El papa Francisco expresó este lunes "preocupación" por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega. Desde la ventana del Palacio Apostólico, tras el rezo del primer Ángelus del año, pidió que "se busque siempre el camino del diálogo" para superar los problemas, según reporta la agencia EFE.
"Sigo con preocupación todo lo que está ocurriendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de la libertad. Les traslado a ellos, a su familia y a toda la Iglesia del país mi cercanía en la oración", dijo.
El Gobierno nicaragüense y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcados por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
Francisco instó a "la oración insistente" a los fieles que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro del Vaticano. "Rezamos hoy por Nicaragua", terminó.
En los últimos días de diciembre, policías uniformados y de civil detuvieron en Nicaragua a un obispo, 12 sacerdotes, dos seminaristas y más de 20 laicos, según denunciaron autoridades de la Iglesia y opositores al Gobierno de Ortega.
En la lista destacan el monseñor Isidoro Mora, obispo de Siuna (noreste) arrestado el 20 de diciembre, y los vicarios de la Arquidiócesis de Managua Carlos Avilés, Silvio Fonseca y Miguel Mántica, así como ocho párrocos de distintas ciudades del país, detenidos entre el 27 y el 30 del mes recién pasado.
Se desconoce el paradero de todos los detenidos. La Policía no ha confirmado ni desmentido las denuncias de los arrestos.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua no se ha pronunciado sobre estas redadas, pero el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, en una aparente alusión al tema, pidió el domingo a sus fieles rezar por "la ausencia de sus sacerdotes".
A los detenidos se suma el obispo de Matagalpa (norte), monseñor Rolando Álvarez, privado de libertad desde agosto de 2022 y condenado a 26 años de prisión en febrero del año pasado por "traición a la patria", tras negarse a ser deportado a Estados Unidos junto con 222 opositores excarcelados.
Hay "una feroz cacería" de sacerdotes, escribió en su cuenta de X, antes Twitter, monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua que se encuentra exiliado en Miami.
La abogada Martha Patricia Molina, experta en asuntos religiosos, dijo en una entrevista con la AP que el Gobierno pretende "desaparecer a la Iglesia católica de Nicaragua". Líderes opositores pidieron al Vaticano intervenir para detener lo que consideran es un "plan de exterminio" contra la Iglesia.
En octubre pasado, 12 sacerdotes que estaban presos fueron excarcelados y enviados a Roma tras una negociación entre la Santa Sede y el Gobierno de Ortega, que enfrenta serias tensiones con la Iglesia católica desde hace más de cinco años.
Luego de las protestas sociales de 2018, Ortega acusó a varios obispos de haber apoyado "un fallido golpe de Estado" en su contra. En marzo de 2022 se expulsó del país al nuncio apostólico Valdemar Sommertag y un año más tarde suspendieron las relaciones diplomáticas con el Vaticano, después que el papa Francisco calificara a su gobierno como "una dictadura grosera".
Paco el Papa como siempre como una anguila.