El abrupto anuncio del ex juez Sergio Moro de su renuncia a aspirar la presidencia de Brasil, ha acentuado un escenario sumamente polarizado entre el actual presidente, Jair Bolsonaro, y el dos veces jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva, de cara a las elecciones que tendrán lugar en octubre.
De entrada, según sondeos divulgados este 6 de abril, Bolsonaro saldría beneficiado de la decisión de Moro. Su inesperada determinación, junto a la poca popularidad a otros candidatos que reivindican el centro político en Brasil, deja la mesa servida para una polarización entre Bolsonaro y Lula da Silva, que a fin de cuentas es un antagonismo no solo personal sino político-ideológico.
De acuerdo con Roberto Gondo, profesor universitario en São Paulo y presidente de Politicom, al ser consultado por DIARIO DE CUBA, coincide en afirmar que todas las encuestas muestran una fuerte polarización entre Lula da Silva y Bolsonaro como adversarios electorales tanto para la primera vuelta como para un eventual balotaje.
Bolsonaro parece haberse beneficiado de la salida de ex juez de la carrera presidencial. Moro se convirtió en una figura pública en Brasil cuando dirigió la investigación judicial de Lava Jato, que abarcó diversas tramas de corrupción durante los Gobiernos de Lula da Silva (2003-2012) y Dilma Rousseff (2011-2016), ambos del Partido de los Trabajadores (PT), y que tuvo como foco principal las coimas de la empresa Odebrecht.
Según una encuesta de Ipespe publicada este 6 de abril, Bolsonaro se ubicó en 30% de la intención de voto, cuatro puntos porcentuales más tras conocerse la renuncia de Moro. Lula sigue encabezando las apuestas con una intención de voto del 44%. El dos veces presidente, entretanto, ha estado estancado sin avanzar al 50% más un voto que necesitaría para evitar el balotaje.
Gondo asegura que será difícil romper la polarización, dado que las preferencias entre Bolsonaro y Lula da Silva suman más del 70% del electorado y estas preferencias lucen difícil de cambiar.
La carrera presidencial en Brasil se inscribe en el antagonismo izquierda-derecha. De hecho, Lula da Silva ha enfatizado una campaña en pro de polarizar con el actual mandatario, quien fue electo en 2018. En aquel momento el fundador del PT no pudo participar de la contienda ya que cumplía una pena de prisión que le había impuesto el entonces juez Moro.
Por otro lado, Moro no logró capitalizar grandes porcentajes de popularidad. Tras dejar la carrera judicial y hacerse ministro de Justicia en el gobierno de Bolsonaro, en 2019, eso empañó su aura de juez independiente. Luego se distanció y criticó al actual presidente, con lo cual se granjeó el rechazo de los "bolsonaristas".
Gondo, además, precisa que la decisión de renunciar al partido Podemos (antiguamente partido laborista de ínfimo impacto), al cual se había afiliado en noviembre pasado de cara a buscar la presidencia, y su decisión de inscribirse en Unión Brasil (social liberal), lo dejó en una posición incómoda. Este último partido, con mayor caudal de votos, podría postularlo para una diputación federal o a un puesto en el Senado, pero no a la presidencia.
Gondo, asimismo, asoma el nombre de la senadora Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño, como una clara figura centrista, muy competente, pero sin una proyección nacional fuerte, lo cual hace difícil que pueda abrirse paso en un escenario electoral de posiciones tomadas en torno a Bolsonaro y Lula da Silva.
Analistas, como la profesora Carolina Botelho, considera que en este 2022 la posibilidad de una tercera vía en la carrera presidencial es más una esperanza que algo factible. Tampoco hay una suerte de coalición entre las figuras de centro para alcanzar una candidatura unitaria y el electorado tampoco parece abierto a considerar una tercera opción.
La semana pasada, João Doria renunció a su cargo como gobernador de São Paulo para dedicarse a la candidatura del Partido de la Social Democracia Brasileña, pero en esta agrupación también tiene aspiraciones Eduardo Leite, es gobernador de Río Grande del Sur.
La agencia Bloomberg difundió que Leite está en conversaciones con la senadora Tebet, para convertirse en compañeros de fórmula en una posible alianza entre sus partidos. Sin embargo, ninguno de estos tres aspirantes supera el 3% de popularidad según sondeos recientes.
"Ahora en Brasil están buscando una llamada tercera vía. El liderazgo no es algo que se aprende en la universidad", ironizó Lula da Silva este 5 de abril en una entrevista radial. El dos veces presidente, según las encuestas, saldría favorecido de tener como principal conteniente al mandatario Bolsonaro.