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Venezuela

El chavismo dilata las negociaciones con la oposición cuando está en agenda la discusión electoral

Un funcionario diplomático estadounidense en Bogotá reitera a DIARIO DE CUBA la frustración de la Administración Biden por la falta de compromiso del chavismo.

Caracas
Nicolás Maduro, hijo del dictador.
Nicolás Maduro, hijo del dictador. Reuters

Todo apunta a que este año no habrá un nuevo encuentro entre representantes del régimen de Nicolás Maduro y de la oposición prodemocracia, para abordar lo político-electoral, tal como debía ocurrir tras firmar un acuerdo social el mes pasado y luego de que EEUU flexibilizará las sanciones, dos demandas del chavismo para sentarse de nuevo en la mesa de negociación.

La nueva reunión entre las partes, que tiene acompañamiento internacional y que como las anteriores debía efectuarse en México, posiblemente se efectúe en enero expresó de forma taimada a la agencia Reuters el hijo del gobernante, Nicolasito Maduro, como le llama su padre en las alocuciones públicas.

En Venezuela los opositores, entretanto, por distintas vías han manifestado su desazón por la falta de compromiso del chavismo para fijar una nueva fecha.

Ya en su momento el Gobierno de Maduro se levantó de la mesa en México y tardó casi un año en regresar, para lo cual planteó una serie de condiciones que finalmente aceptaron tanto la oposición prodemocracia como el propio Gobierno de Joe Biden, empleado a fondo en destrabar la crisis venezolana pero sin recurrir ni a las amenazas ni a las sanciones como hiciera en su momento Donald Trump.

Tras el acuerdo social del mes pasado, que en la práctica coloca en manos de la ONU unos 3.000 millones de dólares para ayuda humanitaria, que dentro de Venezuela termina canalizándose en gran parte a través de entes oficiales, se esperaba una nueva reunión centrada en temas políticos y electorales.

Contrario a lo que se ha acordado entre las partes —con la venia de EEUU y la mediación de Noruega—, el hijo del presidente Maduro lanzó la posibilidad de que estas conversaciones ocurran en Caracas, un asunto que de plano han rechazado voceros opositores.

Un funcionario diplomático estadounidense en Bogotá, desde la "embajada virtual para Venezuela", le reiteró a DIARIO DE CUBA la frustración que rodea a la Administración Biden por la falta de compromiso del chavismo, pese a que esta es la vía —según la Casa Blanca— para la añorada suspensión total de las sanciones que en su momento impuso la Administración Trump.

Una primera señal del nuevo juego de Washington fue el permiso, limitado y por un periodo de seis meses, dado por Biden a la petrolera estadounidense Chevron para ampliar sus operaciones en Venezuela. Al contrario de otras trasnacionales que dejaron el país sudamericano ante el temor de las sanciones, esta empresa se mantuvo dentro, pero reducida al mínimo.

Según el diplomático consultado, la Casa Blanca irá haciendo concesiones parciales y flexibilizando las sanciones de forma muy puntual, según se observen avances en la mesa de México. "Si el proceso se aborta por completo, regresaremos a punto cero de cómo estaban las sanciones previamente a las negociaciones", afirmó.

A diferencia de otros procesos de diálogo, en esta ocasión desde marzo pasado se hizo público un canal de comunicación de alto nivel entre la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo en Caracas.

Hace un mes, dos presidentes de izquierda que no suelen criticar públicamente al régimen de Nicolás Maduro, Alberto Fernández (Argentina) y Gustavo Petro (Colombia), se reunieron en París con el presidente conservador de Francia, Emmanuel Macron, básicamente para relanzar la presión diplomática en aras de lograr una negociación que finalmente desemboque en una salida electoral en Venezuela.

En esa reunión, según diplomáticos europeos consultados por DIARIO DE CUBA, además de conversar sobre las condiciones electorales que favorecen al chavismo, se discutió sobre la posibilidad de adelantar las elecciones presidenciales, que en principio deberían celebrarse en diciembre de 2024.

Diversos voceros del chavismo han manifestado públicamente su interés en que estos comicios se adelanten, en lo cual coinciden algunos sectores de oposición. Si se alcanza un acuerdo, estas elecciones entonces podrían celebrarse o bien a fines de 2023 o bien al inicio de 2024.

Todo esto, tanto condiciones electorales justas para los opositores, como la propia fecha de las votaciones presidenciales, serán el centro de las conversaciones —aún sin fecha— en México. Otro tema álgido será la designación de un quinto director del Consejo Nacional Electoral (CNE), ente en el cual en la actualidad dos rectores son del chavismo y otros dos se identifican con la oposición. El quinto cargo está vacante por más de medio año.

En la mesa en México el chavismo tiene como interlocutores a los opositores que formaron parte del llamado "Gobierno interino" de Juan Guaidó, el joven dirigente que presidió la Asamblea Nacional electa en 2015. Esta representación opositora tiene el reconocimiento internacional.

Internamente, en Venezuela, el chavismo insiste en el discurso de "las oposiciones", dándole interlocución a otros factores distintos a los que estuvieron nucleados en la conducción del Parlamento (2015-2020), en su momento considerado el único poder legitimo del país, según unos 60 países de Occidente.

Este 8 de diciembre, por ejemplo, Maduro recibió en el Palacio de Miraflores a Antonio Ecarri, quien en el pasado estuvo vinculado a los partidos tradicionales de oposición y que en años recientes creó la Alianza Lápiz.

Ecarri ha manifestado abiertamente su intención de competir en las elecciones presidenciales, pero sin participar de las primarias que organizan los factores tradicionales de oposición. Simbólicamente, ha sido el primer vocero no chavista que se le ha permitido dar declaraciones y tener contacto con periodistas desde el propio Palacio de Miraflores.

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