La filósofa alemana Hannah Arendt acuñó "la banalidad del mal" en su argumentación de cómo un poder hegemónico puede trivializar el exterminio de seres humanos en una sociedad. El concepto parece recuperar vigencia tras la visita del influencer argentino "Michelo" al principal centro de torturas en Venezuela, tal como definen organizaciones de derechos humanos a El Helicoide.
Arendt reflexionó sobre la banalidad del mal hace seis décadas, cuando asistió al juicio que se le siguió a Adolf Eichmann, un funcionario nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El caso de Eichmann, según la intelectual, era el reflejo de cómo algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos.
Venezuela, según activistas de derechos humanos y periodistas, ha presenciado un acto de esta naturaleza con los vídeos en las redes sociales de Michelo, un influencer alineado con el peronismo argentino e inscrito en la actualidad en la defensa a ultranza del régimen de Nicolás Maduro. Diversos periodistas cuestionaron que Michelo presentó a El Helicoide como si fuese una suerte de parque temático de Disney World.
El Helicoide, ubicado hacia el suroeste de Caracas, fue en realidad planeado como un edificio con fines comerciales por la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1948-1958). Tras su derrocamiento, se paralizó la construcción. Con el chavismo, y tras décadas de abandono, se instaló allí el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), uno de los dos cuerpos principales que tienen a su cargo las detenciones políticas.
La Misión de Determinación de los Hechos, una instancia de expertos con mandato del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, documentó decenas de casos de tortura, violencia sexual u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes perpetrados por agentes del SEBIN y de la Dirección General de ContraInteligencia Militar (DGCIM).
En el caso del SEBIN los detenidos, según el informe conocido por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, fueron llevados a El Helicoide, mientras que los presos políticos del DGCIM fueron llevadas a la sede de este cuerpo, en Boleíta, en el este de Caracas.
Por lo general, los presos políticos de mayor relevancia pública, como periodistas, dirigentes políticos de oposición o defensores de derechos humanos, son recluidos en El Helicoide, según la documentación recopilada por la Misión de Determinación de los Hechos.
Dylan Canache solo tenía 16 años cuando fue detenido por el SEBIN y trasladado a El Helicoide. "Es lo más cercano al infierno que hay", aseguró posteriormente desde Argentina, una vez que pudo ser excarcelado y huyó de Venezuela. Este joven fue detenido en 2018 y se le acusó de ser el líder de una "célula terrorista" que buscaba atentar contra la estabilidad del país.
"Tumbaron la puerta de mi casa y entraron alrededor de 35 oficiales del SEBIN. Me lanzaron al piso, me pusieron una escopeta en la cabeza, me pegaron contra la pared. Me graban y me dicen que diga mi nombre y mi número de documento. Yo digo: 'Víctor Navarro. 25.510.806', es la misma forma como luego me llamaban en El Helicoide, porque buscan cosificarte cuando te torturan", relató otro ex preso político venezolano.
Con tal nivel de crueldad en dichas instalaciones, causó estupor que Michelo realizara varios vídeos mostrando el supuesto lado amable de estas instalaciones. A diferencia de las horas nocturnas en las que son llevados los detenidos a este centro de detención política y torturas, el influencer peronista realizó grabaciones a plena luz del día para mostrar instalaciones limpias y ordenadas en las que pernoctan los efectivos del SEBIN.
Michelo mostró las instalaciones deportivas que funcionan en el último piso, bajo la cúpula de El Helicoide. Con antelación, y dentro de un plan comunicacional para restarle credibilidad a las denuncias de violaciones a derechos humanos, el Gobierno de Nicolás Maduro puso en funcionamiento allí una cancha de baloncesto. Es una cruel paradoja que, mientras niños y jóvenes practican deportes, decenas de metros más abajo hay personas recluidas y sin garantías de derechos básicos.
El domingo pasado, por ejemplo, la reconocida activista Rocío San Miguel, una de las referentes del movimiento de derechos humanos en Venezuela, cumplió 224 días de reclusión sin haberse podido reunir con su abogado personal. San Miguel, una estudiosa de las Fuerzas Armadas, está acusada por la Fiscalía de promover un atentado contra Maduro. En todos estos meses sus familiares han tenido escasos contactos con ella.
Michelo, cuyo nombre real es Diego Omar Suárez, alcanzó notoriedad en la red social Tik Tok, donde llegó a tener 23 millones de seguidores hasta que su cuenta fue cerrada a inicios de este año. Sigue siendo un declarado activista defensor del peronismo en otras redes sociales y desde que Maduro se encaminó a no reconocer la votación del 28 de julio pasado, ha encontrado en este joven argentino a un fuerte aliado comunicacional.
"Para que vean que aquí no hay ningún centro secreto, ni les están quitando la vida", afirmó Michelo en uno de los vídeos en los que recorrió las afueras de El Helicoide y lo mostró como una edificación oficial "normal".
"Miren, amigos míos, cómo me reprime en El Helicoide", dijo en otro segmento Michelo, mientras él mismo sonriente se golpeaba con un globo inflado, una manera sin dudas de banalizar lo que ha sido documentado por entidades especializadas.
La campaña comunicacional de Michelo en las redes sociales parece haber sido retribuida por el chavismo, que le invitó a ser orador en una sesión especial de la Asamblea Nacional. Desde esa tribuna el influencer peronista llamó a combatir las fake news y sostuvo que se estaba en una guerra comunicacional, a través de las redes sociales.
De visita en Caracas, en sus diferentes intervenciones Michelo hizo constantes críticas a la líder opositora María Corina Machado, a la que usualmente busca descalificar al vincularla o compararla con el presidente argentino Javier Milei.
"...en sus diferentes intervenciones Michelo hizo constantes críticas a la líder opositora María Corina Machado". Los Michelos son una especie que se reproduce, porque por aquí aparecen de vez en cuando.
Otro emulo de Maradona
A un hombre que se pinta el pelo como un payaso no puede concedérsele un ápice de atención, y mucho menos respeto. El hecho de que a sujetos como este se les llame "influencers" dice todo del estado patético en que se encuentra la sociedad moderna.
Hace un buen rato han dado a conocer que en el Helicoide la gran mayoría de los verdugos son esbirros cubanos; los propios chavistas sienten terror por estos sádicos compañeritos.