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Nicaragua

Humberto Ortega, el otrora hombre fuerte del sandinismo

Un lacónico comunicado del Ejército de Nicaragua reportó su fallecimiento, definiéndolo solamente como ciudadano.

Brasilia
Humberto Ortega, entonces ministro de Defensa de Nicaragua, 1991.
Humberto Ortega, entonces ministro de Defensa de Nicaragua, 1991. AFP

Un lacónico comunicado del Ejército de Nicaragua reportó la muerte este 30 de septiembre, en Managua, de Humberto Ortega. Definido solamente como ciudadano, el texto oficial termina dejando en claro el ostracismo total al que fue enviado el otrora hombre fuerte del sandinismo, en castigo por sus discrepancias públicas con el régimen que encabeza su hermano, Daniel Ortega.

Los hermanos Ortega constituyeron, en el tramo final de la lucha armada contra la dictadura de Anastasio Somoza y al inicio del Gobierno revolucionario en 1979, una suerte de némesis en el poder.  En aquellos años, a Humberto se le definía como el duro y desde ese lugar encabezó el Ejército sandinista, que al momento de su muerte ni recuerda el papel que este tuvo al frente del mismo por largos años, cuando Nicaragua era un país asediado.

Daniel, hoy en el poder junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, era visto en aquellos años de fines de los 70 e inicios de los 80 como el más conciliador de los hermanos Ortega, y desde allí estuvo en las gestiones más políticas, al ser la cabeza indiscutible de una junta revolucionaria de gobierno.

Humberto Ortega falleció a los 77 años y a cuatro meses de que fuese condenado a una suerte de prisión domiciliaria, sin que hubiese ningún juicio en su contra. Se le incautaron sus teléfonos, se le colocó vigilancia policial a su casa y se le prohibieron las visitas. Una situación de esa naturaleza es definida por el diccionario como ostracismo.

Alejado de la vida pública, Humberto Ortega gozó de ciertas libertades hasta el 21 de mayo de este año, cuando en una entrevista periodística lanzó una suerte de misil contra el régimen que encabezan su hermano y su cuñada. Según el exministro de Defensa, la pareja Ortega-Murillo estaba preparando una suerte de sucesión en el poder, en vista de los problemas de salud que vienen aquejando por largo tiempo al actual mandatario, Daniel Ortega.

Tal señalamiento, como lo describió DIARIO DE CUBA entonces, colocó a Humberto Ortega en una situación de total aislamiento, aunque pudo permanecer en su residencia en Managua. Ninguna corte o tribunal le condenó, solo fue fustigado por su hermano, que le llamó traidor en la última ocasión en que se refirió a él, en mayo de este año.

El pasado 21 de mayo, el general en retiro había quedado al cuidado de una unidad médica instalada en su casa, lo que en ese momento medios del exilio nicaragüense interpretaron como una medida de arresto domiciliario encubierta.

Poco después, en un acto con militares y policías, Daniel Ortega confirmó que su hermano estaba sentenciado políticamente, lo llamó "traidor" y dijo que "vendió su alma al diablo".

Daniel Ortega le reprochó a su hermano que, en 1992, cuando era jefe del Ejército, condecorara al agregado militar de Estados Unidos en Nicaragua, lo que consideró "una vergüenza" y "una traición al pueblo y a la patria".

Para los historiadores del sandinismo, la ruptura entre los hermanos se produjo en 1990, cuando tras la derrota electoral de Daniel Ortega ante Violeta Barrios de Chamorro, en una dura elección que fue impulsada por la comunidad internacional para poner fin a años de conflictos y guerra interna, Humberto Ortega pasó a forma parte del Gabinete de la primera mujer en ocupar la Presidencia del país centroamericano.

La presencia de Humberto Ortega fue considerada en aquel momento como un aspecto central para garantizar una transición pacífica, tras 11 años de Gobierno revolucionario.

En la actualidad, su hermano Daniel Ortega  tiene 78 años y presenta problemas de salud que son manejados como secreto de Estado. Según Humberto, en esa entrevista que le generó el aislamiento final, el régimen intenta poner en marcha una suerte de sucesión dinástica y en esa dirección parece apuntalarse al tenor Laureano Ortega Murillo.

El cuarto de un total de siete hijos de la pareja presidencial, Laureano Ortega Murillo ha sostenido que lo suyo es la música y se ha destacado en ese campo. Sin embargo, desde hace varios años viene ocupando posiciones políticas.

"Daniel Ortega tiene 78 años. ¿Su muerte podría crear un vacío de poder en Nicaragua o usted ve activándose la sucesión dinástica?", le preguntó en mayo el periodista al exministro. Y Humberto Ortega respondió: "Cuando hay un poder de tipo autoritario, dictatorial como el actual, que depende muchísimo de la figura de un líder que ejerce la Presidencia, ante la ausencia de este, es muy difícil que haya una continuidad del grupo de poder inmediato".

Retirado con el grado de general y, en su momento, señalado de amasar una enorme fortuna por coimas en la compra de armamento militar, Humberto Ortega consideraba que "la misma tendencia autoritaria, personalista, verticalista de mandar, ha castrado las correas de transmisión del partido", para referirse al Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), del cual los hermanos Ortega fueron figuras centrales en los 80.

"Nadie. Nadie", dijo el general en retiro cuando el periodista le nombró a Rosario Murillo, su cuñada, como una opción para suceder a Daniel Ortega. Esto en particular parece haber sido el detonante en la pareja presidencial para silenciar y aislar al otrora hombre fuerte del sandinismo.

Su hermano Daniel Ortega está en su quinto mandato de cinco años como presidente —y cuarto consecutivo— tras ganar las elecciones de 2021, cuyo resultado no ha sido reconocido por la comunidad democrática internacional. Por su condición de vicepresidenta, su esposa Rosario Murillo debería sucederle de inmediato si no puede continuar ejerciendo el poder.

En 2021 Humberto Ortega reclamó la liberación de los dirigentes y activistas opositores encarcelados meses antes de las elecciones celebradas en Nicaragua en noviembre de ese año. Pero este pronunciamiento no produjo mayor encono en la pareja presidencial, por lo que pudo proseguir con su vida normalmente, hasta mayo de este año, cuando efectivamente sí cuestionó un tema sensible para el régimen que encabezan Ortega y Murillo.

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