriza al país", apunta por su parte del periodista y analista político Daniel Supervielle.
Supervielle, así como Malamud y Núñez, destacan la identidad política más convencional que impera en Uruguay, sin un impacto electoral significativo de mensajes antisistema o la irrupción con éxito de figuras de la antipolítica.
"El balotaje del 24 de noviembre no será una disputa entre un candidato outsider y otro del sistema, sino entre dos hombres con amplia experiencia política. Tanto Orsi como Delgado han recorrido un largo camino en sus respectivos partidos", precisa Supervielle.
Recuerda este analista que ambos acumulan experiencia en la gestión gubernamental: "Orsi, como intendente del departamento de Canelones, se ha consolidado como una figura de destaque en el Frente Amplio. Delgado, por su parte, fue senador y ocupó el cargo de secretario de la Presidencia bajo la Administración de Lacalle Pou, convirtiéndose en uno de sus hombres de mayor confianza".
Con unas tendencias e identidades políticas muy marcadas en los últimos años, la apuesta en la segunda vuelta en Uruguay se concentra en movilizar a los votantes del otro bloque o a los que votaron en blanco o anulado en la primera vuelta. Estos electores, más lo que se manifestaron como indecisos en las encuestas previas, tendrán la llave para definir el resultado del 24 de noviembre.