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Nicaragua

Un nuevo periodo presidencial de Ortega y Murillo pone a prueba a la comunidad internacional democrática

La estrategia de la comunidad internacional se ha concentrado principalmente en las sanciones contra altas figuras del régimen sandinista.

Brasilia
Daniel Ortega y Rosario Murillo en su toma de posesión, enero de 2022.
Daniel Ortega y Rosario Murillo en su toma de posesión, enero de 2022. Reuters

Sin el reconocimiento de ninguna democracia occidental, en compañía de dos dictadores y de un presidente señalado de colaborar con el narcotráfico. Ilegitimo y aislado, pero ejerciendo plenamente el poder, así ha dado inicio el nuevo periodo de gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pareja sentimental y presidente y vicepresidenta de Nicaragua.

En 2021 la decisión del sandinismo de encarcelar a sietet candidatos presidenciales, en el contexto de la campaña previa a las elecciones celebradas en noviembre, y privar de libertad a decenas de activistas sociales y políticos, dejó en claro en qué consistía la apuesta de Ortega y Murillo: permanecer en el poder con unas elecciones hechas a su medida.

La ola de arbitrariedades tuvo reacciones internacionales especialmente de la tríada que ahora forman la Unión Europea (UE), Canadá y EEUU (bajo la Administración Biden). Esta comunidad internacional, occidental y democrática, adelantó que no reconocería los comicios ni al Gobierno que emanara de dichas elecciones.

Comenzaron y siguen las sanciones norteamericanas y europeas contra altas figuras del régimen sandinista. En eso se ha concentrado, principalmente, la estrategia de la comunidad internacional.

"Las sanciones no funcionan con regímenes que abiertamente apuestan por cruzar la línea amarilla y lo hacen pese a todas las advertencias. Sucedió con Nicolás Maduro y su reelección en 2018, que también fue ilegitima y desconocida, pero allí está el gobernante finalmente logrando su objetivo que es perpetuarse en el poder", explica a DIARIO DE CUBA un veterano diplomático sudamericano desde Caracas.

Si Ortega y Murillo completan este nuevo periodo presidencial dejarían el poder a inicios de 2027, esto significaría que el otrora emblemático guerrillero sandinista habrá estado en el poder de forma ininterrumpida por dos décadas. En tanto Murillo, si bien solo ha sido vicepresidenta desde 2017, diversos analistas consideran que igualmente ejerció gran influencia en Ortega en su época de primera dama de Nicaragua (2007-2017).

Este 10 de enero tuvo lugar la investidura de Ortega para iniciar su cuarto mandato consecutivo, el segundo de Murillo.

"Se inicia un periodo de gobierno total y claramente ilegítimo e ilegal, por venir de un proceso electoral que no cumplió ninguno de los requisitos indispensables de legitimidad y que, por el contrario, fue rechazado por el 80% de la población que no participó, así como la comunidad internacional, en total 57 países, que han subrayado la naturaleza antidemocrática e ilegítima de este proceso y sus resultados", denunció la Unidad Nacional Azul y Blanco, uno de los espacios sociopolíticos pro-democracia que surgieron en Nicaragua tras la cruda represión que se vivió en 2018.

Ortega y Murillo gobernarán sin contrapesos. El sandinismo contará con 75 de los 91 diputados de la Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral del país centroamericano, que se instaló la víspera de la toma de posesión presidencial.

Mientras transcurría la investidura en Managua, la UE aprobó nuevas sanciones contra Camila Ortega Murillo y Laureano Ortega Murillo, ambos hijos de los mandatarios nicaragüenses, y contra otras cinco personas cercanas al régimen, así como contra tres entidades gubernamentales del país. EEUU también anunció nuevas sanciones contra seis altos funcionarios.

Esta política de presión, por vía de las sanciones, sin embargo, no impidió que se celebraran las elecciones espurias, ni tampoco ha hecho mella para que la pareja de Ortega y Murillo tuviesen su investidura.

Acompañados de los dictadores de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Venezuela, Nicolás Maduro, terminó siendo más llamativa la presencia en Managua del presidente saliente de Honduras, Juan Orlando Hernández, señalado por la Justicia de EEUU de colaborar desde el poder con el narcotráfico. Se especula que Hernández pueda solicitar asilo en Nicaragua una vez que deje la presidencia.

Fueron los únicos mandatarios que acompañaron a Ortega y Murillo y todo ello simboliza las alianzas estrechas entre Caracas, La Habana y Managua, en la defensa de sus modelos dictatoriales, ante una comunidad internacional democrática que, francamente, luce de manos atadas para evitar la deriva autoritaria.

En reacción a lo que fue el discurso de investidura de Ortega, Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), denunció que no hubo ni una insinuación de rectificación en el discurso del gobernante.

"Ortega intentó confundir a la población, erigiéndose como víctima cuando fue victimario", sostuvo la vocera de una de las más emblemáticas ONG de derechos humanos de Nicaragua, al referirse a la ola represiva de 2018 y que el discurso oficial señala como golpe de Estado.

El mayor pico represivo del régimen de Ortega tuvo lugar en ese 2018. La Policía Nacional y grupos armados partidarios del Gobierno reprimieron violentamente a manifestantes. Además de centenares de detenidos, la represión de entonces dejó un saldo de más de 300 muertos y 2.000 heridos.

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5 comentarios

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Sr JCAleman mi aplausos para su opinión. Cien por ciento de acuerdo con usted. EU ya no tiene fuerza única para detener ese cáncer, ningúna administración americana le ha parado el caballo a la izquierda comunista.

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Que comunidad internacional ni ocho cuartos. Acaso no se dan cuenta estos periodistas que 3/4 partes del planeta va en el mismo sentido de las narco dictaduras latinoamericanas, las que se estan convirtiendo en la regla y no en la excepcion. No entienden que Ortega, Maduro, Cristina Kirchner, Castillo y Alejandro Castro, entre otros, son el resultado tambien de decadas de complicidad de la comunidad internacional con los lideres que prometen igualdad social y riquezas abundantes para los socios. No se han fijado siquiera que la ONU y sus organizaciones de derechos humanos estan dominadas por el dinero y los representantes de los mayores violadores de esos derechos.

Las democracias occidentales que menciona el autor estan cada vez mas penetradas del extremismo socialista. Por eso, de Espana a Alemania, pasando por Francia y EEUU, la cooperacion y el apoyo real a los tiranos no ha cesado, aunque lo disfracen de ayuda humanitaria o de supuestas sanciones contra los represores.

no one gives a flying f...

Por lo menos (a mi saber) Nicaragua no está en el Consejo de Derechos Humanos en la ONU, como están Cuba y otros notorios violadores de esos derechos. O sea, si Cuba es aceptable para la comunidad internacional democrática, por supuesto que Nicaragua lo es. Da asco, pero es lo que hay.

Me pregunto ,por que todos esos paises que no reconocen al gobierno de Ortega ,no rompen todo tipo de relaciones con Nicaragua para aislar a ese maldito gobierno.Lo mismo debia ser con Venezuela y Cuba,promotora de la ilegalidades en la region.