Lo que venía siendo un secreto a voces acaba de confirmarse en Venezuela. Los países de la Unión Europea (UE) tienen carta blanca de Bruselas, para llevar nuevamente sus relaciones diplomáticas a nivel pleno con el régimen de Nicolás Maduro. Portugal ha rotó el celofán y su embajador acudió al Palacio de Miraflores en una reunión caracterizada por rostros distendidos.
La presentación de las cartas credenciales del embajador portugués João Pedro de Vasconcelos Fins do Lago, en el Palacio de Miraflores, un hecho al cual el chavismo le sacó rédito propagandístico este 30 de mayo, marca una nueva era en la relación entre la UE y el régimen de Maduro, después de tres años de presiones, tensiones y distancia tras la irrupción de Juan Guaidó en enero de 2019 y el reconocimiento que obtuvo de más de 60 países como "presidente interino".
El "factor Guaidó" parece haberse desinflado. Sin el fuelle interno, al frente de una oposición que luce atomizada y sin objetivos comunes, el reconocimiento internacional de Guaidó comenzó a desvanecerse tras culminar el periodo de la Asamblea Nacional 2016-2021, el parlamento unicameral que este presidió entre 2019 y 2021.
Si bien Portugal apostó por el bajo perfil, al contrario de países como Francia, Alemania y Países Bajos que tuvieron un claro respaldo a Guaidó, la embajada portuguesa como otras tantas europeas había estado acéfala. Designar un embajador y que este haya sido recibido de forma personalizada por Maduro, demuestra el interés de ambos gobiernos por normalizar las relaciones.
Con una migración muy numerosa en las décadas del 50 y del 60, se estima que más de un millón de portugueses de nacimiento o sus descendientes residen en Venezuela.
En 2020, un diplomático portugués confirmó a DIARIO DE CUBA que su país había optado por evitar la confrontación con Maduro en aras de tener presencia dentro del país y darle protección consular a los portugueses o sus descendientes en Venezuela.
Era un interés de Lisboa, en ese 2020, cuando varios países europeos rompían sus lanzas para mostrar su respaldo a Guaidó, que se logrará retomar la ruta aérea directa entre Lisboa y Caracas, a través de la aerolínea bandera TAP Portugal. Justamente esta empresa reiniciará sus vuelos trasatlánticos regulares a partir de este 1 de junio.
Entretanto, varios países europeos deshojan la margarita sobre qué pasos dar en relación con Venezuela. Los más comprometidos con Guaidó observan cómo se ha desdibujado su liderazgo junto al desfase que tiene lo que se proponía desde Washington como "presión máxima" para lograr sacar a Maduro del poder. Esta fue la tesis reinante en 2019 y buena parte de 2020.
La llegada al poder de Joe Biden en EEUU y su propuesta a favor de mecanismos de diálogo, para abordar la crisis venezolana, parecía en sintonía con las líneas generales de Bruselas, pero en términos prácticos dejó a varios países descolocados. Sin reconocer a Maduro, con embajadas que tienen a embajadores pero que no reciben tal acreditación y estando atados a un "Gobierno interino" que no existe como tal en la vida cotidiana de los venezolanos.
Alemania, por ejemplo, tras la llegada de un nuevo gobierno encabezado por socialdemócratas, se debate en qué camino tomar en relación con Venezuela.
En marzo de 2019, el régimen de Maduro, expulsó al embajador alemán Daniel Kriener por sus "recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos", según el comunicado oficial de entonces. Aunque Kriener regresó a Venezuela meses después, en términos prácticos no volvió a recibir estatus de embajador.
Francia, en cambio, tuvo desde París una posición muy frontal en contra de Maduro y a favor de Guaidó, quien fue recibido personalmente por Emmanuel Macron en el Palacio del Elíseo en 2020, pero la embajada de Francia ha actuado de forma muy discreta en sus relaciones con el mundo político opositor y se ha abierto a los contactos con actores de la sociedad civil.
El Reino de los Países Bajos, entretanto, evalúa la posibilidad de reestablecer plenamente sus relaciones diplomáticas con el chavismo, según confirmó a DIARIO DE CUBA un diplomático de esa embajada.
La Haya busca tener un canal de diálogo de alto nivel con el régimen de Maduro en el marco de las acciones diplomáticas de la UE y EEUU, que parecen enfocadas en lograr que haya condiciones favorables para que la oposición concurra a las elecciones presidenciales de 2024, en las cuales Maduro ha anunciado desde ya que buscará la relección.
Sin embargo, este mismo diplomático reconoció que el tema Venezuela había descendido de forma notable en la lista de prioridades de su cancillería, por lo que desconocía cuándo se concretará el restablecimiento de las relaciones diplomáticas plenas.