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Corea del Norte

Llegó el Covid-19 a Corea del Norte, reconoce Kim Jong-un

Pero, asegura, 'gracias a la alta conciencia política del pueblo seguramente el país superará la emergencia'.

Pyongyang
Kim Jong-un con mascarilla en la televisión oficial.
Kim Jong-un con mascarilla en la televisión oficial. KCN

El líder norcoreano Kim Jong-un apareció el jueves utilizando un nasobuco por primera vez desde que comenzó la pandemia de Covid-19 en 2020, ya que el pasado domingo se habría detectado el primer brote de la variante ómicron en la capital, Pyongyang.

Hasta la madrugada del viernes, el Gobierno había admitido seis muertes e indicó que se estaba tratando a más de 18.000 pacientes con una fiebre que se ha propagado en el país. Aproximadamente 190.000 personas habrían sido aisladas, reportó la Deutsche Welle.

Medios opositores independientes habían reportado periódicamente que una enfermedad indefinida se propagaba rápidamente en ese país, que cuenta con recursos de salud pública extremadamente limitados, y que las víctimas eran sepultadas antes de que se hubiera confirmado la causa de deceso. Sin embargo, el régimen Kim Jong-un continuó insistiendo en que nada ocurría.

Pyongyang llegó a rechazar en septiembre de 2021 una oferta de UNICEF para donar tres millones de dosis de la vacuna Sinovac, argumentando que manejaría la situación a su manera.

El jueves Kim ordenó un confinamiento a nivel nacional, mientras que los medios de prensa estatales mostraban imágenes del dictador presidiendo una reunión del Buró Político con mascarilla.

El Gobierno calificó la situación como una "emergencia extremadamente crítica" para el país, de 26 millones de habitantes. A los residentes en la capital se les ordenó regresar a sus hogares y permanecer allí.

Según algunos reportes, la imposición del confinamiento habría provocado compras de pánico y escasez de algunos productos.

"La situación de la salud pública debe ser seria para que Pyongyang admitiera públicamente casos de ómicron", indicó Leif-Eric Easley, profesor asociado de estudios internacionales en la Ewha Womans University, de Seúl.

"Es probable que Pyongyang redoble los cierres, aunque el fracaso de la 'estrategia cero-Covid' de China sugiere que ese enfoque no funcionará contra la variante ómicron", dijo. A su juicio, "el Gobierno haría bien en dejar de lado el orgullo y buscar rápidamente donaciones de vacunas y productos terapéuticos".

La oficina del nuevo presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, confirmó que Seúl está dispuesto a proveer asistencia humanitaria a su vecino del norte. A todas luces, considera que la ayuda médica no se incluye en el amplio paquete de sanciones impuestas a Corea del Norte debido a su programa nuclear y de misiles de largo alcance. También China ha manifestado su disposición a enviar ayuda.

Por su parte, un portavoz de la Casa Blanca afirmó que Estados Unidos respaldaría los esfuerzos internacionales para vacunar a la población norcoreana, pero acusó a Pyongyang de dañar a sus propios ciudadanos al negarles acceso a la ayuda internacional y optar, en cambio, por dedicar sus limitados recursos a su programa nuclear.

Pese a las ofertas de ayuda y a la crisis sanitaria, Pyongyang parece proseguir su línea de confrontación y provocación. Tres misiles balísticos de corto alcance fueron lanzado el jueves por la tarde al Mar de Japón, un hecho al que analistas atribuyen un doble objetivo: distraer la atención de los problemas internos en materia de salud y enviar una advertencia al nuevo presidente surcoreano.

"Es difícil saber lo que está ocurriendo en Corea del Norte, porque es una sociedad muy cerrada y no podemos fiarnos de lo que declara, pero pienso que habrá numerosos casos de Covid allí", dijo Park Jung-won, profesor de política y relaciones internacionales en la Universidad Dankook, de Corea del Sur.

A su juicio, es improbable que haya en Corea del Norte protestas por el manejo de la crisis. "Y eso podría ser utilizado como propaganda política, con la intención de decirle al mundo que la situación está bajo control y la gente está cumpliendo las órdenes del Gobierno", señaló.

Entre las medidas anunciadas estaría impedir que extranjeros entren al país desde el exterior, reforzar vallas fronterizas, disparar a toda persona que se acerque a la divisoria o desinfectar concienzudamente las importaciones que llegan de China.

Kim subrayó que "gracias a la alta conciencia política del pueblo seguramente el país superará la emergencia". El régimen tomó medidas para que los diferentes sectores del país puedan reajustar sus planes de trabajo "de acuerdo con el funcionamiento del sistema anti-epidémico de máxima emergencia", dijo Kim. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de que Corea del Norte es uno de los dos únicos países, junto a Eritrea, que aún no ha administrado vacunas a su población.

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