La batalla política y legal, que tiene de trasfondo la carrera presidencial del año 2022, tuvo una nueva faceta en Brasil con la decisión del Supremo Tribunal Federal de aprobar una vacunación obligatoria contra el Covid-19, en contra de lo manifestado públicamente por el presidente Jair Bolsonaro.
Este jueves 17 de diciembre, diez de 11 magistrados dieron un voto favorable a la decisión que establece la obligatoriedad de la vacuna, un aspecto que fue puesto de relieve por el gobernador del estado de San Pablo, Joao Doria, quien sostenía una polémica pública con el mandatario a propósito de la vacuna china Sinovac, que será usada de forma amplia en el estado más poblado de Brasil y también el más golpeado por la pandemia.
Doria será, según apuntan todas las encuestas, es el principal rival de Bolsonaro cuando este busque la reelección en 2022. El impacto sanitario, económico y social de la pandemia, que se sentirá también en 2021, será tema central en una campaña electoral, a juicio de analistas, especialmente por el carácter negacionista que ha tenido Bolsonaro, incluso con declaraciones destempladas para restarle importancia al coronavirus.
Bolsonaro, quien de forma abierta se oponía a la vacunación obligatoria en Brasil ha quedado bastante aislado. Solo un magistrado, precisamente postulado por él y de reciente designación, fue el voto discordante en la decisión tomada por el Supremo de Justicia. Sin embargo, ese magistrado matizó su posición al señalar que la vacunación obligatoria debería ser la "última medida de combate" contra la crisis sanitaria.
La decisión de la Justicia, en términos prácticos, no implica que la población será vacunada a la fuerza, pero abre la puerta a que las autoridades del país (en todos los niveles, municipal, estadual y nacional) adopten medidas para fomentar la inmunización.
Brasil, hasta este 17 de diciembre, registraba un poco más de siete millones de contagios y casi 185.000 fallecidos. Es de los países más golpeados por la pandemia, junto a EEUU e India.
El Supremo autorizó a las autoridades a que se establezcan sanciones, para quienes rechacen vacunarse, prohibiéndoles, por ejemplo, ejercer determinadas actividades o impidiéndoles acceder a ciertos beneficios sociales.
Bolsonaro ha dicho públicamente que ni él ni su familia se vacunarán. Incluso en términos sarcásticos dijo que en su casa solo se vacunaba a los perros.
Bolsonaro dice tonterías y se mete en jardines polémicos que no le corresponden, como la cuestión del coronavirus y la moralidad cristiana. Una lástima, porque es un anticomunista admirable. Para mí no hay virtud más acrisolada en un demócrata que la del anticomunismo (con lo cual no propongo la persecución de nadie por sus ideas, sino una distancia crítica saludable). Bolsonaro es criticable por su 'negacianismo' ante la pandemia. Vaya por delante eso. Pero lo que sí es absolutamente condenable en un país occidental es que un tribunal, y nada menos que el Supremo, dictamine la obligatoriedad de la vacuna contra la covid-19. Más aún tratándose de la vacuna china, que no está lo suficientemente testada y no cuenta con el aval de una publicación científica de prestigio. Por otro lado, aquel que incumpla la obligatoriedad pierde el derecho a un empleo público y al pasaporte. Autoritarismo que viola los derechos del individuo. Yo, esa vacuna china no me la pondría ni tinto en sangre.
Fucking ignorant!