La expresidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, ha dejado de comer en prisión y, según la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de ese país, sufre un cuadro depresivo, informó el diario español El País.
"¿Para qué luchar? ¿Para qué vivir?", dijo Áñez a Amparo Carvajal, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos cuando esta fue a visitarla en su celda.
El 17 de marzo Áñez había sufrido un episodio de hipertensión arterial y pidió ser trasladada a un hospital privado, pero el Gobierno del actual presidente, Luis Arce, no se lo permitió, alegando que en la prisión habían recursos suficientes para tratarla. Para tratarla le dieron un sedante.
La hija de Áñez denunció ante la prensa internacional que no le dejan visitar a su madre. En una entrevista le suplicó a Luis Arce que fuera "humano" y le recordó que, un año atrás, cuando el perseguido era él, Áñez le concedió un salvoconducto para que atendiera sus problemas de salud en otro país.
Jeanine Áñez fue detenida el pasado 14 de marzo, luego de que los fiscales encargados del caso "golpe de Estado en Bolivia" emitieran una orden de aprehensión contra ella y cinco allegados.