Este 5 de enero tomarán posesión de sus cargos los 277 legisladores que en el antidemocrático proceso eleccionario del pasado 6 de diciembre conformaron lo será la nueva Asamblea Nacional de Venezuela (2021-2026). Sepultando políticamente a la oposición, el régimen de Nicolás Maduro celebró una victoria electoral en la que prácticamente compitió contra sí mismo, con la amañada "coalición partidista" llamada Gran Polo Patriótico. Como para recordarle el matiz fraudulento de su "triunfo", una delegación del Parlamento cubano irá este martes a felicitarle.
Mientras la Asamblea chavista recibe el aplauso y el reconocimiento de Cuba, China, Rusia e Irán, para el resto del mundo, al menos de forma oficial, otro órgano legislativo manda en Venezuela. En este punto, el país se mantiene en un caos político difícil de desentrañar. Mientras por un lado gobierna de facto un régimen totalitario, por otro intenta permanecer de manera casi simbólica una oposición que democráticamente debe ser mayoría parlamentaria desde el 2015.Sin embargo, este poder simbólico lleva consigo el peso de un abrumador apoyo internacional.
"Como las elecciones del 6 de diciembre no fueron libres ni justas, Canadá continuará reconociendo a la Asamblea Nacional, elegida democráticamente en 2015, como la legislatura legítima de Venezuela y a su presidente, como presidente interino de Venezuela", expresó este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, François-Philippe Champagne, desde su cuenta de Twitter.
De igual forma, el canciller japonés Toshimitsu Motegui reafirmó este lunes su apoyo a la Asamblea Nacional opositora de Venezuela frente al órgano legislativo que el régimen chavista pretende imponer. "Japón sigue haciendo un llamamiento en pro de la restauración de la democracia con la amplia participación de ciudadanos y la pronta celebración de elecciones libres y justas en Venezuela", y apoya al presidente interino, Juan Guaidó", expresó el diplomático nipón que se encuentra actualmente de gira por varios países de América Latina.
En el caso de Europa, los eurodiputados reconocieron en 2019 a Guaidó como legítimo presidente de Venezuela, lo cual ratificaron a inicios de 2020, cuando el régimen de Maduro impidió al líder opositor ingresar a la sede del órganos legislativo que presidía.
Quizás el apoyo más decisivo con que cuenta Guaidó sea el de EEUU. La Casa Blanca, por ejemplo, emitió el pasado lunes una licencia, a través del Departamento del Tesoro, que permite a la oposición venezolana algunas transacciones en ese país, lo cual no tiene permitido bajo ninguna circunstancias a personas naturales o jurídicas asociadas al gobierno chavista. Año tras año estas licencias tienden a renovarse en la medida en que Maduro no abandona el poder y Guaidó establece prórrogas de permanencia a su virtual Asamblea Nacional.
Pese a todo el apoyo internacional que recibe, Guaidó se encuentra desde este martes en una peligrosa encrucijada. Si el poder legislativo era lo único que le quedaba a la oposición, ahora parece haberlo perdido en la realidad. La Asamblea chavista entrará en funciones con el respaldo de sus países aliados, pero también con el de los militares y un sector de la población plagado de acólitos que son políticamente muy activos.
Por ahora, la única carta con la que cuenta Guaidó es el apoyo internacional, sin embargo, eso no parece ser suficiente frente a la reorganización estructural que el régimen disfraza de constitucionalidad y la capacidad de la población venezolana de soportar una crisis económica y social sin precedentes en el país.
''La comunidad internacional'' cada vez de aleja mása del ''proyecto Guaidó...'' No funcionó.