Ecuador ha entrado en una suerte de recta final de cara a las elecciones generales, que tendrán lugar dentro de tres meses, pero con un clima político que se aceleró en los últimos días, alimentado por decisiones institucionales que ayudan a configurar una eventual reelección del presidente Daniel Noboa.
Casi en secuencia, dos decisiones confirmaron que Noboa está orientado a ser reelecto sin sobresaltos el 9 de febrero de 2025. Por un lado, usando una treta institucional, el actual presidente apartó de su cargo a la vicepresidenta, Veronica Abad, quien a pesar de ser electa en su fórmula, ha pasado a estar execrada del ejercicio del poder. Por otra, una decisión del órgano electoral sacó de la carrera presidencial al empresario Jan Topic, quien se presentaba como una figura antisistema y trataba de promover una campaña disruptiva al estilo del presidente liberal de Argentina, Javier Milei.
El Tribunal Contencioso Electoral (TCE) decidió la noche del domingo 10 de noviembre inhabilitar a Topic argumentando que este, como empresario, mantiene vínculos con empresas contratistas del Estado, situación que está prohibida por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Luisa González, quien ya fue candidata del correísmo el año pasado, en las elecciones que debieron adelantarse para completar el periodo presidencial de Guiillermo Lasso, dijo que la decisión básicamente busca beneficiar a Noboa.
Para González, quien también es candidata presidencial, el empresario Topic resultaba "un candidato incómodo" para el Gobierno de Noboa. Según una encuesta de la empresa Gallup difundida hace un mes, Noboa tenía una preferencia de votos del 31%, mientras que González contaba con 26%. En dicho sondeo, Topic figuraba en tercer lugar con 15%.
Lo mismo que Topic, el actual mandatario es un empresario metido en política y surgido al margen de los partidos políticos tradicionales. Si bien es hijo del llamado "Rey del banano", el magnate bananero Álvaro Noboa, el hoy jefe de Estado irrumpió en la campaña electoral de 2023 siendo prácticamente un desconocido, apalancado por las redes sociales y un mensaje de cambio que caló especialmente en las clases medias urbanas del país andino.
Noboa, quien apenas tiene algo más de un año en el poder en medio de un país atravesado por la violencia generada por el crimen organizado asociado al narcotráfico, terminará de cerrar el periodo presidencial para el cual fue electo el banquero Guillermo Lasso en 2021.
Lasso debía concluir su mandato en 2025, pero optó por la llamada muerte cruzada, una combinación de renuncia anticipada del presidente y disolución anticipada del Parlamento, tras enfrentar un escenario de juicio político y destitución que promovía el correísmo, junto a los movimientos indígenas y otras fuerzas de izquierda, e incluso hasta el tradicional Partido Social Cristiano.
El banquero tuvo una gestión prácticamente paralizada, que según el think tank Crisis Group, fue caldo de cultivo para la expansión del narcotráfico, que ha convertido a Ecuador en el país con la más alta tasa de homicidios por armas de fuego y hechos de violencia masiva en las cárceles.
Noboa se anotó un tanto al cierre de la semana pasada cuando logró suspender por 150 días a la vicepresidenta Abad, un asunto que resultaba crucial, ya que según las leyes él deberá separarse de la Presidencia para ir a la campaña electoral y públicamente había manifestado su intención de no delegar el poder en su compañera de fórmula presidencial.
Noboa y Abad resultaron electos, y según los analistas hicieron equipo porque ninguno de los dos sospechaba que iban a llegar al poder. Noboa se ha manifestado más de centro e incluso con estrategias de acercamiento al correísmo, el movimiento político que sigue teniendo al expresidente de izquierdas Rafael Correa (2007-2017) como principal referente y guía. Abad, en tanto, tiene posiciones más conservadoras.
Aplicando lo que podría ser la letra chica de la Constitución y las leyes, apenas tomó posesión Noboa hizo uso de una potestad constitucional y envío a Abad a Tel Aviv para "mediar" en el conflicto entre Israel y Palestina, en una estrategia muy clara de que deseaba mantenerla alejada de Quito.
Por razones de seguridad, tras los ataques iraníes contra Israel, se convino en que Abad debía despachar desde la embajada ecuatoriana en Estambul. Noboa aprovechó un desfase entre la salida de Israel y el arribo a Turquía para acusarla ante el Ministerio del Trabajo por "abandono injustificado de su empleo por tres o más días laborales".
Sariha Moya, quien ejercía el cargo de secretaria de Planificación y es de plena confianza de Noboa, será la nueva encargada de la vicepresidencia, durante 150 días que es el lapso de la sanción administrativa impuesta a Abad.
El general Jaime Vela, jefe del comando conjunto, dio un espaldarazo a la decisión gubernamental al anunciar que se le suspendía toda la seguridad a Abad, en tanto no goza del cargo de vicepresidenta, y que de inmediato se había activado el protocolo para brindarle protección a Moya. Sin embargo, un comunicado posterior de las Fuerzas Armadas sostuvo que tras evaluar la situación se mantendría la seguridad sobre Abad aunque su rol de vicepresidenta esté en suspenso.
Noboa ha evitado terciar en las polémicas de los últimos días, pero analistas consideran que se ha apuntado dos triunfos. Por un lado, la no presencia en la campaña de Topic le sacó de juego a un candidato que podría restarle votos. Asimismo, al desalojar a Abad de la estructura de poder, el joven mandatario de 35 años podrá dedicarse de lleno a la campaña por la reelección sabiendo que alguien de su círculo cercano, como la ministra Moya, estará encargada de la Presidencia.
Las elecciones generales de Ecuador están planificadas para el 9 de febrero, pero se prevé una segunda vuelta dada la dispersión del voto que ya quedó de manifiesto en 2023. En caso de que ningún postulante logre al menos el 50 % de los votos o el 40 % y una ventaja sobre diez puntos porcentuales sobre el segundo, habrá balotaje el domingo 13 de abril entre los dos candidatos más votados.