Según las autoridades de Buenos Aires, Argentina está próxima a alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al poco de margen de maniobra en lo económico, el presidente Alberto Fernández tendrá igualmente las manos atadas en la iniciativa política, dada la composición que tendrá el Congreso a partir de este 10 de diciembre, y que le acompañará en los últimos dos años de los cuatro de gestión.
Todo apunta a que Fernández estará limitado en lo que resta de su mandato, sin que se visibilice una candidatura suya en busca de la relección. A las restricciones externas de carácter económico o político, se suma un cierto nivel de tensión en el seno de la coalición peronista, de la que forma parte la corriente del kirchnerismo, como lo evidenció la dura reacción de la ex jefa de Estado y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, tras la derrota electoral en las elecciones legislativas de medio término.
Como si quisiera ratificar que quien manda en Argentina es él, Fernández ha aprovechado el escenario europeo del Gzero Summit 2021 para sostener que es él quien toma las decisiones. "Está claro que Cristina y yo en muchas cosas no pensamos igual, el que decide finalmente soy yo", sostuvo el presidente este 8 de diciembre.
Los argentinos presenciaron este año un inédito pronunciamiento público de la vicepresidenta, viuda de Néstor Kirchner, en el cual aseveró que fue ella quien escogió a Fernández para la dupla presidencial en las elecciones de 2019, en las que ambos vencieron a Mauricio Macri, quien buscaba la relección.
Fernández de Kirchner pidió asimismo las cabezas de varios colaboradores del presidente, a quienes responsabilizó por la derrota legislativa tras las primarias de septiembre, cuyos resultados finales no pudieron ser revertidos en noviembre pese a que se expandió el gasto público en la campaña para estas elecciones de medio término.
Fruto de estos comicios, a partir de este 10 de diciembre se reconfigura el Congreso de Argentina. Si bien el peronismo será la primera fuerza en la Cámara del Senado, pierde su capacidad de desarrollar una agenda propia, tal como había ocurrido en las últimas tres décadas.
La Cámara de Diputados tendrá prácticamente un empate entre los legisladores del Frente de todos, que simboliza la reunificación peronista (en lo que Alberto Fernández tiene rédito) y el opositor Juntos por el cambio, del cual la figura más visible es Mauricio Macri, quien da señales de que buscaría un nuevo período presidencial en los comicios de 2023.
"Alberto Fernández tiene que poner todas sus cartas sobre la mesa para estos dos años. Es muy difícil que Cristina (Fernández de Kirchner) lo vaya a bancar (apoyar) para que se presente para un nuevo período", comenta a DIARIO DE CUBA una veterana periodista vinculada al presidente.
Que el actual jefe de Estado sea ungido para buscar la relección será, según se comenta dentro del propio peronismo, una decisión de la viuda de Néstor Kirchner.
Contando con 118 legisladores propios, Alberto Fernández seguramente no buscará alianzas en el Congreso con la coalición de Juntos por el cambio (116 diputados), sino que tal vez apunte a una veintena de diputados de pequeñas agrupaciones políticas, algunas de izquierda, para la aprobación de la mayoría de leyes de necesitan 129 votos.
El Gobierno de Fernández tendrá una temprana prueba de fuego. El lunes 13 de diciembre se debatirá en la Cámara de Diputados el presupuesto de la nación para 2022, cuyo debate se paralizó en septiembre pasado al conocerse la sonora derrota del peronismo en las primarias que antecedieron a los comicios celebrados en noviembre.
En el proyecto oficial para las cuentas públicas, el Gobierno prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto de 4% y una inflación anual de 33%. Ambas cifras, de entrada, se contradicen con las proyecciones o el registro de otras fuentes. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, prevé una tímida recuperación de 2,5% para 2022, mientras que firmas independientes estiman un alza de precios de 53% en los últimos doce meses, al cierre de noviembre de 2021.
El tema del presupuesto, en tanto, tiene un correlato. Se trata de las conversaciones del Gobierno de Fernández con el FMI para alcanzar un acuerdo apenas comience 2022, en torno al pago de 44.000 millones de dólares que el multilateral prestó, de forma poco transparente, en 2018 a Macri, cuando éste se enfilaba en busca de la relección.
El presidente argentino, en el fórum del Gzero Summit 2021, sostuvo que su gobierno se esfuerza por alcanzar un acuerdo con el FMI, pero insistió en negar que Argentina esté a las puertas de un ajuste macroeconómico. Aprovechó Fernández para recalcar que lo que se negocia con el Fondo tiene su visto bueno, y el beneplácito de su vicepresidenta.
Lo de Argentina, tan europea y todo, no es cosa de gente seria, o mejor dicho, no es cosa de gente respetable. No estamos hablando de Nicaragua ni de Bolivia, o sea, no hay excusa que valga.