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Política

Arrestado el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, tras un pedido de extradición de EEUU

Sus relaciones con Washington comenzaron a enfriarse con la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden.

Tegucigalpa
Juan Orlando Hernández.
Juan Orlando Hernández. Getty Images

El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue detenido el martes en su vivienda por miembros de la Policía Nacional de ese país, cuya Corte Suprema evaluará la solicitud de extradición presentada por el Gobierno de Estados Unidos contra el político, señalado por la justicia estadounidense por narcotráfico.

La petición de las autoridades estadounidenses fue conocida el lunes, tras la cual la Corte Suprema convocó a una sesión de emergencia para nombrar un juez para analizar la solicitud.

Hernández, quien gobernó el país entre 2014 y 2022, publicó en sus redes sociales un audio en el que aseguró que estaba "presto y listo para colaborar" y entregarse voluntariamente cuando la Corte Suprema de Justicia (CSJ) designara a un juez natural.

"No es un momento fácil, a nadie se lo deseo", aseguró Hernández en un mensaje grabado, presuntamente desde su casa en Tegucigalpa.

"(Quiero) dejar en claro el atropello que está enfrentando mi representado Juan Orlando Hernández", dijo a una televisora local el abogado Hermes Ramírez, citado por la BBC, en relación a la presencia de uniformados cerca de la residencia del político.

Hernández ha negado previamente los señalamientos en su contra y asegura que durante su Gobierno combatió el narcotráfico, pero Washington anunció la semana pasada que había sancionado al expresidente al vetarle la entrada al país.

Juan Orlando Hernández se unió al Parlamento Centroamericano (PARLACEN) tras dejar la Presidencia, lo que según su abogado, le garantiza inmunidad.

El PARLACEN otorga a sus miembros inmunidad procesal en América Central, aunque esa protección puede ser eliminada o suspendida si así lo solicita el país de origen de un miembro.

Hernández gobernó Honduras durante ocho años, aunque la Constitución del país no permite la reelección presidencial. Sin embargo, un fallo del Tribunal Supremo, de mayoría oficialista, lo autorizó a presentarse para un segundo mandato en 2017.

Esa elección no estuvo exenta de polémica. Luego de que el sistema de recuento de votos dejara de funcionar, Hernández comenzó a ganar ventaja en las votaciones y fue declarado ganador, lo que provocó masivas protestas que dejaron varios muertos.

Aunque el Gobierno de EEUU reconoció su victoria, fiscales estadounidenses revelaron después que abrieron una investigación sobre el mandatario, a quien señalaron como co-conspirador en el juicio a su hermano, quien fue condenado a cadena perpetua en 2021.

Uno de los testigos en el caso fue un ex contador de una arrocera hondureña que dijo haber visto cómo el actual presidente recibió maletines con dinero del narco, con el que buscó asociarse con un laboratorio de cocaína y habló reservadamente sobre "la protección y el trasiego de drogas".

Cuando en el juicio a su hermano surgieron testimonios que lo comprometían, el entonces mandatario los rechazó como provenientes de criminales que querían vengarse de sus acciones contra el narcotráfico y reducir sus propias condenas en EEUU.

"Cualquier narrativa sobre la batalla contra el narcotráfico en Honduras que omita la reducción sin precedentes del 95% (datos oficiales de USA) que logramos, generalmente es solo un vehículo para titulares dramáticos para promover el falso testimonio de los narcos que derrotamos", tuiteó Hernández en ese entonces.

Desde que asumió el cargo en 2014, el expresidente hondureño buscó mostrarse como un aliado de Washington en temas de seguridad y migración. EEUU lo respaldó durante años pese a las acusaciones de corrupción gubernamental y abusos de derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad.

Pero tras su polémica reelección, Hernández decidió no renovar en 2020 el mandato de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, una organización creada con el respaldo de EEUU y la Organización de Estados Americanos (OEA) que investigó a decenas de funcionarios del Gobierno hondureño.

Sin embargo, las relaciones de Hernández con Washington comenzaron a enfriarse con la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden, quien ha promovido una agenda de combate contra la corrupción en Centroamérica.

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