El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, vive en una campaña electoral perenne. Pero este 5 de junio ha dado, con razón, el pistoletazo para iniciar la carrera a las presidenciales de 2024, tras el histórico triunfo de su partido Morena en el estado de México y su avance en diversas entidades en las elecciones de gobernadores.
Morena se erigió, como partido, en el gran triunfador y los analistas consideran que estas votaciones, justamente a un año de las presidenciales, tendrán un peso en materia de opinión pública y además con resultados que han arrinconado aún más a las voces de oposición, tanto conservadoras como de izquierdas a López Obrador, cuyo discurso populista parece haber calado hondamente entre los mexicanos.
Morena, solo o en coalición, forma parte de 23 gobiernos regionales. Eso de por sí es sustantivo, si se le compara con los nueve gobiernos regionales en manos de los opositores Partido de la Revolución Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD). El ascenso al poder de López Obrador en 2018 ha reconfigurado el mapa político e institucional de México, con un enorme retroceso para los partidos políticos históricos del país y el notable avance de Morena, creado en 2011.
Diversos periodistas y analistas consideran que desde un punto de vista simbólico, este domingo 4 de junio en las urnas se selló el cambio de época que vive México. El partido de Andrés Manuel López Obrador logró vencer al PRI quien perdió la joya de la corona, el estado de México, el más poblado y el segundo más importante en materia económica, y donde por casi 100 años habían gobernado los priistas.
La agenda de López Obrador, que ha incluido un discurso nacionalista y estatista, más la entrega de subsidios y la regulación del mercado privado, para muchos mexicanos está en sintonía con lo que fue el PRI antes de que en los años 80 este histórico partido fuese cooptado por una elite económica formada en EEUU. Analistas consideran que el crecimiento de Morena ha sido a costa, principalmente del PRI, de quien hace décadas el escritor Mario Vargas Llosa llegó a decir que ejercían la dictadura perfecta en México.
La derrota electoral de las fuerzas de oposición ha sido catalogada de descalabro, dado que tienen lugar exactamente a un año de las elecciones presidenciales. La popularidad de López Obrador se mantiene muy elevada: la encuesta mensual de la consultora Mitofsky sobre aprobación presidencial, en el mes de mayo, muestra que 58,4% de los mexicanos aprueban su Gobierno, sin embargo la Constitución vigente que el presidente se negó a modificar impide la reelección.
Con 70 años y habiendo sido candidato presidencial en dos ocasiones anteriores antes de imponerse en las urnas en 2018, López Obrador tendrá un rol decisivo en aupar a quien resulte candidato o candidata de Morena, que a la luz del cuadro político de México actual saldrá como la candidatura favorita en las elecciones de 2024.
"Si esas elecciones se realizaran hoy, es muy probable que ganaría la mayoría de los candidatos de Morena, entre ellos el o la presidencial", apunta el columnista Eduardo Ruiz, quien recuerda que en las elecciones del 2 de junio de 2024 se elegirá al sucesor de Andrés Manuel López Obrador, pero también a un nuevo Congreso (que tiene dos cámaras), así como a ocho gobernadores y un jefe de Gobierno de la Ciudad de México, por lo que resultarán cruciales para definir el pluralismo político e institucional del país.
Este lunes 5 de junio, horas después de conocerse los resultados de las elecciones regionales en México, el presidente López Obrador pasó la página y se concentró en las presidenciales de 2024, dando lo que se entiende como un pistoletazo de partida, para que arranque en forma la campaña.
"Ya se está avanzando, sí estamos a un año de la elección presidencial del 2024 y se va rápido el tiempo", sostuvo López Obrador, quien anunció que para afianzar la democracia él no manifestará preferencias por ninguno de los aspirantes presidenciales en el seno de Morena, sino que habrá una consulta pública para escoger el candidato o la candidata.
"Yo no voy a poner al candidato de Morena, no, no va a haber dedazo, va a ser la gente (…) van a ser los ciudadanos los que van a decidir", recalcó al pedir a la dirigencia de Morena que comenzara a trabajar de cara a las elecciones del año próximo, sin esperar que haya una definición sobre la candidatura.
Las dos personas que, según las encuestas, encabezan las preferencias para hacerse con la candidatura de Morena, con lo cual estarían a las puertas de la Presidencia de México, según el actual clima de opinión pública, son el actual canciller, Marcelo Ebrard, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
