A un año de su desaparición pública ya nadie se pregunta dónde está Tareck El Aissami

Hace un año, un día como hoy, Tareck El Aissami escribió un mensaje en su cuenta en Twitter y luego vino el silencio. Ni escribió nada más en redes sociales, ni apareció más públicamente. Se desconoce si está preso y hasta el activo y verborreico fiscal general ha evitado largamente referirse a quien fue una de las principales figuras en el poder chavista.

Al contrario de lo ocurrido en las primeras semanas y meses de su caída en desgracia, con el paso del tiempo la figura del otrora hombre fuerte, que se codeaba con mandatarios en Rusia, Irán o Siria, sencillamente es víctima de un ocaso. Nadie parece estar preocupado por El Aissami.

"En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA, he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso", indicó El Aissami en lo que devino en despedida pública, en Twitter, el 20 de marzo de 2023.

Un año después de su renuncia-tuit, el ex vicepresidente ejecutivo, exministro y exgobernador del estado (provincia) de Aragua ha quedado reducido al cotilleo periodístico y a especulaciones en los cócteles diplomáticos. Si el chavismo apostó a desterrarlo desde el punto de vista simbólico, ha tenido éxito.

Mes y medio después de que El Aissami se hiciera invisible, el exministro de Economía y actual diputado de la Asamblea Nacional, Jesús Faría, pasó a ser el único vocero del chavismo en confirmar que el exministro estaba siendo investigado dentro de una trama de corrupción que ya había implicado las detenciones de exministros, ex altos funcionarios de empresas del Estado, militares y empresarios vinculados a las obras públicas.

Faría, sin embargo, dijo desconocer el paradero de El Aissami. Para el diputado era justificado que El Aissami fuese investigado: "Es absolutamente elemental, él estaba en un cargo clave". El fiscal general Tarek William Saab, profuso en dar detalles sobre los detenidos, su vida privada y la ostentación de riqueza como sinónimos de corrupción en las altas esferas del poder, ha eludido largamente referirse a El Aissami.

"Tareck El Aissami es como Lord Voldemort para los personajes de la saga chavista: no se habla de él, no está muerto ni está vivo, es una sombra que podría tener poder o desatar fuerzas oscuras en tu contra", comenta en tono sarcástico a DIARIO DE CUBA el periodista Oscar Medina.

Este periodista y editor, con varias publicaciones sobre las detenciones políticas y violaciones a derechos humanos de presos políticos, dice que como el personaje de la serie de novelas de Harry Potter llevadas al cine, El Aissami es "el que no debe ser nombrado".

Entre mediados de marzo e inicios de mayo de 2023, en una suerte de razzia de serie televisiva, el fiscal Saab fue mostrando a más de 60 detenidos, muchos de ellos parte del círculo íntimo de El Aissami. Se sacaron videos y fotos personales de los detenidos de sus teléfonos celulares para demostrar la ostentación y la riqueza lograda por la corrupción.

Los casos de corrupción, por más de 20.000 millones de dólares, según el diputado oficialista Hermann Escarrá, envolvieron a las cabezas de tres entes estratégicos: Petróleos de Venezuela (PDVSA), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y la Superintendencia de Criptoactivos. Todas estas dependencias estaban bajo el ala de El Aissami en la repartición del poder que tienen las varias corrientes que conviven dentro del chavismo.

Durante largos años El Aissami, sin llegar a ser el canciller o el ministro de Comercio Exterior, fue el interlocutor de Venezuela con países aliados del chavismo, pero lejanos geográficamente, como Irán, Turquía o Siria. Su origen árabe terminó siendo una carta de presentación exitosa, según analistas diplomáticos, para acuerdos comerciales, militares o energéticos, durante varios años, especialmente desde que Nicolás Maduro llegó a la Presidencia en 2013.

Cuando Hugo Chávez estuvo en la Presidencia, tuvo en El Aissami un hombre de confianza para el manejo de los órganos de Seguridad, desde el Ministerio del Interior.

DIARIO DE CUBA corroboró con dos fuentes diplomáticas distintas y según la información que manejan ambas delegaciones internacionales, que El Aissami está resguardado en una casa de la seguridad del Estado, en "plan piyama" como suele decirse en Cuba sobre los altos funcionarios defenestrados, vigilado por personal de seguridad y movilización limitada.

Se especula si ha sido la colaboración del exministro la que ha permitido una cadena de detenciones, que incluyen a varios de sus colaboradores cercanos, incluso su círculo más íntimo cuando era una figura poderosa en el chavismo. A cambio, según estas versiones, El Aissami no ha sido mostrado en público, esposado o doblegado, con overol naranja como sucedió con todos los otros aprehendidos por esta trama.

A mediados de abril del año pasado, entretanto, esta trama devenida en una cuasi telenovela, tuvo un capítulo sorpresivo. Álvaro Pulido, socio del empresario colombiano Alex Saab, y quien gozaba de contratos, y protección de Caracas, resultó detenido.

Pulido fue mostrado en la televisión oficial doblegado por las autoridades y con el overol naranja que ha sido usado como una suerte de símbolo en todo este proceso, ya que en Venezuela no hay un uniforme establecido para los detenidos, menos aún cuando no han sido condenados.

Tras su regreso a Venezuela en diciembre pasado, producto de las negociaciones entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Joe Biden, el empresario colombiano Alex Saab ha recibido altas responsabilidades en teoría para atraer la inversión extranjera de países aliados, una de las tareas que cumplía El Aissami, y ha evitado referirse a su exsocio Pulido.