El régimen de Daniel Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, envió este domingo al destierro al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez, quien era el preso político de mayor relevancia dentro de Nicaragua. El prelado, junto a otros 17 religiosos, fue enviado a Roma gracias a un acuerdo entre Managua y el Vaticano.
Se trata de la tercera ocasión en que el Gobierno sandinista actúa para desterrar al obispo, quien en dos ocasiones anteriores se negó de manera rotunda. Según pudo conocer DIARIO DE CUBA, la mediación del Vaticano resultó clave para que el obispo saliera del país centroamericano, bajo un acuerdo de carácter humanitario, que también se extendió a una docena y media de religiosos que estaban detenidos de forma reciente.
En medio de las fiestas por la Navidad y Año Nuevo, el pasado diciembre el régimen de Ortega y Murillo acrecentó las detenciones contra religiosos, así como la prohibición de volver al país a algunos sacerdotes de otras nacionalidades. Se especula que la salida de Álvarez, finalmente, podría ser a cambio de que cese la persecución contra otros religiosos.
El obispo de Matagalpa fue aprehendido por la Policía sandinista en agosto de 2022, junto a un grupo de sacerdotes y laicos en el templo de esta localidad, ubicada al norte de Nicaragua. Dos semanas después fue colocado en Managua bajo la modalidad de casa por cárcel.
Hace 11 meses, en febrero de 2023, monseñor Álvarez resaltó como una figura de resistencia pacífica al negarse a salir rumbo a EEUU, junto a un grupo de 222 presos políticos desterrados. Su exigencia era permanecer en Nicaragua. Tras este incidente fue enviado como castigo a las celdas de máxima seguridad de la cárcel La Modelo, conocidas como El Infiernillo.
A diferencia de la salida masiva de desterrados del año pasado, que fue difundida ampliamente por el régimen de Ortega y Murillo, este domingo la salida al exilio forzado del obispo y los sacerdotes solo fue confirmada por dos medios nicaragüenses también forzados a operar desde el exilio, como son Confidencial y La Prensa, ambos de la familia Chamorro.
"Nuestros pastores están libres", dijo este domingo en Miami tras su tradicional misa quien fuera obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, exiliado en EEUU desde 2019, quien confirmó la llegada a Roma de los expatriados.
El año pasado, al día siguiente de negarse a abordar el avión junto a los otros 222 desterrados, el obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión en Nicaragua. Los cargos que se le imputaron a monseñor Álvarez fueron delitos de conspiración, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a las autoridades.
Desde entonces, el prelado católico pasó a ser la figura de mayor relevancia entre el centenar de presos de conciencia que tiene el régimen sandinista.
De acuerdo con los datos compartidos por Confidencial, el portal informativo que dirige Carlos Fernando Chamorro desde Costa Rica, el régimen de Ortega y Murillo ha sometido a 203 religiosos y religiosas al destierro, expulsión o negativa de ingreso a Nicaragua desde 2018 a enero de 2024. Más del 80% de estas agresiones se registraron en 2023, cuando Ortega arreció su embestida contra la Iglesia Católica.
"2023 fue el año más sanguinario. No porque yo diga, sino porque las cifras lo demuestran: 307 agresiones en 2023, más de 3.600 procesiones prohibidas, más de 237 misas prohibidas en los cementerios. Secuestros, asedios, vigilancia permanente", aseguró la investigadora y autora del estudio "Nicaragua ¿una Iglesia perseguida?", Martha Patricia Molina.
A juicio del periodista William Miranda, bajo total aislamiento en la prisión La Modelo el obispo de Matagalpa terminó por erigirse como el símbolo de resistencia más sólido que enfrentaban Daniel Ortega y Rosario Murillo, y por esa razón su insistencia en enviarlo al destierro.
Ninguna fuente oficial del Vaticano se ha pronunciado por este destierro en Roma del obispo y de este grupo de religiosos nicaragüenses, enviados al exilio este 14 de enero. Sin embargo, la Agencia Católica de Informaciones (ACI) confirmó el hecho.
