A los 66 años y tras aspirar en dos ocasiones anteriores a la presidencia, el exbanquero Guillermo Lasso asumió este lunes como jefe de Estado en Ecuador, para un período de cuatro años. En su primer discurso enfatizó que promoverá la unidad nacional, pero deberá hacer frente al partido del expresidente Rafael Correa, quien tiene mayoría en la unicameral Asamblea Nacional.
Correa, sobre quien gravitó la campaña electoral en la que terminó derrotado su delfín, el economista Andrés Arauz, reconoció el triunfo de Lasso pero se ha negado a dejar el proselitismo político, pese a que es prófugo de la Justicia ecuatoriana y está residenciado en Bélgica, con varias acusaciones de corrupción y abuso de poder en su contra.
Lasso logró una primera victoria política ante el correísmo con la designación de Guadalupe Llori, del movimiento indígena Pachakutik, como presidenta de la Asamblea Nacional. El partido de Correa, Unión por la Esperanza (UNES), tiene la bancada legislativa más numerosa con 49 de los 137 escaños. Sin embargo, Lasso logró hilar una alianza con otras fuerzas para impedir el ascenso del correísmo para controlar el Parlamento.
Se trata, por ahora, del primer round de lo que se espera será un largo contrapunto. El partido de Lasso, Movimiento Creo, apenas tiene 12 diputaciones, con lo cual el espacio legislativo será necesariamente de negociación y acuerdos para que el nuevo presidente pueda dar respuesta a ingentes necesidades económicas y sociales, profundizadas por la pandemia de Covid-19 y por errores de su antecesor, Lenín Moreno.
En el tejido de acuerdos políticos, de grupos que se reivindican de izquierda pero claramente están en contra del correísmo, el movimiento Pachakutik y el partido Izquierda Democrática, estas dos agrupaciones se quedaron con la presidencia y vicepresidencia de la Asamblea Nacional. Otra vicepresidencia recayó en Democracia Sí, que es afín a Lasso.
Los partidos de Lasso (por minoritario) y de Correa (dado el frente contrario que ha generado el expresidente) quedaron reducidos a una vocalías en la nueva formación parlamentaria. Lasso inmediatamente felicitó a Llori y planteó su disposición a trabajar de forma mancomunada con las fuerzas democráticas presentes en el Parlamento.
En las primeras de cambio, según analistas, el correísmo parece estar reducido. Sin embargo, la frágil estabilidad del inicio del Gobierno de Lasso podría verse en aprietos por las demandas sociales, económicas y hasta sanitarias.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2020 y asociado a la pandemia de Covid-19, Ecuador tuvo la mayor caída de su economía en toda la historia. El Producto Interno Bruto (PIB) cayó por encima del 7%.
En tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pronosticado que al cierre de 2021 la economía ecuatoriana habrá crecido 2,5%, uno de los rebotes más bajos en un año en el cual se espera una recuperación para América Latina y el Caribe.
El 2022, por otro lado, tampoco pinta prometedor para Ecuador. Según el mismo FMI, la economía de este país andino apenas crecerá 1,3%.
La consultora política Albertina Navas asevera a DIARIO DE CUBA que Lasso recibió este 24 de mayo "un país endeudado y con muchísimos problemas de liquidez". El exbanquero recibe "un país sobre endeudado. En solo un año la deuda pública pasó de 58.500 millones de dólares a 63.800 millones de dólares", explica la experta para reflejar la gravedad de la situación financiera y de liquidez que vive el Estado ecuatoriano.
En materia sanitaria, sin embargo, es donde Lasso vivirá su mayor desafío dadas las promesas que hizo en la campaña electoral. Moreno le dejó un muy pobre plan de vacunación. Según los datos de la estadounidense universidad John Hopkins apenas el 2,8% de los ecuatorianos ha recibido una inmunización completa de dos dosis.
En un país en el cual apenas se han administrado 1,8 millones de dosis, según las cifras de esa universidad, Lasso prometió vacunar de forma completa a nueve millones de ecuatorianos, la mitad de la población en los primeros 100 días de su gobierno. El día que se confirmó su victoria electoral, ratificó que dedicará toda su energía para cumplir esta promesa.
En este terreno se jugará, sin duda, el destino de su Gobierno. Y será, por otra parte, un tema fértil para llamar a trabajar de forma mancomunada a los ecuatorianos, otra de sus promesas.
Este es otro estúpido el tal lazo, que vive en el imperio y le gusta el comunismo otro igual que el descarado de Edmundo que vive en USA y defiende la dictadura porque no se van a vivir a Cuba , de el puesto a dedo Canel y los Castros