Las exportaciones de petróleo de Venezuela disminuyeron en 2022 debido a interrupciones de infraestructura, las sanciones de Estados Unidos y una creciente competencia en su mercado clave de Asia por parte de Rusia. Ello, a pesar de la creciente asistencia de su aliado Irán.
En 2023, en cambio, se espera que las ventas se disparen después de que Estados Unidos relajó las sanciones petroleras al autorizar a algunos socios de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) a reanudar la compra de crudo venezolano, señaló Reuters.
Irán amplió su papel en Venezuela el año pasado, enviando suministros para impulsar las exportaciones y técnicos para reparar una refinería. Pero el mal estado de los puertos, campos petroleros y refinerías del país y la dura competencia de Rusia en los suministros de crudo a China seguirán limitando las ganancias de exportación, indicaron expertos consultados.
PDVSA y sus empresas conjuntas exportaron unos 616.540 barriles por día (bpd) de crudo y productos refinados en 2022, una caída del 2,5% en comparación con 2021 y ligeramente por debajo de 2020, según documentos con los balances de operaciones.
Los envíos de crudo y productos refinados por parte de la nación miembro de la OPEP, que ha estado bajo sanciones petroleras de Estados Unidos desde 2019, cayeron un 2,5% en 2022 incluso en medio de una mayor producción, ya que las interrupciones de la industria y una mayor competencia en los mercados de exportación afectaron a PDVSA.
"A pesar del aumento de la ayuda iraní, la disminución de las exportaciones netas es el resultado de una combinación de estancamiento de la producción y la creciente competencia de las exportaciones rusas en el mercado negro chino", dijo a Reuters Francisco Monaldi, experto en energía latinoamericana del Instituto Baker de la Universidad de Rice.
Venezuela aumentó sus exportaciones de coque de petróleo, metanol y otros subproductos derivados del petróleo, lo que ayudó a compensar parte de la pérdida de ingresos. Los envíos de estos productos de menor valor se triplicaron con creces en comparación con 2021, y llegaron hasta los 4,36 millones de toneladas métricas el año pasado.
Las refinerías de PDVSA comenzaron el nuevo año procesando 386,000 bpd de crudo, menos del 30% de su capacidad instalada de 1.3 millones de bpd, según cifras de los sindicatos de empleados.
La escasez de refinación debido a las interrupciones de las plantas y el mantenimiento retrasado al final del año dejó al mercado nacional de combustible con largas filas de conductores buscando gasolina frente a las estaciones.
La nueva crisis de la gasolina está tomando vuelo a pesar de que Venezuela triplicó las importaciones de petróleo a 78.170 bpd, principalmente a partir de las entregas de crudo y condensado de Irán, que ayudaron a producir grados de crudo exportables y combustibles para motores.
La producción de crudo de Venezuela promedió unos 721.000 bpd, según datos preliminares de diciembre e informes de la OPEP, y aumentó un 13% respecto al año anterior, para mantenerse por encima de los niveles de la pandemia, pero aún muy por debajo de los promedios históricos y no alcanzó la meta de PDVSA para 2022 de 2 millones de bpd.
La producción de petróleo crudo aumentará en unos 100.000 bpd este año, dijo Monaldi, y agregó que las exportaciones podrían recuperarse un poco más si las empresas conjuntas pueden drenar millones de barriles en inventarios y si PDVSA puede competir más agresivamente en Asia.
Una licencia estadounidense otorgada a Chevron Corp para recuperar la producción y las exportaciones en Venezuela entrará en vigencia este año. La italiana Eni también podría recibir un cargamento de crudo venezolano este mes.
Venezuela en 2022 recibió entre 6.000 y 7.000 mil millones en efectivo por su petróleo después de los descuentos de precios, costos de envío, tarifas, canjes y pago de deuda, según cifras independientes.
