El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó una petición de munición del Gobierno alemán para los tanques Leopard-2 que Berlín enviará a Ucrania para enfrentar la invasión rusa, informó el diario Folha de Sao Paulo.
Según el periódico brasileño, Lula da Silva tomó la decisión el último 20 de enero, durante una reunión con los jefes de las Fuerzas Armadas y el ministro de Defensa, José Múcio. La cita tuvo lugar un día antes de que Lula sustituyera al comandante del Ejército, Júlio Cesar de Arruda.
Fue precisamente Arruda quién llevó la propuesta a debate. Oficiales militares y políticos consultados por Folha de Sao Paulo, dijeron que Arruda explicó que Brasil recibiría 25 millones de reales (unos cinco millones de dólares) por un lote de munición almacenada para sus tanques Leopard 1.
La petición de munición para el Leopard-1 sugiere que Berlín también está dispuesto a ofrecer el modelo antiguo del tanque, del que el fabricante Rheinmetall tiene 88 unidades en stock. De hecho, la empresa ya comenzó el reacondicionamiento de los vehículos. El problema principal en estos momentos es la munición.
Además de Alemania, sólo operan Leopard-1 Brasil (261 unidades, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres), Chile (30), Grecia (500) y Turquía (397).
El tanque tiene un viejo cañón de 105 mm de calibre estándar, mientras que el Leopard-2 utiliza munición de 120 mm. Por ese motivo es necesaria la munición brasileña.
De acuerdo a Folha de Sao Paulo, el presidente brasileño rehusó la petición con el argumento de que no valía la pena provocar a los rusos.
Brasil mantiene una posición neutral sobre el conflicto por razones económicas, desde la gestión de Jair Bolsonaro. Su Gobierno se negó a participar en las sanciones contra Moscú. Con la negativa de enviar la munición solicitada por Alemania, Lula ratificó la postura de su predecesor.
En 2022, Bolsonaro rechazó pedidos del Gobierno ucraniano para negociar la adquisición de otros sistemas, como un lote de 100 a 1.500 blindados guaraníes, fabricados en Brasil por la italiana Iveco.
Pocos días después de la invasión que lanzó Rusia sobre Ucrania el 24 de febrero de 2022, Bolsonaro dijo que los ucranianos habían confiado "a un comediante el destino de una nación", en referencia al mandatario Vladimir Zelenski.
El entonces presidente de Brasil aseguró que hablar de masacre al describir la incursión rusa era una exageración. Bolsonaro se había reunido con Putin en Moscú una semana antes del inicio de la guerra.
Lula da Silva aseguró que Zelenski era tan culpable del conflicto armado como Putin, en una entrevista concedida a la revista Time, en mayo de 2022, cuando aún era candidato a la presidencia.
Folha de Sao Paulo también explicó la actual decisión de Lula con respecto a las municiones, con la necesidad de importación de fertilizantes, vitales para la agroindustria de Brasil. Rusia lidera este mercado desde hace años. Entre 2018 y 2022, vendió una media del 22,2 % del producto consumido por los brasileños.
La neutralidad de Lula da Silva con respecto al conflicto, similar a la de su predecesor, le ha valió la inclusión en la lista del Gobierno ucraniano de difusores de propaganda rusa, por un tiempo.
La negativa de Lula a entregar la munición se produjo días antes la visita del canciller alemán Olaf Scholz, quien arribará el próximo 30 de enero.
Israel fábrica projectiles de 105mm para sus tanques Patton y Centurion y Merkava 1 y Merkava 2, también los projectiles de 120mm para los tanques Merkava 3 y 4.
Obviamente, ese viejo HP es aliado de Rusia. Lo que le espera a Brasil es para alarmarse.
Lula da Silva es una basura simpatizante de Rusia y Putin, igualito a los republicanos que quisieran que Ucrania se rinda