El sonoro proceso en contra de la expresidenta Jeanine Áñez deja en evidencia la dependencia política del poder judicial de Bolivia. Esta es una falla que enquistó durante los largos años de Evo Morales en el poder, y que ahora se azuza con la finalidad de polarizar a la población tras la derrota electoral que sufrió el Movimiento al Socialismo (MAS) en las recientes elecciones locales y regionales.
Ayer la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un contundente mensaje, en el cual asegura que "el sistema judicial boliviano no está en condiciones de brindar las mínimas garantías de juicio justo, de imparcialidad y de debido proceso".
El comunicado recordó que en los años de Evo Morales en el poder (2006-2019) la elección de los integrantes del sistema judicial se hizo "carente de garantías", lo cual fue denunciado por los opositores debido a "la cooptación de ese poder del Estado por parte del partido de Gobierno". Se trata del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Por su parte, el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, recordó que durante el Gobierno interino de Áñez "hubo graves violaciones de derechos humanos, incluyendo dos aberrantes masacres, que deben ser investigadas seriamente con pleno respeto al debido proceso".
Sin embargo, Vivanco puntualiza que "la orden de detención contra Áñez no se refiere a esas masacres, sino que la acusa de terrorismo sin aportar pruebas".
En esa misma dirección apunta el analista argentino Pablo Stefanoni, usualmente muy informado de la política boliviana.
"Las causas de derechos humanos (contra Áñez) son mucho más contundentes que la genérica de terrorismo. Mientras que las causas de derechos humanos, que incluyen denuncias de la Comisión Interamericana (CIDH), tienen sustento y legitimidad, la del golpe solo repolariza a la sociedad", opina Stefanoni desde Buenos Aires.
Este domingo la jueza de instrucción en lo penal Regina Santa Cruz determinó la prisión preventiva de la exmandataria transitoria (2019-2020) en el Centro de Orientación Femenina de Obrajes, en el sur de La Paz, por un periodo de cuatro meses.
Dos de sus colaboradores en este Gobierno interino, los exministros Álvaro Coímbra, de Justicia, y Rodrigo Guzmán, de Energía, permanecerán detenidos preventivamente en la cárcel de San Pedro durante el mismo tiempo.
"Las órdenes de captura contra Añez y sus ministros no contienen ninguna evidencia de que hayan cometido el delito de terrorismo", apunta Vivanco tras revisar la documentación emitida por la Justicia boliviana. Esto, según el vocero de HRW, "genera fundadas dudas de que se trata de un proceso basado en móviles políticos".
Tras el cambio político que tuvo lugar en noviembre último, con la toma de posesión de Luis Arce, quien durante más de una década fue ministro de Morales, la OEA ha observado "en los últimos meses la cancelación o sobreseimiento de diferentes juicios contra partidarios del MAS, así como amenazas de persecución judicial a políticos opositores al Gobierno".
Morales, quien abandonó el poder en noviembre de 2019 tras una oleada de protestas en respuesta a lo que fue denunciado como un fraude electoral, regresó de su exilio de un año y si bien no ha tenido un rol en el Gobierno de Arce, mantiene un discurso de agitación llamando a la confrontación.
El partido de Morales, si bien sigue siendo la primera fuerza política en Bolivia, tuvo un claro retroceso en los comicios celebrados el 7 de marzo pasado. Algunos analistas conectan este resultado electoral con la necesidad del "evismo" de repolarizar la discusión pública, ante la posibilidad de que emerja un nuevo centro político, desde la disidencia del MAS.
El MAS perdió en las grandes ciudades, tanto a manos de opositores tradicionales, como de disidentes del partido de Gobierno que decidieron tomar distancia de Morales.
En la industrial Santa Cruz, por ejemplo, ganó Luis Fernando Camacho, quien encabezó la movilización ciudadana en esa región para manifestarse en contra de la continuidad de Morales en el poder.
En la empobrecida ciudad de El Alto, en las afueras de la Paz, Eva Copa se impuso con más de 40 puntos sobre el candidato de su antiguo partido, el MAS, pasando a ser una de las grandes figuras políticas de Bolivia, y adversaria de Morales en la población pobre e indígena que tradicionalmente ha respaldo al ahora expresidente.
"El peso político de El Alto y la dimensión de su victoria le da a Copa un rol importante en el campo político popular. La duración y la intensidad de este rol estarán asociadas a los resultados de su Administración", sostiene el ahora exministro Manuel Canelas, en sintonía con el reacomodo que viven las fuerzas que otrora apoyaron a Morales de forma unánime.
Pese a que Copa, como recuerda Canelas, fue acusada de demasiado "tibia" por los sectores más radicales del "evismo", e incluso algunos voceros del MAS la acusaron de haber sido funcional al Gobierno de Áñez, logró una victoria rotunda en El Alto con alrededor de 70% de los votos.
Tal vez allí esté la razón para sentar en el banquillo a Áñez, pero no por violaciones a derechos humanos, sino acusada del golpe contra Morales. Regresa el debate boliviano al pro o antievismo, como se anuncia ya con manifestaciones en respaldo o rechazo a Áñez.
misma historia de Carmona en Venezuela, pobre esta mujer, tantas alegrias que nos dio, espero que las democracias no se olviden de ella, no entiendo como no se largo tan pronto gano el MAS las elecciones
Ya lo dije por aca cuando el MAS volvio a ganar. La señora Añez y sus colaboradores cometieron un error garrafal al no expulsar a todo el personal diplomatico cubano. Los dejaron que reorganizaran a la banda del Evo. Y luego, lo mas probable, manipularon para que Evo o su partido volviera al poder.
Tambien dije que iban a meter preso a todo el que estuvo involucrado en el proceso contra Evo. Ya lo estamos viendo. El guion viene de la habana. Lo proximo que viene es una ley consituyente para perpetuar a Evo y su partido en el poder. Al tiempo.
Son unos bandidos y hp los del gobierno de Evo. Que están haciendo los políticos de derecha aquí en Miami para que esta expresidenta no le pase nada en esa cárcel. Que Biden tome nota de los hijos de los jerarcas para que no entren a este país.