La sensación de una Guerra Fría pendía de nuevo sobre Europa oriental el viernes, al efectuar Rusia maniobras y ejercicios militares cerca de Ucrania e intensificarse las advertencias de Estados Unidos sobre una posible invasión rusa a su vecino que, a decir de Washington, podría suceder en días, reporta la AP.
Entretanto, diplomáticos y gobernantes tenían cada vez más dificultades para impulsar las moribundas conversaciones a fin de evitar una guerra total.
A continuación, un vistazo a lo que está ocurriendo y por qué, según la agencia AP:
Advertencias de la Casa Blanca
La Casa Blanca dijo que todavía no sabe si el presidente ruso, Vladimir Putin, ha decidido invadir, pero aseguró que Moscú ha congregado todos los elementos para hacerlo rápidamente y recomendó a los estadounidenses en Ucrania abandonar el país en las próximas 48 horas.
Muchos analistas han considerado poco probable que la invasión comience antes de que concluyan los Juegos Olímpicos de Invierno en China el 20 de febrero.
La intensificación del discurso estadounidense siguió a nueva información de inteligencia que muestra un aumento de los contingentes rusos cerca de la frontera ucraniana.
"No podemos señalar el día en este momento, ni la hora, pero se trata de una posibilidad muy, muy evidente", dijo Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden.
Estados Unidos ha compilado datos de inteligencia según los cuales Rusia está considerando el miércoles como una fecha objetivo, según un funcionario al tanto de los hallazgos, que se abstuvo de precisar qué tan definitiva era la información de inteligencia. Solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones públicamente.
Funcionarios estadounidenses dijeron el viernes por la noche que el Departamento de Estado planea anunciar que pedirá a casi todo el personal estadounidense de su embajada en Kiev que abandone Ucrania. Un pequeña parte permanecería en Kiev, pero la inmensa mayoría de los casi 200 estadounidenses que siguen en la legación diplomática serán reubicados en el extremo occidental del país, cerca de la frontera con Polonia. El Departamento de Estado no realizó comentarios, y los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir el asunto de forma pública.
En una demostración del compromiso estadounidense con sus aliados de la OTAN, el Pentágono está enviando 3.000 efectivos de combate adicionales a Polonia para que se integren a los 1.700 reunidos allá, dijo el viernes un alto funcionario de defensa de Estados Unidos.
La Casa Blanca dijo que Biden y Putin hablarán sobre la crisis este sábado vía telefónica.
Diversos aliados de la OTAN, entre ellos Gran Bretaña, Noruega y Dinamarca, también han solicitado a sus ciudadanos salir de Ucrania.
Preparativos
En el puerto rumano de Constanza, en el Mar Negro, el ruido de armamento pesado estadounidense rompía el silencio del amanecer, indicios de que refuerzos y 1.000 efectivos más estaban llegando a una base aérea en la zona.
Era una señal más de que se está reforzando el equipo militar en torno al estratégico Mar Negro donde Rusia, Ucrania y tres aliados de la OTAN tienen bases.
"Desde aquí en la región del Mar Negro, hasta el Báltico, los aliados están intensificando sus acciones para reforzar la presencia de la OTAN en este momento crítico", dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, desde Constanza. Bulgaria, vecina de Rumania, también recibirá jets españoles para aumentar la presencia de la alianza.
En aguas del Mar Negro, barcos de guerra de las flotas rusas del Báltico y del Norte llegaron a la bahía de Sebastopol, en la península de Crimea, que Rusia se anexó en 2014. Los navíos se suman a varios buques similares que pertenecen a la flota rusa del Mar Negro, lo que aumenta su capacidad de desembarco anfibio.
Moscú ha anunciado la realización de amplias maniobras en el Mar Negro y el Mar de Azov para los próximos días, y cerró grandes zonas para la navegación comercial, lo que suscitó una fuerte protesta de Ucrania.
