Las encuestas muestran una amplia ventaja en favor de Bernardo Arévalo de León, mientras que en las calles de la capital de Guatemala se respira un ambiente de celebración, según fuentes consultadas por DIARIO DE CUBA, en lo que se espera sea la consolidación de un cambio democrático sin precedentes con las elecciones presidenciales de este domingo 20 de agosto.
Arévalo de León, hijo del expresidente reformista Juan José Arévalo (1945-1951), terminó siendo la gran sorpresa en la primera vuelta celebrada el pasado 25 de junio, dado que ninguna encuesta lo mostraba entre los cuatro principales favoritos. Candidato del Movimiento Semilla, que enfrenta varios procesos para ilegalizarlo promovidos desde el Gobierno de Alejandro Giammattei, el sociólogo irrumpió en la vida pública al calor de las protestas ciudadanas contra la impunidad y la corrupción en 2015.
Para el balotaje de este 20 de agosto, Arévalo de León se enfrenta a la ex primera dama y tres veces candidata Sandra Torres. Entre una y otra votación, el escenario ha cambiado de manera radical y se da por descontado un triunfo claro del candidato del Movimiento Semilla, quien evita mostrarse confiado y dice que "hemos venido a ganar elecciones, no encuestas".
Sin embargo, los sondeos le muestran con 30% de ventaja sobre Torres. De acuerdo con el último estudio, previo a las votaciones, encargado por el diario Prensa Libre y el canal Guatevisión, Arévalo de León obtendría el 65% de los votos y la exesposa del expresidente Álvaro Colom (2008-2012) tendría un 35% de respaldo en las urnas.
Al contrario de lo que se observó en las calles en la primera vuelta, la periodista Evelyn Blanck asegura a DIARIO DE CUBA que ahora prevalece un clima festivo y con entusiasmo para participar.
En junio pasado, "muchos guatemaltecos y guatemaltecas habían decidido no ir a votar o ir y anular su voto, por los antecedentes observados en el proceso, el más importante, el de la judicialización como herramienta para expulsar de la contienda a aquellas y aquellos candidatos a quienes el llamado Pacto de Corruptos veía peligrosos o perjudiciales para su fin de permanecer en el poder", comenta Blanck, quien es coordinadora del Centro Civitas, dedicado a la defensa y promoción de la libertad de expresión.
Utilizando diversas acciones judiciales y administrativas, los poderes públicos alineados con Giammattei impidieron la inscripción de tres candidaturas que aparecían con posibilidades de triunfar. Arévalo de León no se veía con chance de triunfar y por esa razón pudo participar.
"Pero la juventud guatemalteca urbana decidió llevar al partido Semilla a segunda vuelta. Esto sorprendió a todos los actores principales en el proceso, incluyendo al mismo partido Semilla, que ni siquiera había podido colocar fiscales en todas las mesas de votación", precisa Blanck para explicar la inesperada llegada de Arévalo de León al balotaje.
El candidato, que se define como progresista y que analistas consideran de izquierda moderada, ha terminado por posicionarse positivamente entre los guatemaltecos, cansados de una clase política tradicional inmersa en hechos de corrupción y signada por la impunidad, en particular durante las gestiones presidenciales del excomediante Jimmy Morales (2016-2020) y del actual mandatario Giammattei (2020-2024).
Arévalo de León es percibido como no corrupto, inspira confianza y representa el cambio, esas fueron las razones principales que indicaron los consultados por un estudio de la firma ProDatos. La llegada al poder de una figura más afín a la izquierda simbolizará un cambio de época en Guatemala, donde han predominado gobiernos conservadores.
"Creemos que hay que retomar instituciones democráticas. Tenemos que refundar el proceso que nos secuestró esta clase política corrupta", dijo el candidato de Semilla este 18 de agosto en una entrevista con El País, en la que remarco el carácter de refundación institucional que pretende darle a su gestión, una vez sea electo.
Esto tal vez será una tarea cuesta arriba, como precisa la periodista Evelyn Blanck, quien descarta que se use alguna artimaña para impedir el triunfo del candidato, pero una vez que esté en el poder deberá llevar adelante un Gobierno que tendrá en oposición al Congreso, así como al resto de poderes públicos, sobre los cuales Giammattei ha venido tejiendo una clara influencia.
"El camino para democratizar Guatemala será tan o más complicado ahora, no solo por los procesos legales que aún le esperan al partido Semilla, sino porque el 'pacto de corruptos' domina el Congreso, las cortes, el Ministerio Público y, en suma, la institucionalidad estatal", opina esta periodista desde Ciudad de Guatemala.
El pasado 25 de junio, tal como reseñó DIARIO DE CUBA, hubo señales nítidas del hartazgo ciudadano: la abstención en torno al 40% y un 17% de votos en blanco así lo dejaron en evidencia. Se esperan señales ciudadanas diferentes para esta segunda vuelta.
Este domingo 20 de agosto, 9,3 millones de ciudadanos están llamados a las urnas en el balotaje para decidir quién gobernará en Guatemala los próximos cuatro años, sin posibilidad de reelegirse.
Luego de que se confirmara el pase a la segunda vuelta de Arévalo de León, se acusó judicialmente al Movimiento Semilla por la supuesta falsificación de firmas de los simpatizantes que se adhirieron para conformar el partido, en 2018. El proceso, que aún no concluye, está a cargo del juez Fredy Orellana, quien está sancionado por el Departamento de Estado de EEUU.
El juez ha sido incluido en la lista de actores corruptos y antidemocráticos, conocida también como la Lista Engel.
El Ministerio Público, encabezado por María Consuelo Porras, insiste en que hay varios ilícitos en torno a la conformación del partido, mientras que los dirigentes del partido señalan que se trata de un bloqueo para frenar su avance político.
Hace dos años, el Departamento de Estado estadounidense incluyó a Porras y al secretario general del Ministerio Público, Ángel Pineda, en la lista de actores corruptos y no democráticos. Se les señaló de haber participado en acciones que socavan procesos o instituciones democráticos, actos significativos de corrupción u obstrucción de investigaciones sobre dicha corrupción en Guatemala.