Las autoridades judiciales de Michigan y Georgia rechazaron las demandas presentadas por la campaña del actual presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha comenzado una batalla judicial exigiendo que se detenga el conteo de votos en varios estados donde su rival, Joe Biden, podría superarlo.
En el caso de Michigan, dónde Joe Biden resultó ganador, la jueza Cynthia Stephens, del Tribunal de Reclamaciones, señaló que la demanda presentada en la tarde del miércoles era errónea, pues acusaba a la secretaria del estado, Jocelyn Benson, quien no controla la logística del conteo de boletas locales.
El jefe de campaña de Trump, Bill Stepien, pidió que se detenga el conteo argumentando que a su equipo no se le ha "dado acceso a numerosos centros de votación para observar el proceso de apertura de boletas y el conteo".
"También demandamos rever aquellas boletas que fueron abiertas y contadas mientras no tuvimos acceso. El presidente Trump tiene el compromiso de asegurarse de que los votos legales sean contados en Michigan y en el resto de los lugares", agregó.
En el estado de Georgia, donde actualmente Biden aventaja a Trump por poco más de 900 votos, el presidente también perdió una demanda que exigía frenar el escrutinio, aunque ganó otra que le permite ampliar su acceso a los lugares de conteo de boletas en el estado de Pensilvania.
Aún quedan pendientes de resolverse las demandas presentadas en Nevada y Wisconsin.
Durante una rueda de prensa ofrecida en la mañana del jueves en Las Vegas, la campaña de Trump aseguró tener pruebas de que unos 10.000 votantes del estado no residen actualmente en él. Además, sostuvo que en Nevada se están contando sufragios de personas fallecidas.
El jefe del equipo de campaña del candidato republicano afirmó sobre Wisconsin, donde Biden resultó ganador luego de un apretado conteo, que "ha habido reportes de irregularidades en varios condados que generan serias dudas sobre la validez de los resultados".
Las leyes de Wisconsin le permiten a Trump realizar la solicitud, pues Joe Biden solo lo superó por 0,6% de los votos y el estado dispone que los candidatos que tengan una diferencia menor al 1% con el ganador pueden solicitar el recuento, como fue el caso de Hillary Clinton en 2016.
Algunos especialistas consideran que EEUU caerá en un período de incertidumbre que podría prolongarse hasta el 14 de diciembre, fecha en que el Colegio Electoral se reunirá en lo que suele ser un encuentro meramente formal para ratificar al vencedor de los comicios, pero en está ocasión está cargado de dudas.
Al equipo de Trump no le resultará fácil llevar adelante sus demandas en Michigan y Wisconsin, pues el propio Tribunal Supremo avaló la semana pasada mediante un dictamen de urgencia el sistema de recuento de los votos en dichos estados, por lo que parece improbable que vaya a contradecirse solo unos días después si el candidato republicano no presenta pruebas sólidas de fraude.
Otra cosa que pesa contra el mandatario es su selectividad a la hora de pedir la detención del conteo de votos, pues mientras realizó esa solicitud en estados donde su victoria se ha visto amenazada, reclamó que el conteo en Arizona y Nevada, donde va por detrás de Biden, continúe sin interrupción.