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Argentina

Fernández cede el manejo de la economía de Argentina a una admiradora del castrismo

El nombramiento simboliza un triunfo de Cristina Fernández de Kirchner.

Buenos Aires
Silvina Batakis y el presidente Alberto Fernández, Buenos Aires.
Silvina Batakis y el presidente Alberto Fernández, Buenos Aires. AFP

A las redes sociales se les suele catalogar de chismosas. La llamada huella digital ha dejado deja en evidencia que la nueva ministra de Economía de Argentina, Silvina Batakis, es una abierta admiradora de Fidel Castro y mantiene posiciones ortodoxas, a favor de un control estatal de las dinámicas económicas y relativizando la necesidad de controlar el déficit fiscal o mantener a raya el gasto público.

El nombramiento simboliza el triunfo de Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta enfrentada al jefe de Estado, Alberto Fernández, en un contrapunto de largos meses precisamente sobre el manejo de las finanzas públicas en medio de una campaña electoral que ya parece arrancar, aunque las elecciones serán en 2023 para escoger un nuevo presidente o presidenta.

Cristina Fernández de Kirchner terminó forzando la renuncia del ministro estrella de Economía, Martín Guzmán, quien bregó por dos años hasta alcanzar un acuerdo inédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a propósito del préstamo más elevado entregado a un país por el multilateral.

En 2018, un año antes de que ganara la Presidencia Alberto Fernández, el FMI le concedió un préstamo por 44.000 millones de dólares al entonces Gobierno de Mauricio Macri. El ex mandatario y sus colaboradores terminaron admitiendo que esos recursos se destinaron a tratar de mantener el mercado cambiario en un contexto preelectoral.

Fernández, con las gestiones de Guzmán, anunció desde el inicio de su Gobierno que alcanzaría un acuerdo con el FMI, mientras que los sectores más radicales del peronismo, entre estos el kirchnerismo, deslizaban la posibilidad de desconocer esta deuda a la que de forma reiterada catalogan de ilegal.

La renuncia de Guzmán, un asunto que se temía desde hace algún tiempo por los continuos señalamientos públicos de Cristina Fernández de Kirchner, terminó siendo abrupta, tan sorpresiva al punto que Argentina estuvo durante más de 24 horas sin un titular de las finanzas públicas.

En su larga carta de renuncia, que difundió por Twitter cuando justamente la vicepresidenta encabezaba un acto público en el que defendía la expansión del gasto público, Guzmán enfatizó la necesidad de quien le fuese a suceder cuente con el respaldo de toda la coalición gobernante.

La crisis evidenció que la falta de comunicación directa entre el presidente y la vicepresidenta es un asunto crónico. Un tercer factor de poder que tuvo relevancia fue el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien tiene capacidad de dialogar con Fernández y Fernández de Kirchner, pero que finalmente salió derrotado con su tesis de relanzar todo el gabinete como fruto de un nuevo acuerdo entre los factores del peronismo.

El diario La Nación reveló que recién a las 10PM de pasado domingo, Fernández tomó la iniciativa de llamar a la vicepresidenta y tras una conversión de más de media hora, que "fue áspera", se convino en nombrar a Batakis. Se conoció que la llamada se produjo por la mediación de Estela Barnes de Carlotto, activista icónica de derechos humanos, presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo y una abierta simpatizante del régimen cubano.

La nueva ministra, según apuntan analistas, está más alineada con las posturas de Cristina Fernández de Kirchner, que quiere expandir el gasto público a través de ayudas sociales teniendo la mira en las votaciones de 2023.

Entretanto, el presidente Fernández, de quien se descarta pueda buscar la relección por la falta de apoyo del kirchnerismo, parece enfocado en cumplir lo convenido con el FMI, con un programa de ajustes que incluye justamente recortar el gasto público y liberar de controles estatales algunos servicios públicos.

Tratando de calmar los ánimos, tras una subida abrupta del dólar en Argentina este 4 de julio, Batakis señaló que continuará el rumbo económico de Guzmán. "Vamos a continuar el programa económico, creo en el equilibrio fiscal, ese es el camino", recalcó.

Sin embargo, sus posiciones públicas previas apuntan en otra dirección, con mensajes cargados de posiciones de izquierda y simpatías por el castrismo, como lo revela un mensaje en Twitter que fue ampliamente comentado por diversos medios bonaerenses

"El presidente tenía que dar una señal al momento de reemplazar a Martín Guzmán. Y, finalmente, la dio. El tema es que no fue para tranquilizar a los mercados, sino que parece destinada a satisfacer al ala dura del oficialismo", sostiene el periodista y analista Diego Cabot, en La Nación.

Entretanto, Claudio Jacquelin apunta a que solo existe una tregua en la lucha interna que sostienen Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Se trata, según este periodista, "de un alto al fuego que no saldó las diferencias más profundas".

Un símbolo de la a veces soterrada, y otras veces abierta lucha, que viven las dos principales figuras del Poder Ejecutivo argentino estuvo justamente en la juramentación de la flamante ministra de Economía. Este lunes 4 de julio en la Casa Rosa la ausencia de Cristina Fernández de Kirchner terminó siendo tan noticia como la juramentación de Batakis.

Huyo Moyano, el líder de los camioneros, otro sector tradicional del peronismo, se lamentó que la vicepresidenta estuviese ausente en la ceremonia: "Podría haber venido".

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5 comentarios

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La tipa se parece bastante a Mariela Castro, lo cual probablemente no es por nada.

Profile picture for user Balsero

En cualquier momento los argentinos van a hacer como los venezolanos y los cubanos, en busca de nuevos horizontes.

Se jodieron!

Profile picture for user Plutarco Cuero

Los argentinos son más anormales que los cubanos ... se aferran a toda la m¡erdolaga peronista que lo único que ha echo es hundir a Argentina en boludeses económicas ....

"Una admiradora del castrismo," o sea, en el mejor de los casos, una penosísima idiota--y dudo que se trate de simple idiotez, aunque la tipa no sea muy brillante que digamos.