El exmandatario boliviano Evo Morales instó el jueves a "cuidar" la unidad del Movimiento al Socialismo (MAS) después de coincidir con el presidente Luis Arce en un acto deportivo en su bastión político en el centro de Bolivia, en medio de las recientes tensiones en el partido gubernamental.
En un mensaje en Twitter, Morales enfatizó que la "responsabilidad" que tienen los oficialistas "es cuidar la unidad del Instrumento Político del Pueblo" y que "la unidad del MAS-IPSP es la derrota de la derecha".
El exgobernante enfatizó que los militantes del MAS "unidos y fortalecidos" trabajan en base a los principios de "honestidad, solidaridad y unidad antiimperialista", citó EFE.
Las palabras de Morales fueron entendidas como una tregua en la disputa interna del MAS entre sus seguidores "evistas" y los "arcistas" del jefe de Estado.
Hasta el miércoles, ambos bloques del MAS intercambiaron acusaciones en torno a la restitución del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, censurado hace unos días por el Parlamento con respaldo de los legisladores "evistas" y la oposición.
También polemizaron sobre el rol del líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, durante la crisis de 2019, quien el lunes junto a otros representantes sindicales brindaron su apoyo al Ejecutivo nacional.
En la víspera Arce y Morales se encontraron en la clausura regional de unos juegos estudiantiles en la zona cocalera del trópico de Cochabamba, y las imágenes que circularon después en las que se ve a ambos riendo y conversando dieron a entender que sus diferencias quedaron superadas.
El líder del MAS publicó en sus redes sociales fotos con Arce y "agradeció" su presencia en ese evento, mientras que el mandatario también compartió algunas imágenes donde se le ve con Morales.
En declaraciones a los medios, el senador "evista" Leonardo Loza dijo que "ha habido un encuentro" entre ambos líderes y aseguró que "nunca han estado enojados" ni "alejados", sino que las diferencias que presentaron fueron porque "algunos ministros hacen quedar mal" al Gobierno.
"Esperemos que el encuentro de ayer (miércoles) sea el inicio de rectificar nuestra conducta y obviamente orientada a fortalecer a nuestra organización política", aseveró el diputado "evista" Héctor Arce.
Sin embargo, su colega también "evista" Gualberto Arispe mencionó que "reconciliación, así por así, no va a haber" y consideró que el daño que el Gobierno está haciendo al MAS "es demasiado".
Las tensiones en el MAS comenzaron a fines de 2021, cuando Morales y sus seguidores pidieron a Arce que hiciera cambios en su gabinete de ministros, algo que el presidente no hizo.
A esto siguió una avalancha de acusaciones por hechos de supuesta corrupción y encubrimiento al narcotráfico en el Gobierno y supuestos planes en contra de Morales, además de señalamientos de una traición por parte de Arce y el vicepresidente del país, David Choquehuanca, algo que los "arcistas" han negado.
Arce y Morales coincidieron el fin de semana en Cuba y algunas informaciones periodísticas señalaron que Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel mediaron para generar un acercamiento. Esas versiones no han sido confirmadas por el oficialismo.
Las sospechas se dispararon luego de que el viaje de Arce fuera ampliamente cubierto por los medios oficiales, mientras que el de Morales solo se conoció gracias a declaraciones suyas desde La Habana para la radio boliviana Kawsachun Coca, que incluyeron acusaciones de que el Gobierno de Arce estaría involucrado en narcotráfico.
"Esta vez desde La Habana, Cuba, he sido invitado por autoridades del pueblo revolucionario de Cuba. Ayer mantuve una linda reunión con el comandante (Raúl) Castro. Hoy día continuarán algunas reuniones y mañana estamos retornando hacia Bolivia. Muy contento de estar acá y estoy convencido de que Fidel ha sido el hombre más solidario del mundo", dijo Morales en su intervención.
Están cumpliendo las órdenes dadas por La Habana a partir de los lineamientos establecidos por el Foro de Sao Paolo y el Grupo de Puebla.
Evo Inmorales debe estar preso por narcotraficante.
Además de tener que entregar la mayor parte de sus salarios, los profesionales de la salud cubanos enviados al exterior, y a los que La Habana ofrece en su propaganda como misiones solidarias, son sometidos a una fuerte vigilancia y a la restricción de sus libertades fundamentales.
Estas condiciones han sido denunciadas por organizaciones defensoras de derechos humanos y la ONU ha advertido que podrían constituir formas de "trabajo forzoso" y "esclavitud moderna".
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