Frente a la frontera norte ucraniana, Rusia y su aliada Bielorrusia están realizando diez días de maniobras militares que implican ejercicios en gran escala con munición real.
"Existe el riesgo de una invasión hecha y derecha", advirtió Stoltenberg, pero agregó que también acechan otras amenazas, "incluyendo intentos para derrocar al Gobierno en Kiev".
Los tanques van ganando sobre las conversaciones
A pesar de los numerosos vuelos que recorren Europa para reunir a los gobernantes en las mesas de la diplomacia en las últimas semanas, los resultados han sido decepcionantes, ya que ambas partes continúan aguardando para ver quién cede algo primero.
La única noticia ligeramente positiva del viernes al parecer provino de Moscú, donde el secretario británico de Defensa, Ben Wallace, dijo que sostuvo una conversación "constructiva y franca" con su contraparte ruso Serguei Shoigu.
"Escuché claramente del Gobierno ruso que no tenían intención alguna de invadir Ucrania", dijo Wallace a la prensa en Moscú. Y agregó: "Juzgaremos esa declaración sobre la evidencia".
Las conversaciones en Berlín entre Ucrania y Rusia, a las que se sumaron Francia y Alemania, suscitaron inicialmente esperanza de algún posible avance mientras se extendían hasta el viernes en la mañana, pero al final no se logró nada concreto.
"Desafortunadamente, casi nueve horas de conversaciones han concluido sin ningún resultado significativo", dijo Dmitry Kozak, subjefe de despacho del Kremlin. Se desconocía cuándo y cómo se realizaría el próximo intento para un avance.
Un acuerdo de paz de 2015, negociado por Francia y Alemania en un formato similar al así llamado de Normandía, contribuyó a detener los combates en gran escala en el este de Ucrania entre las fuerzas del Gobierno y los rebeldes apoyados por Rusia, aunque han persistido las escaramuzas en forma regular. El Kremlin ha acusado a Kiev de sabotear el acuerdo, y las autoridades ucranianas alegaron en semanas recientes que implementarlo podría perjudicar a su país.
Al otro lado del mundo, en Melbourne, Australia, el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken se mostró pesimista.
"Hemos hecho todos los esfuerzos posibles para conversar con Rusia, para examinar las preocupaciones que ha planteado, para compartir las preocupaciones que tenemos, que tienen los socios y aliados europeos", señaló. Sin embargo, la brecha con Moscú sigue siendo enorme.
"Para ponerlo en forma sencilla, continuamos viendo indicios muy preocupantes de incremento en las acciones militares rusas, incluida la llegada de nuevas fuerzas a la frontera ucraniana. Y, como dijimos antes, estamos en un período en el que una invasión podría comenzar en cualquier momento", declaró Blinken.
Horas después, el viernes, Biden conversó con varios gobernantes europeos para subrayar las preocupaciones expuestas por la inteligencia estadounidense sobre la posible inminencia de una invasión rusa. Sullivan dijo que los gobernantes occidentales estaban totalmente unidos y responderían enérgicamente a una invasión rusa con devastadoras sanciones económicas y comerciales.
Este resumen de un artículo de Phil Flynn refleja la realidad de los europeos y estadounidenses al ponerse en manos de Rusia por seguir políticas energéticas destinadas a arruinar a sus naciones.
“Russian President Vladimir Putin has Europe in his back pocket. With rash decisions to reach net-zero emissions by 2050, investment in oil fields has fallen off. At the same time, Europe cut the use of nuclear power, which ironically does not emit greenhouse gases. Those decisions could have long-lasting consequences for the continent and the world as Europe has ended up sacrificing its ability to create its own energy, playing right into Russia’s hands.
Germany is one of the main examples of this craziness after it decided that nuclear power was too dangerous and vowed to replace it with renewable energy. Yet, Germany found it is not possible to replace the power from its 19 nuclear reactors with renewables, and so it had to look for alternatives”